martes, 21 de enero de 2020

ARTÍCULO CON FOTO

El daño de las
protestas callejeras
Apolinar Castrejón Marino
¿Y por qué decimos que “El hombre es la medida de todas las cosas”? este es un aforismo que resume las enseñanzas de Protágoras, el sofista griego que enseñaba que la norma y la verdad son relativas a cada persona.
Lo cierto es que sus escritos se perdieron completamente, y solo contamos con la mención que hacen de sus palabras, otros autores antiguos, como Diógenes Laercio, Platón, Aristóteles, y Sexto Empírico según los cuales su obra más importante que conocieron se llamó “Los discursos demoledores”.
Pero en la actualidad, gracias al avance de la tecnología y las ciencias  matemáticas, todo puede medirse, lo que ayuda a dejar de hacer apreciaciones personales. Y para comprobarlo, vamos a medir por ejemplo, el daño qu
e nos ocasionan las protestas cotidianas, que nos aplican las “organizaciones” que pululan en las ciudades.
Así es, cuando usted no puede llegar a tiempo a su trabajo, cuando se tarda más de la cuenta para trasladarse a realizar trámites, o cuando tiene usted que salir con anticipación de su casa, previniendo que pueda haber algo que obstaculice su libre tránsito, sufre un daño, que puede medirse con más o menos exactitud.
Y ese daño puede expresarse en términos económicos (¿?). Por ejemplo, si usted se traslada en automóvil propio, y se topa con un bloqueo o una marcha, que lo obliga a ir “a vuelta de rueda”, su consumo de gasolina se multiplica, ya no encuentra lugar para estacionarse en alguna calle, y en consecuencia, tiene que pagar estacionamiento. Todo esto representa dinero.
Si usted llega tarde a su trabajo, o un puede llegar, obviamente se hará acreedor a un descuento. Cuando usted va a pagar una mensualidad o “abono” y no pude llegar, se hará acreedor a un recargo. Y peor si se trata de una operación bancaria, pues puede ir a parar hasta el buró de crédito.
Los bloqueos también ocasionan que la gente que utiliza el transporte colectivo tenga que bajarse de la “combi” antes de su destino, y continuar a pie, o tomar otro transporte, y en cada caso, gasta más de lo convenido. Las damas que van ataviadas con ropa y calzado elegante, ven irremediablemente dañadas sus costosas zapatillas.
Por falta de espacio, nos vemos precisados a excluir  las operaciones estadísticas que tuvimos que realizar, con las variables que hemos venido mencionando, y pasaremos a señalar los resultados del daño económico que nos ocasionan los “estudiantes”, a quien la gente llama despectivamente “Ayotzinapos”.
Pero no solo ellos, sino una larga lista de grupos y de sectores que se dicen “vulnerables”, marginados, y discriminados: LGBTTTIQ, Coordinadora de “maestros”, jubilados y pensionados, “ninis”, becarios, “rechazados” de las escuelas, contribuyentes que se oponen a los impuestos, al cambio climático, y párele de contar.
Entonces, por faltas al trabajo, retardos en pagos, mayor consumo de gasolina y transporte, la gente es afectada en un estimado de 2 mil pesos al año, lo cual representa aproximadamente 5 % de sus ingresos en un año.
Así las cosas, la sociedad se ve dividida en 2 vertientes: quienes consideran que esos obstaculizadores tienen derecho de manifestarse, y por el otro lado, quienes los toman como enemigos públicos, que agreden a la sociedad, que nada tiene que ver con las causas que ellos reclaman.
Otra complicación representa el hecho de que los obstaculizadores ponen en la misma escala de importancia toooodos los reclamos. Para ellos representa la misma prioridad el pago a los jubilados, y el reclamo de servicios públicos, que salvar a la vaquita marina.
Entonces, la inconformidad –de los ciudadanos– contra los inconformes –obstaculizadores– se basa en el hecho de que lo que llaman luchas sociales, en la práctica son agresiones a la sociedad. Lo que llaman protestas pacíficas, son una mentira, porque por definición, toda protesta, es una provocación a la autoridad.
Con la peor intención, los manifestantes se hacen acompañar por sus hijos o por otros niños, con la creencia de que los grupos policiacos no podrán someterlos al orden, por temor de lastimar a los infantes. Hasta donde sabemos, existen leyes de protección de los infantes, la cual debería aplicarse a quienes ponen en peligro la integridad física de los niños.

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