Compartiendo Diálogos Conmigo mismo




TODA LA EXISTENCIA ES UNA ELEVACIÓN 


(La prioridad está en tomar el camino del verso, en optar por abandonarse para oírse en el silencio, en habituarse a la escucha y en dejarse habitar por el don y en donarse antes de que la muerte nos alcance. Hemos de vencernos a nosotros mismos, para convencernos que nuestra morada está en ese poema perfecto, que María nos alumbra y que su Hijo nos resplandece. Sólo hay que dejarse acompañar y acompasar por el espíritu purificador y continuar el cauce de sus latidos). 



I.-  EL SENTIDO ÚLTIMO DE NUESTRA EXISTENCIA 


Cada día es un morir para un vivir,

un vivir para un desvivirse en amar; 

porque amando es como revivimos, 

en dulce aire que acaricia la morada, 

y en manso abrazo que injerta alegría. 

Hemos de volver a ese reino celeste, 

para el que hemos sido concebidos, 

donde todo se crea y se recrea vivo, 

ya que lo palpitante de la historia, 

está en volver al gozo de lo eterno.

Dejemos las cosas de aquí abajo, 

levantemos la mirada del poeta, 

hagamos el corazón cada aurora, 

engrandezcámonos en la placidez, 

y restemos poder subordinándonos. 


.II.- NUESTRO FUTURO ES LA LUZ QUE NOS FRECUENTA


El futuro es nuestro si profesamos,

la senda vertida por el Redentor, 

presencia y presente en nosotros; 

que es el que orienta los espacios,

y nos estimula a unirnos con Dios. 

Este morar en el amor nos ilumina,

nos hace crecer y reencontrarnos; 

encontrar el modo de sostenerse

y sustentarse, envueltos al Creador, 

pues en el cielo tenemos la Madre.

Con María se renueva el esplendor; 

su grandiosidad nos hace libres, 

y su gran bondad nos embellece; 

resiste nuestro mal y nos asiste, 

promoviendo el gozo de caminar.


III.- LA HUMILDAD ES EL CAMINO QUE NOS RECONDUCE 


Necesitamos de ese ojo armónico, 

para saber reconocernos dóciles, 

y sentirnos auténticos servidores; 

pues la grandeza del ser humano, 

está en donarse, no en endiosarse.

La sencilla y más elevada criatura, 

con la gracia divina y en guardia, 

en sigilo siempre para dar oídos, 

y en disponibilidad imperecedera, 

vence las alturas desde las bajuras.

Tenemos la certeza de su consuelo, 

señal resplandeciente de esperanza, 

que nos invita a levantar la mirada, 

a retornar al Padre y a tonar vivas; 

sí, porque el Señor es vida y verdad.


Víctor Corcoba Herrero

corcoba@telefonica.net

12 de agosto de 2022.

#QuédateEnCasa🏡💙

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sacados 3 del "Bar Bar" tirados al río Huacapa

𝗥𝗲𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗮 𝗗𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗙𝗶𝗴𝘂𝗲𝗿𝗼𝗮 𝗚𝗮𝗹𝗲𝗮𝗻𝗮 𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗜𝗣𝗡, 𝗼𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗖𝗼𝗽𝗮𝗹𝗮, 𝗚𝗿𝗼.

𝗖𝗲𝗻𝘁𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗻𝗮𝘁𝗮𝗹𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗖𝗼𝗵𝗶𝗻𝘁𝗮 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗲𝗿𝗼 𝗔𝗽𝗮𝗿𝗶𝗰𝗶𝗼