miércoles, 7 de noviembre de 2018

POLICRÓNICA

Narcoamenaza…Es absurdo que una “narcoamenaza” en contra de una persona, y en este caso de una diputada, sea sinónimo de “un atentado en contra del Congreso y sus integrantes”, cuando en Guerrero es imparable la violencia que agravia a todo el pueblo.

Nos parece absurda la postura de la presidenta de la mesa directiva de la LXII legislatura local, María Verónica Muñoz Parra del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al embarrar a todo el Poder Legislativo que está siendo “narcoamenazado”, cuando en realidad es contra la diputada acapulqueña Mariana García Guillén del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien tiene que responder personalmente, y ya lo está atendiendo al presentar una demanda ante la Procuraduría General de la República y lo hará en otras instancias como la Fiscalía General del estado. Entonces afirmar de manera irresponsable de que  el “narcomensaje” esté dirigido para los 45 restantes legisladores locales, es totalmente absurdo. Aclaramos no estamos en contra de que la diputada local a nombre de sus compañeros condene la amenaza y exija seguridad para ella, hasta ahí está correcto, pero a que pluralice que todos están amenazados, nos parece una postura absurda y hasta criticable, porque no creemos que estén de acuerdo los 45 restantes con esa posición “oficial”, porque entonces evidenciaría dos cosas, que los diputados están metidos en problemas y que ser parte del Poder Legislativo solo están preocupados por su seguridad, y no para los más de tres millones 500 mil guerrerenses que todos los días sufren los estragos de la violencia. De acuerdo a lo que se conoció ayer en tribuna, se dijo que el Congreso del estado condenó las amenazas e intento de desprestigio en contra de la diputada de Morena del distrito 04 de Acapulco, Mariana García Guillén y exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) realizar una inmediata y exhaustiva investigación que lleve al esclarecimiento de los hechos. En esta parte del mensaje es correcto y hasta aplaudible, porque no se debe permitir que la diputada realice sus actividades en medio de “narcoamenazas”, pero también está obligada, y ya lo hizo, al rechazar tajantemente de que tenga vínculos con alguna celula delictiva, como se hace aparecer en el narcomensaje que fue dejado en un lugar que no es su casa, ni la colonia en dónde vive. En la sesión de ayer martes, la presidenta de la Mesa Directiva, María Verónica Muñoz Parra, emitió un pronunciamiento en defensa de la integridad física de los diputados, cuando se supone que era solamente para un solo caso particular, pero lo pluralizó y para que no hubiera  duda, expresó la priista de Chilapa de Alvarez,  que es un acto que “se asume como un atentado en contra de este Congreso y sus integrantes”. A nombre del Congreso condenó de manera enérgica las amenazas e intentos de desprestigio contra la diputada, pero luego pluralizó en  tribuna  al sostener que todo acto de violencia cometido en contra de cualquier persona es reprobable, y hechos como los registrados contra la diputada Mariana García Guillén o cualquier otro integrante del Congreso no será tolerado por el Poder Legislativo. “Este acto se suma a cientos de lamentables hechos violentos que ahora se ven reflejados en un riesgo latente para los integrantes de este Congreso quienes desde el ejercicio de sus funciones y en aras de velar por una efectiva seguridad ciudadana trastocan intereses”. Le recordamos a Muñoz Parra que no es solo la diputada la que ha sufrido este tipo de hechos condenables, sino todos los días los más de 3 millones 500 mil guerrerenses están sometidos a constantes amenazas, levantones, desapariciones y asesinatos. A nombre del Congreso manifestó la solidaridad y apoyo para la diputada “y hacemos público nuestro rechazo y condena a la amenaza e intento de desprestigio que sufrió”. En esta parte de su discurso es aceptable y también la exigencia a las autoridades de la Fiscalía General del estado y a la Secretaría de Seguridad Pública una investigación inmediata y exhaustiva al pronto esclarecimiento de las amenazas en contra de la diputada, pidió garantizar la integridad física de la diputada y su círculo cercano. Con poco énfasis y energía Muñoz Parra no demandó al Gobernador del estado que es de la misma militancia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Héctor Antonio Astudillo Flores a que realice las acciones para disminuir los índices criminales en Guerrero que ya ningún ciudadano escapa de todos esos actos violentos que se registran a cada minuto de las 24 horas del día. Su participación de la legisladora y presidenta de la mesa directiva del Congreso local, fue totalmente cantinflesca y hasta comprometió a los 45 diputados restantes en hechos que nadie quisiera vivir, como amenazas o atentados en su integridad física o patrimonio familiar. Antes de subir a tribuna la señora Muñoz Parra, debiera asesorarse plenamente con su equipo  de trabajo, porque desde que la conocemos que ha vegetado en cargos de elección popular, nunca antes se le había conocido un discurso de defensa, y ahora que es oposición y tuvo la oportunidad de presentarlo, el posicionamiento fue todo cuatropeado que nadie entendió, por el contrario confuso y hasta comprometedor. Habría que preguntarle al resto de los integrantes de la LXII legislatura local que sí están de acuerdo con este discurso cantinflesco de la priista María Verónica Muñoz Parra, porque embarró a todos al decir que esa particular “narcoamenaza” es para todos los 46. Con esa postura deja entrever que andan en malos pasos y que todos ellos son intocables por los delincuentes. En líneas prácticamente está pidiendo al Gobierno estatal que otorgue seguridad pública para cada uno de los 46 legisladores, en tanto la ciudadanía que se la lleve el “payaso” ante la incontrolable inseguridad pública. Deben saber esos señores que son representantes populares no una camarilla de privilegiados para que vivan blindados en todos los sentidos junto con sus familias, ellos son ciudadanos como cualquier guerrerense que sufre todos los días los estragos de la violencia. Por lo tanto, la diputada y presidenta de la mesa directiva de la LXII legislatura, la priista María Verónica Muñoz Parra debió haber exigido en tribuna al gobernador de su partido Héctor Antonio Astudillo Flores, cumpla su promesa de campaña del “orden y paz” que al estar ya en su cuarto año de gestión, ha incumplido, no obstante que había pedido primero uno y después dos años de gracia para devolverle la paz y tranquilidad al estado de Guerrero, que se incrementó la violencia en los últimos 10 años y medio en que desgobernó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y por ello los surianos sufragaron en la urnas el 7 de junio del 2015 por el actual jefe del ejecutivo estatal, pero este ha incumplido cuando ya está en su cuarto año de gobierno. Por ello reiteramos que Muñoz Parra ofreció una pésima y confusa postura en torno a un hecho que podría sostenerse es un hecho aislado de una diputada que a todas luces es condenable, sin embargo ella embarró a todo el Poder Legislativo  que en lugar de erguirlo, lo deja mal parado ante la opinión pública local y nacional como que los únicos 46  son intocables, que viven en un estado de riesgo y el resto de los tres millones 500 mil están seguros y que nadie los defiende ante la espiral de la violencia que se registra a lo largo y ancho del estado de Guerrero.…Malandros…El mal llamado Gobierno  del Cambio de la Gente del Ayuntamiento de Chilpancingo, encabezado por Antonio Gaspar Beltrán, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en lugar de hacer  realidad lo que ofreció en campaña, se está rodeando de verdaderos malandros para que pronto le destruyan sus buenas intenciones de gobernar a sus paisanos capitalinos. Sin que andemos buscando  para estar jodiendo al gobierno municipal al que ya bautizamos como AGABE, pronto los diversos sectores de la sociedad lo estarán mandando a la “gaver” por hacerse rodear de personas indeseables, insensibles, incapaces, prepotentes y altaneros. De continuar por ese sendero, Gaspar Beltrán se perfila al fracaso y su eslogan de campaña  del “Gobierno del Cambio” que tanta bravuconada esparció a lo largo y ancho del municipio de Chilpancingo se irá a la “gaver”. Sin que abundemos ahora más sobre cómo va perfilándose el “Gobierno de la Gente”, las inconformidades se comienzan unirse para protestar al unísono en  menos de  38 días de gestión del perredista gatopartista priista, Antonio Gaspar Beltrán. Para muestra solo un botón, a nuestro equipo de investigaciones especiales de esta columna, se le acercó un grupo de trabajadores del Ayuntamiento de Chilpancingo, para denunciar abusos de malandros colaboradores de AGABE, obviamente que nos reservamos la identidad, por aquello del juego perverso que se está haciendo desde el inicio de la administración de que los corren acusándolos de “aviadores”, luego los reinstalan y otra vez los dejan sin pagar su salarios. Demostrando total improvisación del gobierno de AGABE. El grupo de inconformes trabajadores, sin cuantificar  los que están en plantón permanente desde el 12 de octubre a la fecha encabezados por Domingo Salgado Martínez del Sindicato Independiente de la sección XIV que están en la explanada de la inservible Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, precisamente protestando contra las impopulares políticas de Gaspar Beltrán que le ha dado por despedir a empleados a diestra y siniestra para colocar a sus familiares, amigos, amigas, sobrinas, sobrinos y hasta íntimas chicuelas. Pero bueno, no nos desviemos, el día de ayer martes después del medio día el grupo de trabajadores de la comuna denunciaron a este medio de comunicación que dos personas que los conocen como Tomás Alberto y Eloy que presumen ser íntimos amigos incondicionales y hasta ser protegidos por Antonio Gaspar Beltrán, supuestamente tienen su autorización para correr a cualquier fulano que no les caiga bien y para fastidiarlos los molestan cambiándoles de horarios en su trabajo y todavía con mucha desfachatez los amenazan “si no quieren trabajar váyanse a la Chingada” con el perverso propósito de obligarlos abandonar su empleo y en esos espacios acomodar a sus familiares, amigos, parientes y hasta amantes, presumiendo de que son ordenes de Gaspar Beltrán. El tal Eloy fue chofer de Mario Moreno Arcos, cuando fue presidente municipal, siguió con Marco Antonio Leyva Mena y ahora con la llegada de Antonio Gaspar Beltrán sigue y dice que el actual presidente se le arrodilló para que él fuera su chofer, puesto que él sabe todas las movidas de esta comuna y que ahora se jacta que está protegido por AGABE. Los maltratos y humillaciones de este par de pelafustanes, refieren los quejosos “para que nosotros nos choquemos y dejemos nuestro trabajo pero no les vamos a dar su gusto, ya que nosotros tenemos varios años en estar trabajando en este ayuntamiento en diferentes áreas, tenemos una antigüedad de varios años y que ahora con la llegada de Gaspar Beltrán su gente de confianza nos quieren corrernos de nuestro trabajo pero no nos vamos a dejar”. Así de tirante se está poniendo la gestión de AGABE, si no pone orden con sus malandros, al rato que ni se queje, porque lo permitió desde un principio, para ello está obligado aclarar si realmente son sus elementos de confianza y tienen esa tasita instrucción de correr a quienes se les antoje los malandrines de Tomás Alberto y Eloy para que sigan molestando en a los humildes trabajadores que necesitan el empleo para mantener a su familia. Si no los llama a  cuentas a este par de pájaros de cuenta, veremos en el abismo  el Gobierno de la decepción. Lo correcto es que se haga una investigación exhaustiva de quienes realmente son “aviadores” y los que están trabajando en cada una de sus áreas, porque finalmente cada una de las mujeres y hombres que laboran en las diversas áreas del Ayuntamiento de Chilpancingo, lo hacen porque llevan el sustento familiar. Si permite AGABE rodearse de tipejos como los denunciados, estaremos viendo un gobierno municipal fallido y las esperanzas amarillas se irán al diablo.

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