lunes, 28 de enero de 2019

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
La corrupción no solamente fue carta de presentación de los priístas, sino del panismo en la era foxiana…pero poquito.
Con los años que tengo en el asunto del periodismo, con dos que tres premios por mi labor así como por la revista “¿Por Qué?”, además de otras en donde he colaborado, incluso hasta dado más de mí es que antes y después del año 2000 en donde irrumpió una nueva administración en el gobierno federal que derribó triunfalmente al Partido Revolucionario Institucional es que se empezaron a mostr
ar cambios, desatándose los cientos de compromisos fácticos con fuerzas oscuras (para no decir que delictivas) que de cualquier manera eran controladas por dicho partido. Y es que don Vicente Fox, aunque se enriqueció al término de su administración, hasta estos días no se le ha podido vincular o demostrar que se corrompió o permitió “demasiados” abusos de poder. Al contrario, la que salió raspada, por decirlo de manera coloquial fue su esposa, antes su vocera doña Martha Sahagún, quien con sus hijos pudo ayudarlos para que pudieran salir libres (pero no de la sospecha) de que fueron beneficiados con el poder que otorga la investidura presidencial. Según datos que se obtienen de la omnipresente Internet, y por recuerdos periodísticos con uno de mis amigos periodistas de nivel nacional de nombre Miguel Badillo, hago memoria que en la era foxiana los hijos de esta pareja presidencial (bueno, son de ella, porque el ex presidente fue o es su padrastro) Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún gestionaron contratos a favor de Oceanografía y solicitaron el “perdón fiscal” para el “Grupo Miguel”. Esto que se conoció como “tráfico de influencias”(además del peculado), tuvo sus repercusiones administrativas, judiciales y políticas. En la Cámara de Diputados la comisión especial (de esos años) encargada de investigar las actividades de su empresa Construcciones Prácticas asegura que los hermanos son responsables de quebrantar al erario por casi 6 mil millones de pesos. Y retomando la fuente de “La Jornada”, es que el presidente de dicha comisión, Elías Cárdenas, los hijos de Marta Sahagún obtuvieron estos recursos de los fraudes en los contratos signados entre la empresa Oceanografía y Petróleos Mexicanos (Pemex). El primogénito de Marta Sahagún, Manuel Bribiesca, acepta que él y sus familiares gestionaron contratos a favor de la empresa Oceanografía, ahora investigada por la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación. Además, reconoce haber asumido la “defensa” del Grupo Miguel, por considerar que el entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, organizaba una persecución fiscal injusta contra el consorcio. Y siendo nuestro México, todavía se puede perdonar esta clase de tráfico de influencias, porque antes del 2000 y después de este episodio, los presidentes buscaron por todos los medios enriquecerse, tan es así que Andrés Manuel López Obrador ganó por toda esa serie de procedimientos en donde las élites solamente piensan en su propia familia, luego si bien nos va, en que quienes habitamos este país. Y todo esto viene a comentario, debido a que muchos compromisos que siempre se mantuvieron con esas fuerzas oscuras, se rompieron cuando arribó al poder don Vicente Fox, que como referí antes, a él se le puede “perdonar” que no fue tan ladrón como sus antecesores y a sus sucesores, mismos que nos dejaron un país todavía violento, pero con otras perspectivas para darles una interpretación distinta a los tiempos añorados del priísmo.

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