jueves, 15 de noviembre de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
MI VIRGEN DE GUADALUPE:
Bersa Azabay ha grabado un disco con las mejores canciones dedicadas a la santísima virgen de Guadalupe, a 487 años de sus apariciones a Juan Diego, en el cerro del Tepeyac...
A 487 años de la aparición de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac a Juan Diego, la cantante guerrerense Bersa Azabay decidió grabar un disco con canciones dedicadas a la Reina de México y Emperatriz de América.
El mes pasado y el que está en curso, la popular cantante suriana ha estado dedicada a coleccionar y seleccionar las canciones más bellas que tanto compositores mexicanos como extranjeros han dedicado a la Santa Madre.
El Homenaje que Bersa Azabay dedica a la milagrosa virgen en este nuevo disco lo ha hecho, nos consta, con el corazón, por la dedicación, el empeño, los detalles y la devoción que ha puesto en cada canción que ha ido realiz
ando dedicada a la Madre.
Todos sabemos que para grabar un disco se necesita un empeño especial, una disciplina muy estricta y un amor grande, muy grande por el arte. Pero también sabemos que en tratándose de dedicar el cariño, el amor, la ternura de una interpretación a la virgen, debe ser algo único.
En estas horas, en que los sentimientos de la cantante convergen en la conclusión de ese esfuerzo artístico para rendir honores a la Virgen de Guadalupe, observamos los muchos detalles que se tienen que unir y reunir en el resumen de canciones que ustedes podrán disfrutar.
Sean estas líneas para anticipar la pronta publicación del material discográfico que estará a disposición del público y para una vez más felicitar a Bersa Azabay por este esfuerzo titánico pero maravilloso que hace para cantarle con amor a nuestra amadísima Virgen de Guadalupe a 487 años de su aparición a Juan Diego en el Tepeyac.
“El 12 de diciembre de 1531, según los relatos tradicionales, la Virgen María se apareció al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac y le mandó que le dijese al obispo de México, fray Juan de Zumárraga, que le erigiera un templo.
El obispo le pidió a Juan Diego que le llevara una prueba. La Virgen, en una segunda aparición, le ordenó que cortara flores del lugar y las llevara el prelado, ambos se admiraron de que, al abrir la tila en las que la llevaba envueltas, milagrosamente apareciese una imagen que desde entonces se venera con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe
(Litografía en álbum guadalupano –Debray Editores 1855).

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