NOTA

Con eructo Astudillo saludó a
quienes le pidieron aulas, hoy

 Para que le hiciera una buena digestión del consumo de cazuelas de pozole y unos mescalazos para que no le hiciera daño, en la fiesta mañanera a San Francisco de Asís, hoy viernes  cuando se retiraba el gobernador del estado, el priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, fue interceptado por un grupo de manifestantes demandándole construcción de aulas para dos escuelas de Chilpan

cingo.
Con pancartas se manifestaron los padres de familia, profesores y alumnos del jardín de niños “Ignacio Allende” y la primaria “Mi patria es primero”, de la colonia Cuernavaca, abordaron el gobernador  priista cuando apenas comenzaba su digestión de un sabroso pozole y unos mezcales que le ofrecieron sus ex vecinos del barrio de San Francisco.
Para que no hubiera confusión de que eran “terroristas” y sus guaruras gorilas no arremetieran, pues se trataba de una manifestación pacífica y con legítimas demandas mostraron pancartas en el kiosco del barrio capitalino enfiestado.
Esperando el milagro de “San Francisco de Asís”, se colocaron frente a su iglesia a donde el gobernador Astudillo Flores acudió a una misa oficiada por el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa de Alvarez, Salvador Rangel Mendoza.
Los vecinos de la “Cuernavaca”, preocupados por la educación de sus hijos le pidieron al mandatario la construcción de por lo menos cinco aulas porque las actuales son de madera y se reblandecieron con las lluvias, más con el paso de la tormenta tropical “Narda” al igual que el piso, y también pidieron que se pavimente la calle de terracería donde se ubican.
Ante de saludar a los manifestante, Astudillo Flores se echó un prolongado eructo por la cantidad de grasa consumida y unos cuantos mezcalazos, le ordenó a su secretario particular, Humberto Israel Díaz Villanueva, los atendiera, y como siempre les ofreció solución, pero quien sabe para cuándo, porque no les firmó ningún documento.
Seguramente es otra promesa incumplida por el Astudillismo, porque hasta hoy el “orden y paz”, duerme el sueño de los justos cuando le falta exactamente dos años de que termine el sexenio de claroscuros.