viernes, 10 de enero de 2020

ARTÍCULO

Sabino Aparicio, pionero
del normalismo copalteco
César González Guerrero
Sirva el presente documento como un modesto Reconocimiento y Homenaje a uno de los primeros Copaltecos que con mucho esfuerzo logra estudiar la noble profesión de Maestro, en el marco de la celebración de sus 83 años de fructífera existencia. ¡¡Muchas Felicidades!!
Con el surgimiento de la Educación Normal en México, impulsada entre otros por el intelectual guerrerense Ignacio Manuel Altamirano, durante los últimos veinte años del siglo XIX; por los Gobiernos Revolucionarios de Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho, solo por mencionar algunos, fueron muchos los mexicanos que optaron por u
na carrera profesional digna de esos tiempos, como es la de servir a México promoviendo la Educación.
Fueron cientos de guerrerenses que se interesaron en formar parte de este gremio histórico y los Copaltecos no se quedaron atrás, hubo jóvenes de aquella época que pasaron a formar parte de los educadores como Salomón González Suastegui, Alfonso Lozano González, Ramiro González Mendoza, Ángel Muñoz González, Severo Hernández Roque, Cenobio Damián Flores, Macario Aparicio Ortega, Aldegundo Pérez Guerrero, entre otros que escapan a mi memoria y ruego una disculpa, sin respetar el orden, unos antes y otros después, que fueron los pioneros del normalísmo Copalteco. En esta ocasión me referiré a uno de ellos el Profesor Sabino Aparicio Suástegui.
Nació el 9 de enero de 1937 en el popular barrio del Huicon de la población de Copala, municipio de la Costa Chica del estado de Guerrero. Sus padres fueron el señor Francisco Aparicio Bracamontes y la señora Celsa Suastegui Damián. Ambos originarios del municipio de Copala. Sus abuelos paternos fueron Sabino Aparicio Candela y Heliodora Bracamontes Cisneros, mientras que sus abuelos maternos fueron Vicente Suastegui Díaz y Felipa Damián Ventura. Sus hermanos Aarón, Irais, Gabriel, Cohinta, Nicandro, Ángel y Macario.
Con su esposa Ma. Enriqueta Figueroa Galeana procrea a sus hijos Edith, Cuauhtémoc y Patricia. Sus nietas Paulette y Gabriela Alejandra  Iturriaga y Bruno Valdés. Sus yernos son Alfonso Iturriaga Saavedra y Fernando Valdés Morales, respectivamente.
Sus primeras letras se las enseña su tía Concepción Suástegui Damián (Ma-Concha), que atendía a sus sobrinos en sus tiempos libres y de manera particular en su domicilio, junto con su hermana Catalina (Ma-ina), utilizando el Silabario de San Miguel Arcángel, documento básico para la educación de esos tiempos.
De esa manera Sabino Aparicio aprendió a escribir, utilizando el manguillo y el tintero, primeras herramientas del aprendizaje de la época y al no existir Escuela Primaria completa en Copala solo hasta cuarto año, y debido a los problemas sociales que existían, sus estudios oficiales los inicia en la escuela Primaria de Amatitlán, municipio ubicado en Cuernavaca, estado de Morelos, correspondiente al 1ro., 2do. y 3er grado, durante los años de 1945 a 1947, en donde recibió el apoyo de Obdulio Suástegui, Padre de su primo Abelardo Suástegui y cuñado de su padre Francisco Aparicio.
Por diversas razones, principalmente por la muerte de Obdulio Suástegui que los apoyaba en Cuernavaca, en el año 1948 regresa a Copala y aprovechando el tiempo, en una escuela particular no reconocida oficialmente, es atendido por el maestro Luis Apreza, originario de San Luis Acatlán, mismo que refuerza sus conocimientos adquiridos en Cuernavaca.
Posteriormente, en el año 1949 y con el apoyo del profesor Pedro Cortés, otro amigo de su padre Francisco Aparicio Bracamontes, lo envía a la ciudad de Teziutlán, Puebla, en donde debido a que no había cupo para ingresar al grado de cuarto año, repite el 3er. grado de primaria en el internado “Fray Francisco Lucas”, junto con su hermano Gabriel y sus primos Abelardo y Salvio.
En el año de 1950 Sabino Aparicio regresa a su tierra de origen, junto con su hermano Gabriel y en Cuernavaca se queda su primo Salvio. En Copala continúa estudiando el 4to. año en la escuela Primaria Miguel Hidalgo y Costilla, cuya construcción se encontraba junto al antiguo Palacio Municipal y donde actualmente se encuentra el Mercado Municipal. Recordando a uno de sus maestros que fue Emiliano Ramírez, oriundo de la población de Cuautepec.
Posteriormente, en el periodo 1951-1952 regresa a Cuernavaca ya sin la compañía de su hermano Gabriel, en donde estudia el 5to. y 6to. grado en la Escuela Primaria Centenario, en donde recibe el apoyo del matrimonio conformado por el señor Ignacio García y la Sra. Modesta Cortes, mismos que le ofrecieron su casa por ser amigos de su Padre el señor Francisco Aparicio.
Debido a la muerte de su padre en el año de 1952, con esfuerzo y sacrificio continua sus estudios gracias al apoyo de la familia mencionada en la misma ciudad de Cuernavaca, concluyendo sus estudios primarios satisfactoriamente, a la edad de 15 años. Situación por la cual regresa a la población de Copala, sin saber su futuro. Durante las temporadas que se encuentra en Copala, sobre todo en los periodos vacacionales, apoya a su padre en las tareas del campo, por lo que también conoce y desarrolla las actividades propias de los campesinos.
Gracias al apoyo de Genaro Ortega Molina, originario de San Luis Acatlan, también amigo de su padre, se traslada a la ciudad de México para continuar sus estudios, pero debido a que no fue posible lograr su inscripción en la Escuela Normal Nacional de Maestros busca la oportunidad en su estado de Guerrero y es como llega con una Recomendación gestionada ante la Dirección General de Normales por Damián Ortega, hijo de Genaro Ortega, misma que no sirvió de nada debido a que el Director del Internado de Ayotzinapa le informo que no había cupo para obtener una beca, por lo que en calidad de oyente sigue esperando su oportunidad, que fue lograda en el mes de Agosto 1953, año en el que se inscribe formalmente en la Escuela de Ayotzinapa, ubicada en el municipio de Tixtla, hasta concluir sus estudios de secundaria en el año 1955. Cabe señalar que en este periodo ya estaba nuevamente acompañado de su hermano Gabriel Aparicio.
En ese tiempo había dos ciclos de 3 años cada uno, el de Secundaria y el Profesional y egresaban con grado de Maestro Normalista pero Sabino Aparicio Suástegui solo termina sus estudios de Secundaria.
En 1956 regresa a la ciudad de México nuevamente, acompañado de su hermano Gabriel Aparicio, los hermanos Alfonso y Francisco Verdín Suástegui, Mario Marín Figueroa, Ángel Muñoz González y los hermanos Felicitos y Severo Hernández Roque, y con el apoyo de Genaro Ortega y su hijo Macario Ortega, logra inscribirse en la Escuela Nacional Normal de Maestros donde estudia su carrera de maestro normalista en el año de 1958, iniciando sus actividades docentes en el siguiente año.
Por cierto al ingresar a esta Institución Superior se reencuentra con su primo y paisano Salomón González Suastegui, de quien también recibe un total apoyo ya que en su calidad de Presidente del Internado de la Normal se le otorga una beca. De la misma manera se encuentra también con otros paisanos distinguidos normalistas como Alfonso Lozano González, Nabor Pérez González, Cenobio Damián Flores, Ramiro González Mendoza, entre otros. En este momento también es cuando se encuentra con Abel Gatica, otro distinguido Copalteco y conoce a Genaro Vázquez Rojas como líder estudiantil en la Normal, como paisano de la Costa Chica.
Su desempeño como docente siempre fue en la Escuela Primaria Héroes de Cerro Prieto, localizada en la Colonia del mismo nombre, de la ciudad de México, D.F. Con una duración de 33 años de servicio a la educación.
Actualmente, ya jubilado en el año 1992, junto con su esposa Ma. Enriqueta y sus hijas Edith y Patricia, y sus respectivos esposos, comparten la felicidad de sus nietos y radica en Ciudad Netzahualcóyotl, en donde recibe frecuentes visitas de sus familiares y amigos que lo buscan para que les brinde su apoyo en todas las situaciones, principalmente en gestoría social, atención a la salud y empleos. (Su hijo Cuauhtémoc por motivos de trabajo radica en Estados Unidos).
A lo largo de sus años destaca la participación directa y decidida en las gestiones de beneficio al pueblo de Copala como la Introducción del Agua Potable, la Construcción de la Escuela Secundaria, que por respeto del espacio solo se mencionan algunas de sus acciones, sin mencionar los casos de varias personas y familias de Copala a quienes ha brindado el apoyo requerido, principalmente en atención a la salud.
Solo por mencionar un ejemplo de su enorme compromiso con su tierra a mí me consta todo el apoyo que nos brindó a mi hermano Javier y a su servidor en nuestra época estudiantil. Así como también todo los apoyos a mi padre Santa Cruz González Cortés en las gestiones ante la oficinas gubernamentales de la capital del país como Banobras, para lograr la introducción del Agua Potable.
Como todo profesionista, con interés en el progreso de su pueblo, tiene y recuerda muchas anécdotas e historias de Copala, y guarda en su memoria personal una gran cantidad de aspiraciones y sueños por cumplir y realizar, como es, por ejemplo el escribir parte de la historia de su vida y de su tierra Copala, pero que a veces por falta de tiempo no es posible, pero si pretende que un tiempo no muy lejano trasmita sus experiencias, no obstante que reconoce que hay personas que posiblemente no valoran este tipo de trabajo, pero para él tiene un importante significado enviar un  mensaje a los jóvenes de México, Guerrero y de Copala.
Esperamos que se anime y nos aporte sus experiencias. Estaremos pendientes de ello.

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