𝗟𝗮 𝗚𝗼𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮

𝒜𝓇𝓉𝓊𝓇ℴ ℛíℴ𝓈 ℛ𝓊𝒾z

CDMX, 20 de jul. 2022.- El circo de Orrín se estableció inicialmente en la plaza de Santo Domingo y permanecía en la Ciudad de México durante los primeros cinco meses del año, de enero a mayo.
El 21 de febrero de 1891 se inauguró espectacularmente una arena especial para circo en la plaza de Villamil con capacidad para 2 500 espectadores y 38 palcos para visitantes distinguidos. Su costo ascendió a 100,000 pesos, cuando en los mejores hoteles cobraban de uno a cinco pesos diarios.
En este palacio de diversión, “vasto, elegante, bien alumbrado y alfombrado con tapete rojo”, el payaso Bell deleitaba a su público, que noche a noche lo ovacionaba de pie.
Las producciones se volvieron cada vez más extravagantes e incluían La Cenicienta, con su glorioso vestuario, representaciones de Napoleón, Garibaldi y la Reina Victoria interpretadas por niños de cuatro o cinco años, la magia de Aladino y su lámpara maravillosa, Noches en Pekín y La Feria de Sevilla.
El número más fastuoso el acto Acuática, pues dejaban atónito al público las cascadas de agua que llenaban el escenario, formando un lago grande para acomodar varias góndolas y todo iluminado por luces de colores.
La magnificencia de estas presentaciones era realzada por la excelente música de fondo interpretada por la orquesta; sin embargo, por más espléndido que fuera el espectáculo, siempre el payaso Bell era quien suscitaba el mayor entusiasmo y recibía las más profusas alabanzas en los diarios: “El circo sin Bell sería como Hamlet sin el príncipe de Dinamarca. FUENTE: Mediática INAH.
#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮. 🏡 💙

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