lunes, 8 de abril de 2019

POLICRÓNICA

Sismos….En México, y sobre todo  en Guerrero, en los últimos días se ha presentado un “enjambre sísmico” de diversas intensidades, pero muy poco se ha informado por las autoridades de Protección Civil sobre las medidas de seguridad.

El “enjambre sísmico” no solo  se ha registrado en México, sino en el resto del mundo también está el reporte, con la aclaración de que son  de baja intensidad, es un tema que no se debe desdeñar por las autoridades de Protección Civil federal, estatal y municipal. En México, en los últimos días se han tenido reportes de los movimientos en el norte y en el sur, principalmente en Baja California,  Sonora, Colima, Nayarit, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, con magnitudes entre 2.9 y 4.1.El Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó que en las últimas 12 horas ocurrieron 42 temblores de magnitudes entre 2.9 y 4.1, en diversos puntos de siete estados del país, principalmente en Baja California. Del total de sismos; 14 se ubicaron en regiones de Baja California, donde al sureste de San Felipe se registraron los de mayor y menor magnitud, con 4.1 y 2.9, respectivamente. Ambos sismos presentaron una profundidad de 10 kilómetros; mientras el de mayor magnitud tuvo una latitud de 30.83, el de menor fue de 30.78, detalló el organismo en su cuenta de Twitter, @SSNMexico. De acuerdo a la información se reportaron 13 sismos en Oaxaca, siete en Guerrero, tres en Chiapas, tres en Sonora, uno en Colima y otro en Nayarit. La Red Sísmica del Noroeste de México (Resnor) informó que en las últimas 48 horas se registraron 24 sismos asociados con las principales fallas geológicas del noreste de la península de Baja California y el Alto Golfo de California. Hasta el momento no se han reportado daños. La intensidad de este enjambre sísmico -temblores en lugares específicos durante un tiempo corto-, oscila entre los 2.2 a los 5.2 grados. Este último sucedió hoy a las 13:36 hora local (una hora menos respecto a la Ciudad de México) a 110 kilómetros al noreste del puerto pesquero de San Felipe, en una zona de fallas geológicas que se ubican al sur de la depresión más septentrional del Golfo de California: la cuenca Wagner. En esa zona, en el año 2005, el doctor Nicolás Grijalva y Ortiz, pionero en la investigación de hidrocarburos en el Mar de Cortés y cofundador del Centro de Investigación Científica y de Estudios Superiores de Ensenada (CICESE), localizó 12 fuentes de gas metano (seis aisladas y el resto agrupadas).Con el apoyo y financiamiento del prestigiado Instituto de Oceanografía de La Joya, California, el científico mexicano determinó un volumen diario de 145 millones de metros cúbicos del gas disuelto en el agua marina. Los sismos también han ocurrido en las fallas del Cañón Rojo -10 kilómetros al sur de la ciudad de Tecate, y el Sistema de Fallas geológicas conocido como Imperial-Cerro Prieto, en el valle de Mexicali, que el 4 de abril de 2015 provocaron un temblor de 6.7 grados que dejó 4 personas muertas, centenares de heridos, y daños por más de 20 millones de dólares al afectar canales de riego agrícola, infraestructura en servicios públicos y viviendas en la capital del estado, la ciudad de Caléxico, California, y el contorno rural de ambas metrópolis fronterizas.En ambas zonas tectónicas y en el sistema de fallas del Alto Golfo de California, desde las 7:07 horas (tiempo local) del 4 de abril y hasta 14:56 horas de hoy se presentaron los temblores que en promedio tuvieron 3 grados de intensidad, por lo que no han reportado daños en propiedades ni pérdidas humanas. Las dos sacudidas más violentas –la de 5.2 grados y otra de 4.4 que ocurrió a las 13:31 horas del 5 de abril-, sucedieron prácticamente en la misma zona de fallas que se ubican pocos kilómetros al sur de la cuenca Wagner, a 10 y 20 kilómetros de profundidad, y tampoco provocaron daños. La red Resnor es operada por el Departamento de Sismología del Cicese, institución que también opera la Red Sismológica de Banda Ancha del Golfo de California, la Red Sísmica de La Paz, Baja California Sur, las Redes Acelerométricas Urbanas de Baja California y la Red Geodésica del Noroeste de México. Investigadores del Cicese, encabezados por el sismólogo y doctor en ciencias José Antonio Vidal Villegas, responsable de la Resnor, dan seguimiento al enjambre de movimientos y el lunes presentarán un reporte detallado de la inusual actividad sísmica. Como se puede leer, Guerrero está dentro del “enjambre sísmico”, pero las autoridades de Protección Civil de los tres niveles no se han ocupado y preocupado por tomar el tema como prioritario.  Tener muchos sismos de baja intensidad en un solo día, pareciera que a las autoridades de la Secretaría de Protección Guerrero del gobierno estatal a cargo de Marco César Mayares  Salvador, no le interesa tanto el tema, cuando debería ser parte de su agenda de trabajo. No se debe olvidar que históricamente el estado de Guerrero está considerado como punto importante en materia sísmica. No es casualidad de que en los últimos días se esté presentando un “enjembre sísmico” con muchas replicas en el norte y en el sur, entre ellos Guerrero. Le reiteramos a Mayares Salvador de la responsabilidad  que tiene ahora como Secretario de Protección Civil de instrumentar una verdadera campaña de conciencitización entre la ciudadanía de la importancia de mantener la calma ante tanto movimiento telúrico, unos imperceptibles y otros que se siente su presencia. La pregunta obligada, y la respuesta es obvia, que la debe saber el joven funcionario Astudillista. ¿Habías escuchado hablar de la Brecha de Guerrero? Resulta que es un sitio de aproximadamente 200 kilómetros en las costas de Guerrero donde desde 1911 no se ha registrado un sismo de grandes magnitudes. Eso sucede porque en esa área se encuentra la subducción (hundimiento) de la Placa de Cocos debajo de la Placa de Norteamérica. Como se ha estudiado, la tectónica de placas dice que la litósfera o capa más externa de nuestro planeta, está formada por 15 placas mayores y 43 placas menores que se desplazan a razón de 2.5 cm/año y que al ser la Tierra un espacio finito, hace que entre esas placas haya fricción, se separen o se deslicen lateralmente, y es en los límites entre las placas donde comúnmente se originan los terremotos. Habría que hacerle otra pregunta a Mayares Salvador ¿Qué sucede en la Brecha de Guerrero? Y ahí está la respuesta, lo que sucede es que al estar en una zona de subducción, en las costas de Guerrero los sismos son algo cotidiano, pero son micro sismos. Sin embargo la posibilidad de un terremoto de gran magnitud no puede obviarse, debido a que las placas continúan en movimiento y por algún sitio debe salir la energía que se va acumulando. Recordemos además, que al estar unos 300 kilómetros de la Ciudad de México, la posibilidad de afectar severamente a la capital del país existe, al menos eso fue lo que sucedió en 1985, cuando el terremoto de 8.1M causó grandes pérdidas humanas y materiales debido a que se hundió la placa de Cocos debajo de la Placa de Norteamérica, alcanzando la ciudad de México en un par de minutos. Al estar construida sobre un lago desecado las ondas sísmicas se amplifican, llegando a la devastación que sucediera en aquel año, por lo tanto es importante continuar con la vigilancia en esta zona, debido a que un sismo de gran magnitud podría estarse gestando en esa área, sin embargo, recordemos que hasta el momento, no existe ninguna tecnología capaz de predecir un terremoto. Habría insistir, sobre la existencia de los terremotos silenciosos. Investigadores de Rusia, Japón, Estados Unidos y México, detectaron una anomalía en el movimiento habitual de la Placa de Norteamérica, ya que en 2006, cambió la dirección de su desplazamiento, en vez de moverse con dirección a la ciudad de México a razón de 2.5 cm/año, se movió en dirección opuesta y en un plazo de 6 meses aceleró su velocidad en cuatro ocasiones. Si bien es cierto que ese movimiento inusual registrado en 2006 podría implicar un “alivio” a la tensión que se ha acumulado entre las placas a lo largo del tiempo, también es cierto que el riesgo sigue latente. Sin embargo la historia de los sismos silenciosos en la brecha de Guerrero reconoce al menos otro, desde que se instalara el sistema GPS para monitorear esta área del país, así en octubre de 2001 y hasta noviembre de 2002, se presentó un desplazamiento en promedio de 10 cm sobre una superficie de entre 250 y 550 km2 equivalente a una magnitud de momento de 7.5.El 8 de octubre de 2001 hubo un sismo de magnitud 5.9 en Coyuca, al Noroeste de la brecha, se produjo a una profundidad muy pequeña, siendo este tipo de terremotos muy raros en el Pacífico por lo que los investigadores Pacheco e Iglesias, suponen que pudo deberse el inicio del deslizamiento de la placa, además tuvo más de 300 réplicas a lo largo de 6 meses.El otro temblor que se dejó sentir en esta área fue en el mes de abril de 2002 con magnitud 6.7 y fue un evento tsunami-génico que se localizó cerca de la brecha, esto hace suponer que el inicio y el final del terremoto silencioso, no lo fue tanto, puesto que hubo sismos aunque de una magnitud inferior que se dejaron sentir en la región. La razón de estos terremotos silenciosos podría encontrarse en la poca permeabilidad que tienen las rocas de gabro que se encuentran en la base de la placa Norteamericana, esto de acuerdo con investigaciones de Luca Ferrari quien pertenece al Centro de Geociencias de la UNAM, entonces cuando se subduce la placa de Cocos a la de Norteamérica, los fluidos acumulados actúan como un lubricante, logrando que los desplazamientos de las placas se den en un plazo de varios meses y de manera “suave” y no en unos pocos segundos, produciendo un sismo de gran magnitud. Para comprobar la existencia de fluidos entre ambas placas, se realizó un estudio de conductividad eléctrica y esto fue lo que se obtuvo de acuerdo con Ferrari:    El agua es un conductor de electricidad; una roca seca no conduce, pero si tiene agua lo hace. Lo que vimos en el perfil de la Brecha de Guerrero fue un conductor por debajo de la placa, justo en la interfaz de la de Cocos y la Norteamericana, como pensábamos. Es decir, ahí hay fluidos atrapados. Resulta que en nuestro país además de la Brecha de Guerrero, existe también la Brecha de Tehuantepec, y fue casi sobre esa brecha a solo 70 kilómetros según Vlad Manea (investigador de la UNAM) donde se produjo el devastador sismo del 7 de septiembre de 2017, afectando principalmente a los estados de Oaxaca y Chiapas, en este sitio desde hacía más de un siglo no se habían producido sismos de gran magnitud, por eso su semejanza con la Brecha de Guerrero y la expectativa que de un momento a otro pueda producirse otro gran temblor. Sin embargo tanto Vlad Manea como Marina Manea, piensan que tal vez este sismo originado en la Brecha de Tehuantepec, ayudó a liberar una parte de la tensión que se ha almacenado a lo largo del tiempo, y con suerte, alguna de las mil réplicas sucedidas en la propia brecha, tal vez haya tenido una magnitud suficiente para cerrarla y evitar que en el futuro se produzcan más terremotos en la región

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