NOTA CON FOTO

Desnutrida y malvive
elefante circo Atayde

La elefanta tiene un aspecto débil. Su cara lo dice todo y su piel habla por sí sola. Su cuero está cuarteado y se ve sucio. Tiene los ojos caídos y está desnutrida. Un animal de este tipo debe pesar más de cinco  toneladas.
Del mamífero solo se veía su cola. En un principio el animal se escondía atrás de un camión largo color blanco en el que se leía: Aurelio Atayde.
Su comida del día son unos cuantos bolillos duros. También se alimenta del pasto, que se ve opaco y nada fresco. Un experto en el cuida

do animal calificó esta circunstancia de maltrato. “Es como si le dieran de comer cartón a un perro”, afirmó.
Alimentar a este mamífero no es barato. Son animales herbívoros que necesitan comer dos pacas de alfalfa, una de avena, además de vitaminas que significan un gasto mínimo de 500 pesos diarios. Tan solo en un día consumen 200 kilos de alimento y beben hasta 130 litros de agua.
En el lugar hay más animales. Habitan cuatro ponys, una cebra, un chivo y un caballo. Caminan de un lado a otro y comen hierbas despreocupadamente, pues ellos podrían sobrevivir con mayor facilidad en un hábitat de este tipo.  
El terreno está a la vista de todos, pero los animales que hay podrían pasar desapercibidos para un conductor que va por la carretera.
La propiedad está rumbo a la salida a Lagos de Moreno y pareciera estar sola, pero no. El espacio está cercado con unas rejas gruesas color azul. Al acercarse se ve un hombre acompañado de su familia, tal parece que se dedican a “cuidar” a estos animales.
Además del camión Atayde hay una carpa grande del circo. A lo lejos se ven muchas jaulas de varios colores que ahora sirven para guardar cosas o simplemente están olvidadas. Los animales se esparcen por todo el terreno sin importar el clima, pero la elefanta solo se oculta. No se movió del lugar donde estaba, detrás del camión cirquero.
Esta situación es el resultado de la nueva reforma que prohíbe exhibir animales en los circos. A consecuencia eso se exponen a pésimas condiciones de vida, pues los dueños prefieren quedarse con ellos a entregarlos a quién les dé una mejor atención.