𝗖𝗼𝘀𝘁𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗮𝗽𝗼𝘆𝗼 𝗮 𝗽𝗿𝗼𝘆𝗲𝗰𝘁𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝘁𝗶𝘃𝗼𝘀

César González Guerrero.          

Desde el año 1960, aproximadamente, la Costa Chica ha sido beneficiada, en diferentes períodos, por los gobiernos federales.          

Primero con la construcción de su carretera y sus respectivos puentes, después con la construcción de escuelas primarias, centros de salud, etcétera.        

Ya en los años 1970-1980, construcción de mercados, plazas cívicas, hospitales, sistemas de agua potable y drenaje, presas, escuelas secundarias, pavimentación de calles, etcétera.         

Después de 1980 empiezan a fundarse escuelas de nivel bachillerato y superiores, así como el mejoramiento de los servicios públicos (transportes, comercio y otros).             

Por supuesto llegaron apoyos crediticios a los campesinos, ganaderos y pescadores, transportistas y otros sectores agropecuarios.                     

Después del año 2000 las políticas gubernamentales cambian y se abandona a los pueblos de la región, inclusive se deja de apoyar al campo, y en materia de precios y mercados de los productos agropecuarios, los productores son los menos favorecidos.      

Ahora, en pleno siglo XXI, las carencias están a la vista, los programas de gobierno se abocan más a la entrega de dinero en efectivo a la gente, que, a invertir en proyectos productivos, que generen empleos y su respectiva utilidad o ganancia.      

Parece que ahora, el hecho de entregar dinero en efectivo ha causado más problemas sociales, como son: la inseguridad, violencia, desempleo, dependencia del gobierno, más irresponsabilidad ciudadana. En virtud de que los beneficiarios sólo están en espera del recurso que se otorga a través del pago de becas, o pensiones, y con ello dejan de trabajar y ser productivos.        

En relación a ello, Urge en la Costa Chica, y quizá a nivel nacional, se implementen programas de inversión que atiendan a la gente, pero de manera productiva, que forjen jóvenes responsables y trabajadores, y no al revés.      

Actualmente, existen jóvenes y adultos, que sólo viven del dinero otorgado por el gobierno, cada mes o dos meses, sin preocuparse por trabajar y ser productivos en materia del consumo interno y la exportación.  

Se observa que, ser ciudadanos con dependencia económica del gobierno, está generando mayores problemas a quienes sí son emprendedores y sí desean trabajar honrada y dignamente.    

Las políticas del gobierno federal se deben enfocar más a la productividad, con calidad y responsabilidad ciudadana.      

Repartir dinero no es la solución en pueblos que cuentan con recursos naturales suficientes para salir adelante.

El progreso de los pueblos está en el trabajo y no en la entrega de dádivas.    

Por supuesto que sí es necesario apoyar a los grupos vulnerables con recursos económicos, pero no despilfarrarlo como se ha venido observando en los últimos 5 años.                

En algunos lugares, la población que recibe dinero del gobierno, es destinada a todo, menos a producir y optimizar las condiciones de bienestar familiar o poblacional.      

Sí estamos a favor de otorgar dinero a jóvenes, adultos mayores, discapacitados y otros grupos vulnerables, más no en fomentar la irresponsabilidad, improductividad y corrupción... ya veremos...

 #𝘝𝘰𝘵𝘢𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴🗳️