martes, 10 de diciembre de 2019

ARTÍCULO

Los médicos y
los pacientes
Apolinar Castrejón Marino
¿Y por qué decimos que “El que escoja su especialista, también escogerá su enfermedad”?  Bueno, no es un refrán popular, sino un aforismo que utilizan los médicos y las enfermeras, positivamente convencido de que la mente es manejable, y las personas son influenciables. Y que todos tenemos algo de hipocondriacos.
Los médicos son esas personas encantadoras que casi siempre se visten de blanco, para inspirarnos confianza. También fingen ser amables, pero no les creemos, y sin embargo tenemos que acudir a su consultorio, cuando estamos más desvalidos, cuando estamos enfermos.
Y es que hablan entre ellos palabras siniestras, y nos dicen cosas que no entendemos. Sabem
os que algo ocultan, pero no podemos probarlo. Solo tenemos unos indicios, que vamos a compartirles:
Quizá usted nos ayude a entender las leyes de la medicina de Jacques Loeb, que dictan lo siguiente:
1.Si está usted trabajando, no deje de hacerlo.
2.Si no está trabajando, continúe haciéndolo.
3.Si no sabe qué hacer, no haga nada, pero impida que el cirujano se haga cargo de su paciente.
Otra cosa por demás intrigante, son los principios que regen las “sesiones diagnósticas”, en las cuales participamos, como agente pasivo:
1.Las enfermedades frecuentes, ocurren con frecuencia (?).
2.La carrera, no siempre debe ser con el rápido, ni la batalla con el fuerte, pero es bueno idea apostar así.
3.Cuando oiga ruidos de cascos, piense en caballos, y no piense en cebras.
4.Apueste por las manifestaciones poco comunes de las enfermedades comunes, y no por las manifestaciones comunes de las más raras. 
Si cree usted que estamos exagerando, diga por qué, algunas enfermedades reciben nombres del santoral religioso:
Al alcoholismo le llaman enfermedad de San Martín; al dolor dental, le llaman Santa Apolonia, y al dolor cólico, San Erasmo. Hasta donde sabemos, esos santos y santas, no padecieron esas enfermedades.
Mastoplatía inflamatoria – Santa Ágata; Epilepsia – San Avertino; Sordera – San Ávido; Alteraciones mentales – Santa Digna; Hemorroides – San Flacro; Dolor reumático – San Gerbacio; Estos son otros nombres de santos y santas, sospechosamente asociados a enfermedades.
Fuego de San Antonio, erisipela; Carcinoma – San Gete; Rabia – San Huberto; Resfriado – Santa Kilda; Encefalitis – San Luis; Peste – San Sebastián; Mutismo – San Zacarías. Y ya no les revelamos otros nombres para “que no cunda el pánico”.
A decir verdad, también los médicos pasan algunos sufrimientos con algunos pacientes. ¿Sabe usted qué es el síndrome de Münchausen? Es un conjunto de síntomas dramatizados de enfermedades ficticias, y de accidentes exagerados. Se trata de pacientes que al ser sometidos a los procedimientos usuales, no se les encuentran anomalías. Es más frecuentes en las mujeres, y se considera un trastorno siquiátrico que se caracteriza por la intención consciente de engañar.
¿Qué enfermedad se asocia a la pagofagia (ingestión de helados)? Este padecimiento se asocia a la anemia ferropénica. Los pacientes muestran ansia por alimentos y sustancias no alimentarias: fríos o que pican. La mitad de los pacientes niegan padecerlo, y su tratamiento es a base alimentos con hierro.
Algunos datos que resultarán útiles en estas fiestas navideñas son por ejemplo: ¿Con qué rapidez una persona puede eliminar etanol de su organismo? Una persona sana puede metabolizar 150 gramos de alcohol por kilogramo de peso corporal por hora. O sea, los niveles de alcohol en la sangre, una persona de 70 kilogramos de peso, pueden disminuir aproximadamente 20 miligramos de alcohol por hora.
Y para terminar, mencionaremos unos datos del Metabolismo. ¿Cómo se calculan las necesidades calóricas, cuando se prescribe una dieta? Se calculan multiplicando su peso por el consumo energético por kilogramo. Se estima que los pacientes encamados precisan 2 a 25 calorías por gramo por día; los que realizan trabajo de oficia 30 calorías por gramos por día, y los trabajos más intensos, 40 a 45 calorías por kilogramo por día.
¿Verdad que es difícil navegar entre la parafernalia de los médicos? Pero puede usted probar suerte leyendo el libro de Claves en Medicina General del doctor Anthony J. Zollo.

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