jueves, 8 de agosto de 2019

COLUMNA

Carpeta Política
Tino Gatica
Bien vale la pena recordar cómo pasa la vida celebrando un cumpleaños
En el ser humano, en una de sus múltiples formas de indicar su paso por la Vida, de tránsito en este mundo, lo mide en relación al espacio-tiempo. De esa manera es que siempre que se tiene el suficiente gusto, e incluso de la familia o de las amistades, es que para registrar ese acontecimiento de nuesto paso por la Vida, se hace un festejo anual, para dejar constancia de que “algo” nos convoca a recordarlo. También, cumplir un aniversario, celebrarlo, es porque en esta medida de tiempo, ocur
re que permite la reflexión sobre los pendientes, renovación de proyectos cumplidos así como los que están en el horno. Otro de los detalles de festejar un año más, es que permite pulsar el nivel de interés que se ha adquirido en el seno de la familia o, como digo, de nuestras amistades. De esa manera es que cuando alguién se acuerda que un integrante de su clan está en la víspera de su “nacimiento” como es menester, así sea al primer año o hasta quienes tienen la fortuna de festejar sus 110 años, es porque el motivo lo vale. Cumplir años tiene muchos méritos, no solamente por la situación que se tiene que vivir en el entorno familiar o social, sino por el hecho mismo de saber que somos seres vivos, que en algún momento se puede terminar todo, especialmente cuando se tiene un compromiso de salud (en el argot médico, así se le conoce a quien está enfermo o tiene un padecimiento en tratamiento). Y se pueden echar las campanas al vuelo de un cumpleaños fabuloso, cuando quien lo cumple sabe que vale la pena detenerser, hacer un alto en la ajetreada Vida, para evaluar que sí se han realizado a satisfacción muchos retos, que se han superado obstáculos, o bien que se hace justo un apapacho por esas motivaciones. Una de las personas que en lo personal agradezco al Creador conocer, se llama Oliva Franco García (de Cantú) bien domiciliada en la cabecera y municipio de Tlapa, que el 6 de agosto de este año cumplió un aniversario. Y como las redes digitales sirven también para dar a conocer las cosas bonitas de la vida, nos congtratulamos de saberla con plena salud, muy dinámica, pero sobre todo bastante fortalecida en su cumple (y siempre) por su esposo, mi amigo Delfino Cantú Rendón así como sus hijos Delfinito, Pecos y Chechi, quienes se hicieron cómplices para festejarla a quien ha sabido ser el complemento de ese hermoso matrimonio. No bastan las palabras para expresar el gusto que se siente de saber que una de las personas que tienen mucha actitud ante la Vida, es doña Oliva Franco García, quien ha encontrado en su esposo Delfino Cantú su espejo ante cualquier adversidad, por eso es que siempre han  salido adelante, contando con el respaldo de sus vástagos, por cierto que también van labrándose su propia historia ya de familia o por sus propios triunfos. Sirvan estos comentarios para agradecer infinitamente la amistad, considerando también que se tiene un cariño de una familia que se siente casi como propia. (Comentarios: dacnificados@outlook.es).

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