jueves, 21 de marzo de 2019

POLICRÓNICA

Cochinos…No hay cambio de cultura entre los habitantes de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, los cochinos permanecen, y las autoridades del Ayuntamiento luchan diariamente por mantener limpia la vía pública, ya no hay esos montones de basura que se observaron en los últimos tres años.

Habría que recordar que en los últimos tres años Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, vivió  terriblemente en medio de montones de basura, por asumir actitudes irresponsables del entonces presidente municipal Marco Antonio Leyva Mena del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien nunca se ocupó y preocupó por resolver el problema de la basura, llegó al extremo que fue arrastrado por el cochinero, y lo obligaron abandonar el cargo por nueve meses y entró su suplente, Jesús Tejeda Vargas, quien tampoco pudo siquiera abatir el problema. Tristemente los habitantes de Chilpancingo vivieron en un verdadero muladar, y parece que esa cultura de los cochinos sigue vigente, porque no se observa ningún cambio en su actitud de los ciudadanos, puesto que continúa arrojando su basura en la vía pública de manera irresponsable. Estaríamos de acuerdo con ellos y asumir esa actitud de marranos—nos merecen respecto a esos cuadrúpedos—si existieran  en la actualidad autoridades del Ayuntamiento de Chilpancingo, capital de Guerrero, totalmente occisas, valemadristas, y estar desentendidos del grave  problema que significa mantener tiraderos clandestinos al aire libre en calles y avenidas, como sucedía con el priista Leyva  Mena, quien se mantuvo todo el tiempo sordo, ciego y arrogante. Entonces con toda razón del mundo tendría los habitantes una justificación para que tiraran sus cochinadas en la vía pública para llamar la atención y presionar a las autoridades cumplieran con su responsabilidad de atender ese servicio básico, por el que se pagan los respectivos impuestos. Sin embargo desde hace cinco meses y 21  que lleva la actual administración que encabeza Antonio Gaspar Beltrán, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), su principal reto, fue precisamente intensificar el trabajo de saneamiento básico, porque amenazaba con generarse un grave problema de salud. El presidente municipal recibió un Ayuntamiento totalmente en ruinas, pero como sabía que era un asunto que no podría enfrentarlo solo, se vio en la necesidad de buscar en todo momento el respaldo del Gobierno del estado, que encabeza el priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, quien atendió el planteamiento para limpiar la ciudad, cosa que se ha logrado paulatinamente, además de reparar parte del parque vehicular de la Secretaría  de los Servicios Públicos Municipales, y varios se pusieron en circulación junto con brigadas de trabajadores para recoger el cochinero insoportable que se observaba por toda la ciudad capital. Tiempo, dinero y esfuerzo es lo que ha destinado el actual Ayuntamiento con un cabildo plural encabezado por el perredista Antonio Gaspar Beltrán, y se ha logrado mejorar parte importante de la pésima imagen heredada por su antecesor priista que presentaba para propios y extraños un verdadero tiradero clandestino. Pese a los esfuerzos de la primera autoridad, no ha logrado cambiar la cultura cochina de los habitantes chilpancingueños, porque lamentablemente la gente no capta las buenas y constructivas  intenciones que trae el “Gobierno del Cambio”, que lucha  todos los días porque sus moradores vivan un ambiente de higiene y limpieza. El también llamado “Gobierno de la Gente”, no ha logrado permear esa cultura, de lo cochino a la limpieza, pareciera que les gusta seguir viviendo en la inmundicia. Estaríamos avalando que la gente continuara con su postura de  “vale una chingada” y tirando su basura en la vía pública, si el alcalde y su equipo de trabajo, no hiciera nada, se mantuviera solo cobrando y cruzado de brazos. Pero ocurre todo lo contrario, nuestro equipo de investigaciones especiales en sus permanentes recorridos por las calles y avenidas observa camiones  recolectores y brigadas de trabajo levantando y barriendo la ciudad. Desde hace cinco meses y 21 días ha cambiado la dinámica de trabajo institucional que realiza el Ayuntamiento, sin temor a equivocarnos, casi podríamos afirmar que laboran las 24 horas para mantener medianamente saneada la vía pública. Una y otra vez lo hemos constatado del esfuerzo que hacen las autoridades al mantener en movimiento carros recolectores con su personal, todavía recogiendo montones de basura en las calles. Los ciudadanos todavía no captan que se tienen nuevas autoridades municipales, no están coadyuvando con ellas, para esperar el carro recolector, simplemente les vale y arrojan sus cochinadas, con el falso argumento de que están pagando sus impuestos, totalmente erróneo de parte de quienes piensan de esa manera. Se olvidan que mantener una ciudad limpia, no es solo responsabilidad de las Autoridades Municipales, sino también es importante la participación de los ciudadanos, quienes tienen que adoptar la cultura de la responsabilidad y de la limpieza. El Gobierno de Antonio Gaspar Beltrán, también ha logrado la apertura de un nuevo terreno en la que se está depositando la basura que hace más de cinco meses se estaba llevando a un tiradero del municipio de Eduardo Neri, que costaba cada mes mucho dinero. Ahora en un predio al poniente de Chilpancingo, ya se trabaja para tener una celda y se garantice el depósito final de las más de 400 toneladas de basura que se genera diariamente en la capital  del estado de Guerrero. Sería mezquino negar ese esfuerzo del Ayuntamiento plural de Chilpancingo, por el contrario se reconoce ese trabajo, pero quienes  no  tienen ese mismo trato, son los habitantes, quienes no despiertan de su letargo cochinero y siguen pensando erróneamente de que las calles y avenidas son el punto ideal para depositar sus porquerías. Es cuestionable que siga habiendo este tipo de pensamientos cuando la autoridad todos los días lucha por ofrecer una ciudad limpia. Tal vez la comuna capitalina, le falta instrumentar una amplia campaña de concientización y despertar la conciencia a quienes se quedaron traumatizados durante tres largos años en el muladar. Para ello es necesario recurrir a todos los medios impresos, electrónicos y las infaltables “benditas redes sociales” para intensificar verdaderas campañas de concientización para retomar aquella vieja cultura que se tenía en Chilpancingo de que los vecinos salían a regar con agua y barrer en frente de su casa, recogían su basura y esperaban que pasara el campanero anunciando de que atrás venía el carro recolector. Eso ocurría en antaño en Chilpancingo, cuando no había la venta de bolsas de plástico, todos  guardaban la basura en los cestos de sus casas y los sacaban cuando pasaba la brigada de recolección. Creemos que esa cultura se podría rescatar paulatinamente, pero con una descomunal de campaña en medios y personalmente haciendo el llamando al pueblo que retome esos buenos modales. Chilpancingo lo necesita, lo demanda, lo exige, pero los ciudadanos se resisten, ahí es donde debe trabajar el actual Ayuntamiento, tal vez sea necesario crear temporalmente una brigada de trabajadores y hasta voluntarios que se den a la tarea de visitar casa por casa llevando la información de lo importante que es mantener limpia la ciudad. Hacerles entender que es un trabajo coordinador entre ciudadanos y autoridades, no basta que paguen sus impuestos puntualmente, sino también su participación solidaria con la autoridad municipal para mejor nuestro entorno social y ecológico. La cultura del cochino tiene que ser revertido, entendemos que no es una tarea fácil, porque en los últimos tres años del priista Marco Antonio Leyva Mena, nunca se ocupó y preocupó por el medio ambiente, ahora sabemos que el actual edil perredista, Antonio Gaspar Beltrán, está preocupado, y hace constantemente llamados a la conciencia de cada uno de los ciudadanos, repitiendo una y otra vez, de que si no se tiene la intervención directa de las personas,  el gobierno municipal por mucho trabajo, esfuerzo y dinero disponga, no va a lograr que cambie la imagen de basura, por la de la limpieza. Recordarle al pueblo de Chilpancingo,  que la ciudad más limpia, no es la que más se barre, si no la que menos se ensucia por su ciudadanos que se resisten en abandonar la cultura de tirar sus desechos en la vía pública. ...Chocado...Casi cinco meses después de ser traído a México desde Dubai, Emiratos Unidos Árabes, el auto de los 30 millones de pesos, el Koenigsegg  CCVR Special One terminó hecho pedazos en Paseo de la Reforma de la Ciudad de México el pasado fin de semana. El automóvil es un Koenigsegg CCXR Special One fue adquirido por un mexicano, hasta ahora no identificado, a Ana Al-Thani, de la familia real de Qatar.La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que se investigaría el incidente, ya que aparentemente el auto circulaba con placas de demostración. De acuerdo con publicaciones realizadas en redes sociales, el propietario es un usuario identificado como @don_koenigsegg en Instagram. Imágenes lo muestran recién llegado a México en octubre de 2018 con una cubierta en la que aparecen tres usuarios más de Instagram, @el_negro_tapia, @eddercordova y @michoacano_yeeah_homs. Pero también existe un video en el que se muestra cuando lo están empacando para trasladarlo a México, el 2 de septiembre de 2018. En una fotografía del 11 de marzo pasado se puede ver el auto recorriendo la carretera. Los comentarios fueron implacables. @carlochable Es eo q le partiste su madre? Jajajaja @erickohc Justo así antes que lo desmadrara jajajaja. En febrero pasado, el youtuber conocido como Shmee150, realizó un reportaje de los vehículos del dueño del Koenigsegg CCVR Special One. El vehículo lo fabricó la marca sueca Koenigsegg en 2010 y fue traído a México en octubre del año pasado. Tiene más de mil caballos de fuerza, su velocidad máxima está por arriba de los 400 kilómetros por hora y es capaz de pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en 3.1 segundos. Su carrocería está hecha de fibra de carbono, está equipado con doble ala F1, respiraderos de las ruedas, así como un sistema de información y entretenimiento con pantalla táctil con navegación. Cuenta con un motor V8 biturbo de 1.004 caballos de fuerza, lo que lo convierte en uno de los automóviles más veloces del planeta. En caso de que el dueño del vehículo desee repararlo, debe mandar a fabricar las piezas, ya que no existen repuestos en los almacenes del fabricante.

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