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V铆ctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espa帽ol
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Hay una mancha en nuestra percepci贸n colectiva, que hemos de clarificar cada cual consigo mismo, a fin de
alcanzar el sentido de responsabilidad que pesa sobre la humanidad. Nadie puede hoy en el mundo ignorar el volc谩n
de sufrimientos que se desparraman por los rincones vivientes. El acceso a nuestra propia subsistencia es cada vez
m谩s preocupante. Los diversos Estados deben mantener un esp铆ritu 茅tico y no un doble rasero. Tambi茅n las pol铆ticas,
con sus l铆deres al frente, han de ejemplarizar las actuaciones con un destino arm贸nico com煤n. Sin duda, es
fundamental tener una concepci贸n positiva de la solidaridad. Por otra parte, hace falta que los gobiernos promuevan
la coherencia entre el decir y el hacer; sin obviar las medidas correctoras necesarias para injertar a las generaciones
futuras las bases morales fundamentales, especialmente ayud谩ndoles a formarse y a luchar, con la acci贸n y la palabra,
contra los males sociales que nos amortajan la quietud. Desde luego, lo sustancial radica en no abandonarse, en el
obrar de cada jornada y no en dejar hacer sin m谩s, como requiere nuestra pertenencia a la familia del g茅nero humano.
Todo debe importarnos, tambi茅n la plaga de conflictos que nos est谩 dejando las entretelas empedradas.
Urge trabajar, pues, para mantener viva esa l谩mpara interna de fuego celeste. A poco que trabajemos en comunidad la
raz贸n, superaremos los condicionamientos interesados o partidistas, haciendo valer el esp铆ritu donante, reconociendo
los bienes universales que todos los seres humanos necesitan. Entre estos apoyos, la paz y la conciliaci贸n tan
requeridos, vinculados no 煤nicamente a un marco legislativo justo y adecuado, que tambi茅n, sino adem谩s a la calidad
pudorosa de cada ciudadano. La personalidad, una vez despierta, es un instinto que nos lleva a reorientarnos en cada
amanecer; siendo el mejor juez que tiene un ser de bondad y de bien. F谩cilmente estar谩 gozoso y sosegado aquel que,
ciertamente, tiene sus interiores limpios y sus haza帽as son honestas. Sigamos entonces este rastro de luz y vida. En
efecto, nada es f谩cil de conseguir, el hecho de tomar gnosis, de transformar la cognici贸n en ejercicio, igualmente
toma su tiempo. En ocasiones, necesitamos m谩s ambici贸n. Frente a una acci贸n, una reacci贸n de la misma magnitud, y
luego tambi茅n alzar nuestras voces, escuch谩ndonos todos desde el respeto m谩s absoluto.
La pasividad no es saludable, somos seres en movimiento permanente que debemos evolucionar, para
descubrir y no encubrir, la interdependencia entre semejantes. Indudablemente, esta tarea nos fomenta el cuidado y la
disposici贸n de lo que ocurre a nivel global, nos abre la mente y eso, de igual forma, nos ayuda a entendernos y a
comprendernos mejor. Tenemos que sacudir de nosotros el deseo individualista, ego铆sta a m谩s no poder, para poner
en pr谩ctica, medidas decisivas y conjuntas de un desarrollo que reactive los hogares hacia el bien colectivo. Fuera
exclusiones, por tanto. Es el momento de la sensatez, de plantarse y no dejarse aterrorizar y desorientar por guerras,
revoluciones y calamidades, porque esas tambi茅n forman parte de los escenarios cotidianos. Lo significativo es
trabajar para reconstruirnos, unirnos y reunirnos para entonar otros tonos y timbres m谩s conciliadores, permaneciendo
firmes, en la certeza de que nuestra historia nos la labramos nosotros con el servicio que prestemos a los dem谩s.
Dejemos de enga帽arnos, creo que no se puede ser humano y mucho menos llegar a ser, el ser que uno quiere ser
porque se pertenece y debe quererse, sin poseer voluntad de aprender a reprenderse.
En consecuencia, por muchos conocimientos adquiridos, o ciencia sin conciencia atesorada, por cuantiosas
letras y palabras bebidas, todo esto es una borrachera para el alma, sino le volcamos ecuanimidad; puesto que no hay
m谩s que una satisfacci贸n: el genio al servicio de la verdad y de la bondad, el 煤nico deber cumplido. Ante este confuso
ambiente, tenemos que estremecernos y rehuir de soplos inhumanos. Normalizar las barbaries es deshumanizarse por
completo. Debemos adoptar medidas audaces y urgentes, ya no s贸lo para reducir los riesgos que la degradaci贸n
ambiental y el cambio clim谩tico producen, sino tambi茅n para estar en paz con nosotros mismos y con aquello que nos
circunda. De lo contrario, padeceremos la mayor inestabilidad e inseguridad vivida como linaje, lo que confirma el
urgente aprieto de soluciones coordinadas, sustentadas en una coherente visi贸n espiritual del orbe. Puede que nos
falte amor y nos sobre indiferencia para reconquistar lo est茅tico, que es lo que en realidad es nuestro fundamento
existencial. Repens茅moslo. Sobre la base de este principio supremo, se puede percibir el valor de cada cual, llamados
a formar y a conformar en concordia el gran poema interminable, el poema m谩s perfecto, el coraz贸n m谩s puro.
V铆ctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
corcoba@telefonica.net
05 de noviembre de 2023.-
#Qu茅dateEnCasa馃彙馃挋
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