jueves, 7 de febrero de 2019

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
Podemos ser dignos de sospecha quienes nos hemos enriquecido por nuestro esfuerzo personal y familiar en la era del “pejismo”
Aunque no soy de las personas que tienen un chingo de dinero, pero que he tenido la oportunidad de conocer que otras amistades que han podido tener un patrimonio que es de admirarse, todo por la vía del trabajo, del esfuerzo, incluyendo a varios integrantes de mi familia, ahora resulta que se la dado un matiz de escándalo al hecho de que la titular del área de Gobernación federal, Olga Sánchez Cordero está siendo objeto de sospechosismo, en un asunto en donde ella argumenta claridad en el manejo de su patrimonio si se quiere mancomunado con su esposo Eduardo García Villeg
as, un excelente universitario y profesionista como ella. Considero que ese asunto, en donde se ha polemizado “ad naúseam”, no debería ser más que una nota desinteresada. Sin embargo, dado el cargo federal que detenta, así como su cercanía o su inclusión en el círculo personal del presidente “morenista”, es que ahora tiene que dar la cara para aclarar ese “escándalo”. Y en este tenor, como una de sus premisas del mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, que de plano reprocha todo lo que a su parecer huela a corrupción, de inmediato la invitó a su conferencia de prensa (¡uuuf qué “güeva”) para decir lo que a su criterio convenía. Ya ha mencionado en estas colaboraciones, que AMLO está metiendo a todo su gabinete en líos porque no le entienden su mística de servicio, así es que supongo que tener un “güeso” federal pero estar supeditado a los designios de AMLO debe ser un compromiso pesado, fastidiante, y por lo que se observa casi un fardo, esto en relación a que traen a la funcionaria federal, Olga Sánchez Cordero, del tingo al tango con un tema que no debió magnificarse. Y es que se está observando que en ese mosaico de personalidades al igual que sus intereses de grupo, de clase y hasta de patrimonio, se está dejando en claro que siempre habrá personas que envidien a las personas que por su trabajo diario, de años, se haya enriquecido, pero sin que sean propiedades o fortunas malhabidas. Por eso es que intuyo que otros funcionarios del círculo personal, o bueno íntimo de AMLO tendrán que pensar si les conviene estar en esos puestos como servidores públicos, porque al paso que van, el periodismo de investigación empezará a dar a conocer esas riquezas, insisto, obra personal de cada uno. Otro dato, es que aquí se demuestra que el efecto AMLO, conocido para otros y otras como “El Peje”, con esa agenda de combate a la corrupción y a la impunidad, tendrá que volver a dar la cara en cuanto se den a conocer otras propiedades con estos nuevos servidores públicos. En lo personal, sí me asquearía estar dando a conocer de cómo adquirí o compré tal o cual propiedad, y que se entregara a organismos fiscalizadores, porque no deja de causar inquietud de que s ele pueda dar mal uso, sabidos de la porosidad que tienen las instituciones en nuestro país. Y en este “escandalazo”, espero que la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tanto como su familia, puedan buscar, diseñar o aprovechar los mecanismos sobre transparencia, o promover una iniciativa de ley entre los grupos legislativos que tienen el poder en todo el país para que puedan elaborar una ley, que permita aunque sea por dos o cinco años o posiblemente más tiempo mantener el salvo la información sobre su patrimonio, porque de seguir esa tendencia, promovida por AMLO, “huelo” que habrá otras renuncias, remociones o “permisos por salud sin goce de sueldo”. Y menciono finalmente, que por eso es que muchos legisladores y legisladoras tanto como en la Senaduría como en otros espacios de poder, si ahí se goza de los placeres del mismo, es porque la gente se fue con todo para apoyar a AMLO, así es que cada quien tendrá que empezar a repartir entre familiares lo que es parte de su patrimonio, con tal de estar a tono con la mística del presidente de México. Unos datos sobre ese asuntillo: El diario Reforma reveló gracias a información obtenida de la Oficina de Avalúos del Condado de Harris, que corresponde a Houston, que la exministra de la Suprema Corte de Justicia, junto a su esposo, el notario público Eduardo García Villegas, son propietarios del departamento 2203 de la torre Park Square en Houston, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. La propiedad está en el último piso del edificio (22) y tiene una extensión de 269.7 metros cuadrados, cuenta con siete cuartos incluyendo la cocina, el comedor, la sala, dos recámaras, dos baños completos y un medio baño. La renta mensual por un departamento en el piso 21 es de 7 mil dólares. Y en descargo de ese señalamiento, Olga Sánchez Cordero simplemente se ha limitado a decir que sí dio a conocer esa información ante la instancia fiscalizadora, que si lo ocultó o lo obvio ya no fue su problema, sin embargo ya se sembró la sospecha ante la opinión pública, ya ven que somos chingones para cuestionar… SALUDOS: Como todo periodista que hasta sabe manejar relaciones públicas, quiero reconocer el trabajo perseverante, de constancia y como lo dije de mucho esfuerzo de equipo al personal médico, enfermería, brigadistas y demás del prestigiado “Sanatorio América” de mi gran amigo el responsable Gustavo Alarcón Herrera, que se encuentra en la calle “Ignacio Manuel Altamirano” número 54, en el centro de Chilpancingo, pero en una calle que es la prolongación referida, con teléfonos fijos: 47 2 29 y 77 1 62 75, dando paso a los siguientes nombres: Saúl Alarcón Abarca, Saúl Alarcón Herrera, América Alarcón Herrera, Margarita Castrejón Rodríguez, Eliseo Peralta Torres, Manuel Villalva Radilla, Manuel González Fierro y Alejandra Villalva Radilla, aclarando que todas estas personas tienen la carrera de medicina en sus diversas modalidades. (Comentarios y un paquete de aspirinas: dacnificados@outlook.es).

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