martes, 25 de junio de 2019

COLUMNA

Carpeta Roja
Tino Gatica
La inseguridad pública y la violencia de nuestros días
En otra de estas colaboraciones me había referido a la intitulación de esta columna periodística, pues hace aproximadamente veinte años tiene su aparición, que retomo ahora para atender casos que tienden hacia las fuentes ministeriales, de denuncia, de inseguridad o violencia. Respecto a la inseguridad que campea en cualquier región de nuestro país, me enfoco en la ciudad de Chilpancingo que es no solamente la cuna de los “Sentiemientos de la Nación” sino de motivación para que se dieran pasajes históricos de emancipación territorial y geográfica. Lo anterior como pun
to de referencia dado que ahora Chilpancingo, que es el seno por excelencia de la política, todo lo que se haga u ocurra se magnifica, para bien o para mal. Tan lo saben nuestros políticos, hombres y mujeres, que buscan afanosamente que todas sus acciones trasciendan, para lo cual tienen que tomar a Chilpancingo como un trampolín para determinada finalidad. Lo malo es que cuando la violencia se cierne y se manifiesta sobre nuestras cabezas, también todo se magnifica, y hay mucha razón en que así ocurra. Esto es menester comentarlo pues lamentablemente son pocos columnistas que hacen tema de análisis la inseguridad pública y la violencia que sigue cortando de tajo vidas humanas, sin que las autoridades asuman su responsabilidad plena de proporcionarnos una de estas garantías constitucionales. Y me duele identificar que cotidianamente personas que durante mi actividad periodística he saludado, e incluso entrevistado, he compartido y hasta hemos compartido sueños, al saber que han sido asesinadas. Todavía es más doloroso, preocupante y aterrador que nuestras autoridades de todos los signos no den con esa ecuación o fórmula no mágica ni milagrosa sino real que nos permita tener un poco de paz en nuestro ser interno. Estas pesadumbres las bosquejaba yo desde hace varios años, pues me he sentido activista de varias causas, que me identifican no solamente como periodista sino por ser una empática. La inseguridad y la violencia, que están bien ramificadas con sus raíces arraigadas no se combate con planes integradores. En contadas ocasiones se ataca a la forma, pero nunca se va al fondo de esos dos lastres que se han llevado lentamente a muchos habitantes de nuestro Chilpancingo, insisto solamente como una referencia, pues preocupantemente esto ocurre en todo el país. Y se dice coloquialmente “hay ocasiones en que se suelta el diablo” para indicar que en una semana, en un día e incluso en unas horas se comenten dos, tres o siete, en distintas situaciones, únicamente en nuestra capital, asuntos que en otros años eran inimaginables. Lo aterrador, lo doloroso es que nuestros semejantes, a nuestras amistades, a nuestros seres queridos los está afectando esta espiral, por lo que es una situación de extrema urgencia que debe ser atendida por nuestras autoridades. Y esperamos en verdad los operativos, programas y aplicaciones del combate o prevención de la delincuencia y hechos delictivos se frenen para que así se pueda reconocer que el Estado sigue mantiendo el monopolio de la justicia, porque de lo contrario seguiremos observando, enterándonos, leyendo con miedo del asesinato de una o más personas en donde no necesariamente todo se adjudique al narco ni a un “ajuste de cuentas” y que además no se caiga en la frase fácil “es que si lo mataron es porque en algo andaba o algo debía”. (Comentarios: dacnificados@outlook.es).

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