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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol 
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Nos movemos en la sorpresa que, nos sacude creativos, para recrearnos en la esperanza. Sin duda, es justo el momento de repensar los tiempos y la รฉpoca de un cambio global transformador, que hemos de compartir de modo equitativo en su prosperidad, sin dejar a nadie atrรกs. A los humanos, en efecto, nos conviene detenernos para adecuarnos ante un mundo cambiante y, ademรกs, contenernos en la recreaciรณn del ejercicio. No tengamos prisa, pero tampoco activemos la pausa “de verlas pasar”, o impongamos la indiferencia como pedrada. La fuerza radica en hacer familia, en rehacerse con los vรญnculos y en sentirse parte del hogar humanitario, abiertos a la novedad de entendernos y atendernos entre sรญ, para poder seguir adelante. Sea como fuere, y a poco que nos adentremos en el yo de cada uno, descubriremos que la mayor remodelaciรณn comienza por nuestros interiores, capaces tanto de armonizar como de alterar los equilibrios naturales. De ahรญ, la necesidad de llamar seriamente a un nuevo estilo de vida, donde impere el sentido del valor de la persona y de la vida humana, bajo su concepciรณn original. 
Indudablemente, el fenรณmeno del cambio que radica en cada uno de nosotros, es el fundamento responsable que forjamos desde la experiencia. Este no puede alejarse de la propia identidad que estรก en constante devenir, teniendo en cuenta su naturaleza englobada en el amor como regeneraciรณn del espรญritu. Desde luego, serรก bueno intentar rehacerse cada dรญa, sobre todo en un mundo que se enfrenta a crisis cada vez mรกs complejas, desde la pobreza y la desigualdad hasta la emergencia climรกtica. Lo importante es salir del yo encerrado en sรญ mismo, conducirse y reconducirse al reencuentro, sin abusos, ni manipulaciones ideolรณgicas o decisiones arbitrarias. Porque si la creaciรณn no termina, aunque solo sea para sostener y sustentar lo creado, la recreaciรณn nos hace perseverar en la custodia. Fructificar con el corazรณn palpitante para hacer frente al aluviรณn de contiendas y encaminar a la humanidad hacia la concordia, la estabilidad y la prosperidad para todos, es labor colectiva. En suma, que todos nos merecemos un futuro mejor y un presente entre la ilusiรณn y el recuerdo. 
Lo pasado, pasado es. En consecuencia, nunca es tarde tampoco para soรฑar por un porvenir abierto a las ventanas vivenciales, que son las que en verdad nos deleitan y magnetizan como seรฑores, no como dueรฑos. Lo valioso no estรก en el dominio, sino en la capacidad de servir y de donarse hacia todo lo creado. Nada ni nadie estรก excluido de esa responsabilidad fraterna. Por consiguiente, hay que aminorar la marcha para observar lo que nos circunda, recoger los avances y salirse de los retrocesos; y, a la vez, recuperar los valores y los grandes principios que nos humanizan en favor del bien agrupado. Es verdad que el mundo requiere acciรณn, pero tambiรฉn reacciรณn frente a la crecida de vocablos que nos polarizan y confunden, ante el dรฉficit de credibilidad que sufrimos los moradores del planeta unos con otros. Ojalรก aprendamos a salir de esta realidad injusta, eligiendo la dignidad sobre la humillaciรณn y el perdรณn en lugar de odiar. La soluciรณn de los problemas depende del individuo, de que prevalezca el bien sobre el mal, defendiendo los derechos humanos, aceptando nuestra humanidad comรบn, pendiente del abrazo continuo del alma.
No estarรญa demรกs, por tanto, generar programas de recreaciรณn con prรกcticas saludables e iniciativas solidarias. El espรญritu tiende a un estado de vida que trasciende los quehaceres diarios, hacia otros intervalos vivientes que nos injertan sosiego y descanso, a fin de recuperar fuerzas y poder renacer con un talante innovador que nos acerque, para poder actuar mejor en bien de todos. Fruto de esta creaciรณn cambiante, tenemos que evolucionar, pero sobre todo es necesario poner de relieve los valores existenciales, no tanto ya la lucha por la vida, como el sabio intelecto sensible y el querer como manantial de aliento, que no conoce fronteras. Quizรกs tengamos que hablar de tres lenguajes: el de la mente, el del corazรณn y el de las manos. Lo que es evidente, que todo requiere puesta en comรบn y perseverar en la labor de servicio; induciendo en el asombro de la belleza, como verdaderos poetas en guardia. Estรก en nuestras manos mejorar la creaciรณn cambiante, centrando nuestro tiempo en donarnos, comenzando por asumir el rol benefactor en la vida de nuestros descendientes. De lo contrario, el linaje no tendrรก continuidad. 
corcoba@telefonica.net
17 de septiembre de 2023.
#QuรฉdateEnCasa๐Ÿก๐Ÿ’™

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