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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor

corcoba@telefonica.net              

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Necesitamos reanimarnos y restablecernos, llenar el santuario รญntimo de nuestro espรญritu con vocablos comprensivos, mรกs positivos que negativos, clementes y placenteros. Por desgracia, la atmรณsfera actual no suele acompaรฑarnos en ninguna parte del planeta. Proliferan los conflictos, las catรกstrofes diversas, los actos violentos, los abusos de todo tipo, asรญ como una fuerte carga de sensaciรณn de aislamiento y abandono, que ciertamente pueden generar conductas suicidas. A este desorden, hay que sumarle los grupos vulnerables y discriminados, como son los refugiados y migrantes.
Desde luego, tenemos que aprender a vivir la vida; y, en este sentido, el cultivo de la poesรญa o el de cualquier otro arte en general, nos ayudarรกn a un recogimiento รญntimo que nos permitirรก reconocernos y abrirnos a los demรกs. Sin duda, para sacudirnos de estos tiempos turbulentos, tan frรญvolos como irresponsables, se agradecen otros aires que nos eleven, transformando el mรกs simple de los poemas en un eficaz fermento para el diรกlogo con lo armรณnico. Por cierto, para despertar a esta cadencia hemos de trabajarla a diario. Serรก nuestra mayor riqueza.
Justamente, en la lรญrica o en el cultivo de cualquier autentico quehacer plรกstico, todo se orienta hacia la verdad que no tiene ocaso. Hoy mรกs que nunca, necesitamos de esa espiritualidad y goce estรฉtico, para no enfermar y volvernos piedras. Tenemos que batallar por los valores, reconquistar indefinidamente el acorde de los sonidos melรณdicos, para motivar otra realidad mรกs resplandeciente, que no estรฉ ofuscada por la mentira o por la banalidad.
Indudablemente, aquello que nos embellece y entusiasma jamรกs puede desfallecer, como las tradiciones orales de  los recitales de lรญrica, o cualquier otra energรญa creativa, que sirva para unirnos y reunirnos alrededor de un nuevo orbe, en el que todo debe tender hacia la concordia. Por ello, la apuesta por aumentar la visibilidad de la inspiraciรณn en los medios de comunicaciรณn tiene que hacerse evidente, pues en lo verรญdico es donde hemos de reencontrarnos para poder florecer y dar fruto. El gรฉnero humano no tiene otro razonamiento para sรญ, que aprender a conducirse por la cogniciรณn, un criterio que nos lleva a juzgarnos a la luz de las normas naturales; y, a  reconducirse de las caรญdas, por el sueรฑo de la contemplativa vital.
Sea como fuere, necesitamos sorprendernos, sentir el placer del hรกlito que penetra en la naturaleza y descubrir que todo lleva consigo un alma, que requiere dar cuerpo a la esencia profunda de las cosas, lo que contradice esa absurda mentalidad del descarte y la exclusiรณn; segรบn la cual, solo se suele prestar mayor atenciรณn y cuidado a quienes pueden aportar ventajas productivas a la sociedad, olvidando que aquellos que sufren son tambiรฉn ciudadanos con idรฉntica dignidad.
Seguramente, tengamos que circundarnos de quietud para verter dulzura y poder encender el fuego del amor, al menos para crear unidad donde habita la divisiรณn, antes de que los perversos huracanes nos lleven a la destrucciรณn del propio poeta que todos llevamos consigo. Ahora bien, jamรกs perdamos la calma de la pasiรณn, esa que germina de un santuario familiar puro, y que no es otra que la prรกctica del corazรณn entre linajes, por la que todo el mundo se torna cantor. En este caso, no es una ambiciรณn mรกs, sino una manera de estar en guardia para ofrecer ayuda, embelleciendo los caminos existenciales.
Hemos de tomar conciencia, pues, de que no existe sobre la tierra nadie que permanezca insensible al real afecto, ese que todo lo hermosea con un donarse a quererse y a querer perdonar, conciliando lenguajes y reconciliรกndose, detrรกs de ese abecedario entraรฑable que llama a la amistad. Ademรกs, permanezcamos con los ojos bien abiertos y el oรญdo en disposiciรณn de escucha, si en verdad nos queremos liberar de toda pretensiรณn mundana y retomar el soplo poรฉtico mรกs allรก de uno mismo.
Nuestro recรณndito santuario, precisamente, suele estar escaso de humildad. Nos pensamos dioses, tambiรฉn nos creemos supremos y hasta nos endiosamos de pedestales corruptos a mรกs no poder; en lugar de poner los pasos en reencontrarse humildemente. Hagรกmoslo, con la sencillez, que es lo que da sentido a la existencia.
Luego, recordemos que el mejor antรญdoto para no caer en el vacรญo, desmembrando vรญnculos y empedrando parentesco, radica en restablecerse como musa, estableciรฉndose como cantautor de autenticidades en lugar de autor de chismes. Las habladurรญas nos dejan fuera, regresemos al interior. En los adentros del ser y en el saber estar, estรก la sanaciรณn y la evidencia por montera. Abracรฉmonos corazรณn a corazรณn, por algo se empieza.
corcoba@telefonica.net
19 de marzo de 2023.

#QuรฉdateEnCasa๐Ÿก๐Ÿ’™

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