martes, 12 de febrero de 2019

ARTÍCULO

Sabiduría nahua
Edilberto Nava García
Ahora que somos testigos de nuestro propio descuido familiar, bueno es –yo digo, es imprescindible-, retrotraer a nuestro presente la sabiduría nahua por cuanto a la educación de nuestros hijos, particularmente en su mocedad, en su pubertad, ya que o por incautos, por ignorancia y en ocasiones por complacencia, somos permisibles con nuestros jóvenes. A los 13 años de edad ya quieren novia o novio, según el caso, cuando no han aprendido nada de autocontrol, que no se da en las esc
uelas.
He aquí lo que decían a sus hijos nuestros ancestros, algo recogido en “Huehuetlahtolli” o pláticas de los viejos o sabios tlamatinime.
”Aquí está lo que has de obrar y hacer:
En reserva en encierro en caja
al irse nos lo dejaron los viejos,
los de cabello blanco, los de cara arrugada,
nuestros antepasados,
no vinieron a ser soberbios,
no vinieron a andar buscando con ansia,
no vinieron a tener voracidad.
Fueron tales, que se les estimó en la tierra:
Llegaron al grado de águilas y tigres”.
Y en cuanto a la moderación y al dominio de sí mismo, les decían a los hijos:
“No te arrojes a la mujer como el perro se arroja a lo que le dan de comer; no te hagas a manera de perro en comer y tragar lo que le dan, dándote a las mujeres antes de tiempo.
Aunque tengas apetito de mujer, resístete; resiste a tu corazón hasta que ya seas hombre perfecto y recio; mira que el maguey si lo abren de pequeño para quitarle la miel, ni tiene substancia, ni miel, sino piérdese.
Antes de que lo abran para sacarle la miel, le dejan crecer y venir a su perfección y entonces se saca la miel en sazón oportuna.
De esta manera debes hacer tú, que antes que te llegues a mujer crezcas y embarnezcas, y entonces estarás hábil para el casamiento y engendrarás hijos de buena estatura, recios, ligeros y hermosos”.
Todo ello se enseñaba en los calmecac o escuelas de altos estudios, mientras que en los pueblos, tales conocimientos los poseían e impartían, los temachtiani (maestros) o los tlamatinime (sabios). Recomendable en lo familiar, pues nuestros hijos a temprana edad se están casando por falta de esos consejos sabios. Responsabilidad nuestra, de los padres.

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