COLUMNA

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Arturo Ríos Ruiz

Ancira detenido, Lozoya Amparado
No olvidemos que el domingo hay elecciones
Pues ya se dio el campanazo esperado, nos calentaron la cabeza durante seis meses con una larga lista de cantidades hurtadas, nombres y al detalle sus trapacerías, pero nada ocurría y eran muchos los reclamos de la inacción.
Parece casualidad que el golpe se dio ayer, fomentado a cuenta gotas poco a poco contra Lozoya y vino el primer gran avance en el caso con la detención en Palma de Mallorca, España del propietario de Altos Hornos de México, Alonso Ancira.
Por la noche, el cateo en tres casas de Lozoya y la rápida acción de su abogado, que ya veía, por su experiencia, en la PGR, hoy FGR, Javier Coello Trejo, con su costal de mañas jurídicas, que aprendió en su antiguo trabajo por muchos años. Ya tenía el amparo listo que detuvo la detención. Esta

ba ya muy cantada.
Esto quiere decir que el joven Lozoya, enfrentará el juicio desde afuera, con la zozobra en libertad, en tanto el avezado Coello Trejo hace su trabajo y siempre estará en las audiencias que se antojan sumamente largo este delicado proceso.
Por lo pronto ya soltó el primer golpe mediático al precisar que debería citarse a Enrique Peña Nieto; usó un argumento demoledor: “En mi caso yo citaría a Peña Nieto, en PEMEX no se movía ni una hoja en este país sin su autorización”.
Esas palabras llevan lumbre para el sistema, sobre todo cuando ha vagado la especulación que hubo acuerdo entre AMLO y el ex presidente, en el último tercio de la campaña para que llegara al poder. Acuerdos no escritos no comprobables.
Ha abonado a esa especulación el famoso perdón ofrecido desde el principio por parte de AMLO a los delincuentes y hasta dijo que buscaría la manera de hacer buenos a todos y se dejó entrever el clásico borrón y cuenta nueva.
La gran mayoría no estuvimos de acuerdo, sus aguerridos seguidores callaron asumiendo la decisión del mero mero y hasta a su manera justificaron esa supuesta “Bondad” en lugar de aplicar la justicia.
AMLO, por su parte, hizo notar que no se trata de nada personal, menos de una persecución política, la cual existe desde el año pasado; en cambio Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos, calificó su detención como una venganza del Presidente.
Ya era una exigencia y un clamorque llegara la ley a este caso tan sonado, hay que estar atentos, dadas las experiencias de que se hace alharaca y luego salen tan campantes los acusados.
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