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“๐๐ฆ๐ฏ๐ฆ๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ถ๐ฏ๐ข ๐ฎ๐ช๐ด๐ชรณ๐ฏ ๐ฆ๐ฏ๐ค๐ฐ๐ฎ๐ฆ๐ฏ๐ฅ๐ข๐ฅ๐ข ๐ฑ๐ข๐ณ๐ข ๐ญ๐ญ๐ฆ๐ท๐ข๐ณ๐ญ๐ข ๐ข ๐ฃ๐ถ๐ฆ๐ฏ ๐ตรฉ๐ณ๐ฎ๐ช๐ฏ๐ฐ, ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฏ๐ฐ ๐ฆ๐ด ๐ฐ๐ต๐ณ๐ข ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ณ๐ฆ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ค๐ช๐ญ๐ช๐ข๐ค๐ชรณ๐ฏ ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ณ๐ฆ ๐ดรญ, ๐ญ๐ฐ ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ญ๐ญ๐ฆ๐ท๐ข ๐ญ๐ข ๐ฑ๐ข๐ป ๐ฆ๐ฏ ๐ญ๐ข ๐ต๐ช๐ฆ๐ณ๐ณ๐ข, ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฆ๐ด๐ต๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ต๐ข๐ฏ ๐ฏ๐ฆ๐ค๐ฆ๐ด๐ช๐ต๐ข๐ฅ๐ฐ๐ด ๐ข๐ค๐ต๐ถ๐ข๐ญ๐ฎ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ฆ”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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El espรญritu democrรกtico se ha de concentrar en el respeto a los derechos humanos y se debe centrar en las personas. En este sentido, una buena gobernanza estรก pendiente de todos y necesita de la virtud, fortaleciendo las instituciones, supervisando y rindiendo cuentas en toda ocasiรณn. Ciertamente, el momento presente no ayuda, reconocemos las numerosas amenazas a las que nos enfrentamos en tiempos tan tensos y turbulentos; pero, aunque haya presiones diversas que constriรฑan el espacio cรญvico, siempre nos queda el sueรฑo de convencer y de vencer con el diรกlogo, cimentado en la humildad. Sin duda, tenemos que evitar la furia de nuestros interiores, como ciudadanos de bien, para que no se levanten muros de resentimiento y odio.
En verdad, sabemos que la coyuntura no es fรกcil. Son muchas y variadas, las contemporรกneas divisiones dramรกticas del mundo. Por eso, nos interesa el camino del acercamiento, la aclaraciรณn de situaciones, sobre todo para hacer las paces y cultivar la aspiraciรณn democrรกtica, fase de nuestra propia historia humana, encaminada a transitar armรณnicamente y con iguales posibilidades. La violencia brutal, el empeoramiento de la pobreza, la ausencia de implicaciรณn de los Estados sociales y democrรกticos de derecho, nos estรกn dejando sin esperanza, lo que nos exige reconquistar continuamente, tanto el fervor por la libertad como por la dignidad humana. Quizรกs sea necesario recordar que el fundamento de la decencia es algo innato que nos trasciende hacia ese espรญritu humanista, que nos aproxima.
Hoy mรกs que nunca, necesitamos sustentarnos en la aspiraciรณn democrรกtica de construir puentes de entendimiento, un ideal universalmente reconocido y uno de los valores y principios fundamentales de las Naciones Unidas. Los humanos tenemos que aprender a sentirnos familia, a luchar contra ese legado de esclavitudes que todavรญa persisten a travรฉs de la desigualdad y los sistemas penitenciarios opresivos. Por cierto, en la independencia de la prensa es donde radica la base sobre la que se apoyan la democracia y la justicia. Crear opiniรณn e interpretar al poder con la evidencia, concurre a conciliar los รกnimos y a fomentar el anรกlisis entre los pueblos, cuyas energรญas fรญsicas, morales y espirituales suelen ser disipadas en demasiadas ocasiones por la crueldad y la destrucciรณn.
La desinformaciรณn o la informaciรณn tergiversada nos envenena, polariza a las comunidades y erosiona la cordialidad en los organismos democrรกticos. Olvidamos, para desgracia de todos, que el derecho a la vida es fundamento de la autonomรญa y del vรญnculo fraterno. Reconstruir, en consecuencia, una cultura de la vida resulta especialmente urgente. Por otra parte, todas las gentes tienen el derecho a vivir y a hacerlo con plena nobleza. De lo contrario, la tranquilidad no existirรก ni tampoco la proclama de ilusionar a la prรณxima generaciรณn. Instalarse en la indiferencia es inmoral. Debe sobrecogernos, el creciente nรบmero de muertes de migrantes y refugiados, en una รฉpoca en que los estragos de todo tipo, obligan a dejar sus hogares.
Indudablemente, tenemos una misiรณn encomendada para llevarla a buen tรฉrmino, que no es otra que la reconciliaciรณn entre sรญ, lo que conlleva la paz en la tierra, de la que estamos tan necesitados actualmente. Las polรญticas de divisiรณn, sustentadas en la falsedad y en el veneno del odio, asรญ como las de distracciรณn y entretenimiento que generan confusiรณn a mรกs no poder y riadas de desconciertos sin cesar, aparte de que impidan tomar medidas en conjunto ante el choque permanente entre paรญses, dificulta entenderse para hablar de quietud en un orbe sumamente enfrentado. Tan solo una nueva consciencia de la rectitud del ser humano y de sus derechos inalienables, nos reconducirรก hacia ese bien comรบn universal y hacia un nuevo orden moral internacional.
Las polรญticas de ahora han de volverse mรกs poรฉticas, o si quieren, con menos intereses mundanos. Todo estรก en relaciรณn, lo que requiere un fuerte grado de honestidad en los movimientos, en la imparcialidad de los sistemas jurรญdicos y en la transparencia de los procedimientos democrรกticos. Bajo estas premisas, tambiรฉn se requiere un buen talante y una nรญtida disposiciรณn para resolver las controversias con medios pacรญficos. Desde luego, hay que tener voluntad para llegar a los acuerdos y ser constructivos en el quehacer de cada aurora. Bajo este paraguas, si que podremos educar para la concordia, mediante el obrar de una espiritualidad que fomente la recรญproca comprensiรณn. ¡Ojalรก encontremos el camino y nos reencontremos armรณnicamente latiendo unidos!
corcoba@telefonica.net
13 de septiembre de 2023.-
#QuรฉdateEnCasa๐ก๐
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