viernes, 23 de septiembre de 2022

Gota de Historia




Arturo Ríos Ruiz



UNA GOTA QUE DUELE ...

CDMX, 23 de sep. 2022.- Vicente Guerrero levantó pueblos, puso en Tixtla su cuartel general. La prensa lo culpaba de incendiar el país, sembrar la discordia entre negros y blancos. Se rebeló en marzo de 1830 en la Costa Grande, cerca de Michoacán, con antiguos insurgentes. Contaba con tres mil hombres. 

Se le unieron Francisco Victoria, hermano de Guadalupe, José Salgado y Juan Álvarez. Pero desde Palacio Nacional, Anastasio Bustamante y jerarquías militares juntaron a más de tres mil soldados que “sostendrían la ley”, contra la Revolución el sur que sacudía al inicial México independiente.

El 1 de enero de 1831 las Cámaras propusieron la amnistía para “evitar derrame de sangre”. Nicolás Bravo, derrotó a Guerrero y a Álvarez en Chilpancingo. El 31 de enero se informó que el tlixtleco se había embarcado hacia Huatulco y el 1 de febrero, a las 2.30 horas, se anunció la prisión del nacido en Tixtla.

Se informó que el general iba con el exdiputado Primo Tapia, Manuel Zavala, Juan Álvarez, Francisco Mongoy, Césareo Ramos y Francisco Picaluga, Se discutió su destino, pero Joaquín Ramírez y Sesma propuso fusilarlo por desconfianza y que regresaría como Agustín de Iturbide, apoyado y protegido por Estados Unidos.

Le interceptaron la carta dirigida a Lorenzo de Zavala, Guerrero escribió: “El dinero se me acabó y para continuar la guerra; mándeme cuanto pueda, y asegúrele a Joel R. Poinsett: “Pronto cumpliré la oferta que le hice de la venta de Texas”, cuando esté en la Presidencia. 

Necesito armas y vestuario, pero esto me lo deberá proporcionar con toda reserva y disimulo”. Todo hacía indicar que allí se le formaría un consejo de guerra y que sería fusilado irremisiblemente. Extracto del artículo de Javier Torres Medina en Relatos de historia de México.

#QuédateEnCasa🏡💙

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