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Josรฉ Antonio Rivera Rosales
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Mucho antes de que el presidente definiera el Humanismo mexicano como polรญtica de estado, la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda ya estaba ejerciendo una estrategia de gobierno basada en principios humanistas que se enfocรณ, primordialmente, en La Montaรฑa de Guerrero.
La verdad es que la joven mandataria ha sorprendido gratamente a propios y extraรฑos.
Y no es para menos: aunque en lo general ha desarrollado un enfoque con perspectiva de gรฉnero en la construcciรณn de herramientas tรฉcnicas para la gobernabilidad, la esencia de esa gobernanza ha sido el humanismo en la forma de abordar las diversas problemรกticas.
Lo mรกs destacable, decรญamos, es el programa para proteger a las niรฑas y adolescentes de los pueblos indรญgenas de costumbres abusivas, asรญ provengan de usos y costumbres que en su esencia son machistas y misรณginos, en detrimento de las muchachas de esa regiรณn.
Desde principios de los noventa, los pueblos nรกhuas, tu’unsavi, รฑomdaa y tlapanecos se han manifestado pรบblicamente en la defensa de sus derechos. Una de sus manifestaciones mรกs simbรณlicas fue una marcha denominada Nunca mas el silencio, que se llevรณ a cabo en plazas de ciudades y municipios principalmente del sur del paรญs.
De hecho, desde esa fecha surgiรณ la idea de construir sus propios organismos de seguridad, plan que luego se materializรณ en el surgimiento de la Policรญa Comunitaria como una forma de proteger sus comunidades de la delincuencia, fenรณmeno ante el cual se sabรญan olvidados por el gobierno mestizo.
Para el efecto, se ampararon en los contenidos de la Organizaciรณn Internacional del Trabajo (OIT), del cual el gobierno mexicano es uno de los firmantes.
Pero los pueblos indios se olvidaron de mirar hacia dentro: es decir, de analizar el trato que se otorgaba al sector femenino de sus comunidades.
Y, claro, la diferencia cultural es abismal respecto de la sociedad mestiza. Por ejemplo, en las comunidades indรญgenas los jรณvenes se casan a temprana edad. Un joven de 16 aรฑos contrae matrimonio y en automรกtico se convierte en ciudadano mayor de edad con voz y voto en las decisiones que tienen que ver con la comunidad, algo muy distinto de lo que marca la ley de las sociedades mestizas, que establece los 18 aรฑos como mayorรญa de edad, por citar un comparativo.
Pero las mujeres se encuentran todavรญa a mucha distancia de gozar de esa relativa autonomรญa de la que disfrutan los hombres.
En muchas comunidades es habitual que las niรฑas de 11 o 12 aรฑos se prometan en matrimonio a algรบn solicitante varรณn. Por lo regular la opiniรณn de las niรฑas o adolescentes no son tomadas en cuenta.
Se entenderรก entonces que la opresiรณn machista se ceba brutalmente contra niรฑas y jรณvencitas que tienen que acatar lo que ordenen sus mayores, aรบn si parece injusta la decisiรณn de los padres y los maduros (xa’cua’, les dicen en la lengua Tu’unsavi).
En los 19 municipios de la regiรณn de La Montaรฑa habitan casi medio millรณn de hablantes de lenguas indรญgenas. Eso significa que son decenas de miles las niรฑas y jรณvenes que deben ser rescatadas de esa opresiรณn cultural que las convierte en mercancรญas, mรกxime si el solicitante es un mestizo que busca comprar una esclava sexual, para lo cual habrรก de invertir en los gastos de la boda y en algunos regalos para complacer a los padres.
Pero, al ser una conducta cultural la que da origen a esa prรกctica, es menester plasmar en la ley los mecanismos sancionatorios y resarcitorios de esa costumbre bรกrbara, que deberรก contar con el apoyo de los ancianos de las comunidades, principalmente en los municipios indรญgenas mรกs aislados.
Para el efecto, no basta establecer leyes. Es necesario que se construya una campaรฑa que cuente con el consenso de las autoridades indรญgenas a todo lo largo y ancho de la regiรณn, dando รฉnfasis en los municipios mรกs recรณnditos, cuyas comunidades por lo regular son monolingues.
Como se verรก, no es un trabajo nada fรกcil pues encontrarรกn una resistencia feroz de las propias autoridades -comisarios, representantes y liderazgos indรญgenas que no estรกn dispuestos a abandomar sus costumbres-.
Pero es un plan que se tiene que llevar a cabo ineludiblemente, sobre todo si contamos con una gobernadora sensible a ese tema y dispuesta a garantizar la protecciรณn de los derechos humanos de niรฑas y adolescentes indรญgenas.
A la par, habrรก que cumplir y hacer cumplir la promesa presidencial de llevar los apoyos necesarios para La Montaรฑa, tal como se comprometiรณ Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador desde el principio de su campaรฑa.
Ese medio millรณn de ciudadanos mexicanos de extracciรณn indรญgena deberรกn ser atendidos, por primera vez en 500 aรฑos, tal como son atendidos los habitantes mestizos: con todas las prerrogativas, derechos, responsabilidades e inversiones que puede y debe aplicar el estado mexicano.
Que bueno que el presidente Lรณpez Obrador reconociรณ pรบblicamente el esfuerzo de la gobernadora Evelyn Salgado en una de sus conferencias matutinas de la semana pasada. Tambiรฉn estรก obligado a respaldar totalmente ese esfuerzo sobrehumano de la mandataria estatal, que ha causado una sorpresa agradable en muchos sectores que desconfiaban de ella.
¿Quรฉ necesita La Montaรฑa? Ademรกs de la prioritaria atenciรณn a las niรฑas, tambiรฉn necesita caminos –el ebogado comunitario Manuel Vazquez Quintero estรก desarrollando un trabajo loable con los caminos artesanales-, infraestructutra mรฉdica, educativa e inversiรณn para generar empleos, con lo que se reducirรญa sustancialmente la migraciรณn al norte y a Estados Unidos de familias enteras.
Eso implicarรญa una inversiรณn global de cerca de un mil millones…de dรณlares.
Pero hay que hacerlo… antes de que sea demasiado tarde.
Adelante, Evelyn… (๐ด๐ช๐ฏ๐ต๐ฆ๐ด๐ช๐ด๐ฅ๐ฆ๐จ๐ถ๐ฆ๐ณ๐ณ๐ฆ๐ณ๐ฐ.๐ค๐ฐ๐ฎ.๐ฎ๐น).
#๐ค๐รฉ๐ฑ๐ฎ๐๐ฒ๐๐ป๐๐ฎ๐๐ฎ. ๐ก ๐
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