miércoles, 20 de noviembre de 2019

COLUMNA

Entre la verdad y la ficción
Jorge Luis Falcón Arévalo*
PENSIÓN A LOS ADULTOS MAYORES DE $ 42.50 DIARIOS. INSUFICIENTES Y GROSERA ACTITUD DE ANDRÉS MANUEL.
“El mejor medio de socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirlas y atenderlas en su origen, y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que se busque su subsistencia”. -Manuel Belgrano político y militar argentino-
En este conteo del 2019 habitan 16 millones 179 mil personas de 60 y más años, de los cuales 53.9 por ciento son mujeres y 46.1 por ciento son hombres, de acuerdo a estimaciones del Cons
ejo Nacional de Población.
La pensión bimestral universal para adultos mayores tasada en $ 2,550.00 pesos, da un resultado de $ 42.50 diarios, lo cual ante el voraz aumento de la canasta básica, no encuadra para comprar solo tortillas y queso. O bien, bolillos, leche y requesón. Esto para una sola persona. Una soberana guasa.
Pero además, desde la Dependencia de Bienestar, los empleados de esa oficina, llamados “servidores de la nación”, al hacer entrega de este “apoyo”, mencionan que “se los envía Andrés Manuel López Obrador”; lo cual es una actitud inmoral, corrupta y desleal, porque ese dinero que se reparte entre estas personas mayores de 60 años, es de los que pagan al fisco; es decir, desde un humilde abarrotero hasta el más encumbrado empresario de México.
De acuerdo a datos de la Encuesta Intercensal 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la Ciudad de México habitan 1, 276, 452 personas de 60 años o más, lo cual, coloca a la Capital del país como la entidad con la estructura de población más envejecida. Las y los adultos mayores representan el 14.3% del total de la población.
Andrés Manuel López Obrador comenzó a entregar 600 pesos a 250 mil ancianos de 70 años en 2001 y 17 años después se les deposita en la tarjeta mil 200 pesos a más de medio millón de adultos mayores.
Esa misma dinámica clientelar, hoy como mandatario, la pone en operación en el país para seguir manteniendo su imagen en el gusto de los votantes adscrito a esa tarjeta, vale o pago en efectivo; unos en Banco Azteca, otros en oficinas de Telecom, los más en efectivo. Porque posteriormente se echará en marcha en una institución llamada Banco del Bienestar, el cual tendrá sucursales en las zonas más apartadas de México.
Los dineros usados para el pago de pensión a los adultos mayores, proviene de las captaciones y excedentes del petróleo, del ajuste o recorte a programas de salud, el campo, a la implementación y creatividad cultural, a los ayuntamientos, a la ciencia, a las universidades, a los niños
Detiene el desarrollo del país, para captar votos a través de la entrega de dinero, que es necesario en rubros de la producción, la academia y cultura. A la dádiva, a la limosna
Empático con los pobres, lamentable y alarmante ha sido que este gobierno haya tomado las decisiones en función de la raza, a quienes ha llamado mestizos e indígenas a quienes en contradicción en un discurso indicó: “Los verdaderos dueños de México son ahora los más pobres, los más marginados, los más humillados, porque todavía desgraciadamente sigue habiendo racismo”. Cuando López mismo lo pregona y aplica.
Un torpe con iniciativa, solo puede expresar esto.
Esos “pobres” que serán usados en breve, como pensión-voto ó “Chayo-Pueblo”; no han podido calcular los daños emocionales que les habrá de causar este plan clientelar que solo es un ficticio proyecto auditivo, de $ 42.50 diarios de forma bimestral.
Esperemos, también, que esta repartición universal de la pensión, no llegue a grados racistas; pero además que las Delegaciones federales de Bienestar en los estados federativos, desaparezcan por occiosas en su personal, ineficientes en su administración y nula operatividad al ponerse en marcha el banco amloísta “Bienestar”.
*@GradoCero_Gro

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