viernes, 1 de marzo de 2019

ARTÍCULO

El valor de la lealtad
en tiempos de crisis
César González Guerrero
No cabe la menor duda que uno de los principales valores morales que existen en la vida es la lealtad. Sin embargo, también es un aspecto que tiende a cambiar en función de las circunstancias que afectan favorable o desfavorablemente la relación humana. Siempre habrá algún motivo para ser leal
es  pero también para ser desleales. Eso se debe reflexionar. Cuándo existe la lealtad y por qué  y cuándo se convierte en deslealtad y porqué.
Se dice que la lealtad debe ser eterna, por siempre y para siempre, pero cuando existen elementos la lealtad se pierde y se convierte también en una actitud de rechazo a la prepotencia y al abuso de quienes se merecen lealtad. Es cuando se valora este comportamiento del ser humano.
A nivel nacional e internacional, existen elementos ideológicos, políticos como espirituales que nos permiten analizar por qué se pierde la lealtad, y uno de los asuntos que más impactan en la pérdida de la lealtad es precisamente el hecho de que una de las partes lo promueve con sus actitudes de confrontación y de marginación social, innecesarios.
En la práctica y solo para ejemplificar, se observa en los procesos electorales. Es cuando el poder ciudadano decide apoyar opciones contrarias hasta su propia ideología e intereses en virtud de la falta de cumplimiento de sus expectativas, promesas y ofertas políticas. Es decir, no se cumple con los compromisos adquiridos a lo largo de un tiempo determinado. Finalmente, al momento de una toma de decisiones, nadie se explica por qué esa lealtad se convierte en deslealtad.
La lealtad es un asunto que se debería considerar como la parte más importante que afecta la relación armoniosa dentro de un conjunto de personas. De pronto no se encuentra una justificación del porque la lealtad se transforma en deslealtad y se olvida que las falsas promesas, el incumplimiento de compromisos formales y finalmente, la falta de interés por evitar ese tipo de situaciones, son cuestiones que llevan a ser desleales. Estamos a tiempo de reflexionar y actuar de manera muy responsable, acerca del qué se debe hacer para que la gente sea leal al gobierno, a las instituciones y a sus líderes. Sí es verdad que hay voluntad política de quienes tienen la responsabilidad de promover la unidad, pero también hay quienes no tienen ningún interés en ello, al menos no lo entienden y tampoco lo practican. El reto es precisamente eso, ser leales en las palabras y en los hechos para que de la misma manera, exista la lealtad institucional. Por supuesto, en  tiempo y forma.
Aquí en nuestra entidad, a pesar de todo, los guerrerenses somos leales y con dignidad defendemos las instituciones y somos muy solidarios con el Gobernador del Estado Héctor Astudillo Flores. Es por Guerrero.

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