martes, 8 de enero de 2019

ARTÍCULO

Para empezar el año
Apolinar Castrejón Marino
Pues ya estamos aquí de nueva cuenta, y aprovechamos para desear a nuestros lectores, amigos y familiares, que en el año que inicia, logren sus metas y anhelos.
Dicho lo anterior, nos permitimos recordarles que el éxito puede construirse a partir de la Imagen personal, ya que es un activo muy importante que tenemos que cuidar.
La socióloga Lola García, Directora del blog de “Soluciones Eficaces” dice que para potenciar nuestra imagen personal debemos mantener una coherencia entre cuatro canales, para transmitir positivamente nuestro mensaje personal: apariencia exterior, indumentaria, los gestos, y el tono y modulación de la voz.
Asegura que el periodo crítico, cuando se produce el primer encuentro con otras personas son los primeros cinco minutos, y que una persona que cuida su imagen se siente más segura y confiada.
Cuando hablamos de imagen, generalmente pensamos en hombres y mujeres jóvenes, con mucho glamour, con cuerpos espectaculares y con un gran atractivo. Pero esto no es correcto porque las personas somos algo más que un aspecto físico, pues estamos dotadas de una mente maravillosa y de valores, que n
os individualizan y nos hacen especiales.
Ciertamente, nuestro cuerpo es el mejor elemento de comunicación, es nuestra tarjeta de presentación pero, debe ir acompañado de un buen control del lenguaje, verbal y no verbal. Porque un aspecto físico impecable, con una mente vacía, sin personalidad, no sirve. Y al contrario, una mente prodigiosa con una apariencia descuida o sucia, tampoco.
Es necesario advertir a las personas con las que convivimos y alternamos, cual es nuestro modo de vida, y esto lo realizamos a través de nuestra imagen personal. Nuestra educación se revela con el saludo, la cortesía y tono de voz, forma de caminar, la mirada, la risa y la sonrisa.
Nuestra higiene también es importante, y se revela en nuestro peinado, las uñas, limpieza del calzado. Tomemos en cuenta que nuestro atuendo no necesita ser siempre elegante y costoso, pero si debe ser limpio y ordenado, cada botón en su lugar.
Siempre debemos tener presente que cuando nos presentamos ante otras personas, antes de pronunciar palabra siquiera, ya estamos transmitiendo nuestros antecedentes, cualidades e ideas, aún sin proponérnoslo.
De manera inconsciente, proyectamos nuestra personalidad, para que la gente sepa cómo se puede relacionar con nosotros. Así creamos un habiente amable u hostil, de aceptación o rechazo, de colaboración o de egoísmo.
Aun en el trato fugaz en la vida cotidiana, la imagen es importante. Imaginemos que va caminando por una calle poco transitada, y de pronto ve una persona que se dirige hacia usted. De una mirada advierte que el sujeto que se aproxima tiene un aspecto sucio, y mal vestido. Instintivamente evitará que se le aproxime.
Por el contrario, si la persona que se le acerca va bien vestida y aseada no se preocupará, ni se pondrá a la defensiva. Eventualmente podrá equivocarse, y puede resultar un malandrín, pero puede ser una posición estudiada de los delincuentes para cometer sus fechorías.
¿Por qué se suele hacer esto? Se debe, a que se asocia la imagen de cada persona, con ciertos juicios y valores predefinidos, de modo que el inconsciente crea una especie de filtro, que nos hace receptivos a los datos que coinciden con esa imagen, y refractarios frente a los que no corresponden a tal esquema.
Para más información usted puede ingresar a: El poder de los pequeños detalles. De Lola García, Directora de Soluciones Eficaces.

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