饾棓饾椆饾棿饾椉 饾棤谩饾榾 饾棨饾槀饾棽 饾棧饾棶饾椆饾棶饾棷饾椏饾棶饾榾


 
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“饾槞饾槮饾槩饾槯饾槳饾槼饾槷饾槩饾槼 饾樅 饾槺饾槼饾槹饾槷饾槹饾樂饾槮饾槼 饾槶饾槩 饾槺饾槶饾槮饾槸饾槩 饾槼饾槮饾槩饾槶饾槳饾樆饾槩饾槫饾槳贸饾槸 饾槬饾槮 饾樀饾槹饾槬饾槹饾槾 饾槶饾槹饾槾 饾槬饾槮饾槼饾槮饾槫饾槱饾槹饾槾 饾槱饾樁饾槷饾槩饾槸饾槹饾槾 饾樅 饾槶饾槳饾槪饾槮饾槼饾樀饾槩饾槬饾槮饾槾 饾槯饾樁饾槸饾槬饾槩饾槷饾槮饾槸饾樀饾槩饾槶饾槮饾槾 饾槬饾槮 饾槶饾槩饾槾 饾槺饾槮饾槼饾槾饾槹饾槸饾槩饾槾 饾槫饾槹饾槸 饾槱饾槳饾槺饾槮饾槼饾槩饾槫饾樀饾槳饾樂饾槳饾槬饾槩饾槬, 饾槩饾槸饾槾饾槳饾槮饾槬饾槩饾槬, 饾槩饾樁饾樀饾槳饾槾饾槷饾槹, 饾樀饾槼饾槩饾槾饾樀饾槹饾槼饾槸饾槹 饾槪饾槳饾槺饾槹饾槶饾槩饾槼 饾槹 饾槬饾槮 饾槫饾槹饾槸饾槬饾樁饾槫饾樀饾槩, 饾槮饾槸 饾槳饾槰饾樁饾槩饾槶饾槬饾槩饾槬 饾槬饾槮 饾槫饾槹饾槸饾槬饾槳饾槫饾槳饾槹饾槸饾槮饾槾 饾槫饾槹饾槸 饾槶饾槹饾槾 饾槬饾槮饾槷谩饾槾, 饾槩饾槺饾槩饾槼饾樀饾槮 饾槬饾槮 饾槾饾槮饾槼 饾槩饾槶饾槰饾槹 饾槴饾樁饾槾饾樀饾槹 饾槺饾槩饾槼饾槩 饾槱饾槩饾槫饾槮饾槼 饾槼饾槮饾槩饾槶饾槳饾槬饾槩饾槬 饾槮饾槶 饾槾饾樁饾槮帽饾槹 饾槬饾槮 饾樁饾槸饾槩 饾槾饾槹饾槫饾槳饾槮饾槬饾槩饾槬 饾槳饾槸饾槫饾槶饾樁饾槾饾槳饾樂饾槩, 饾槸饾槹饾槾 饾槳饾槸饾槾饾樀饾槩 饾槩 饾槫饾槹饾槷饾槺饾槼饾槮饾槸饾槬饾槮饾槼饾槸饾槹饾槾 饾槮饾槸 饾槶饾槩 饾槬饾槳饾樂饾槮饾槼饾槾饾槳饾槬饾槩饾槬 饾樅 饾槩 饾槮饾樄饾樀饾槮饾槸饾槬饾槮饾槼 饾槮饾槶 饾槩饾槪饾槼饾槩饾樆饾槹, 饾槻饾樁饾槮 饾槮饾槾 饾槶饾槹 饾槻饾樁饾槮 饾槮饾槸 饾槼饾槮饾槩饾槶饾槳饾槬饾槩饾槬 饾槸饾槹饾槾 饾槶饾槶饾槮饾樂饾槩 饾槩 饾樁饾槸饾槩 饾樂饾槳饾槬饾槩 饾槺饾槶饾槮饾槸饾槩 饾樅 饾槰饾槼饾槩饾樀饾槳饾槯饾槳饾槫饾槩饾槸饾樀饾槮”.



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V铆ctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espa帽ol
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A poco que nos adentremos en nosotros mismos y en aquello que nos rodea, constataremos que en todos los espacios y culturas, cuando falta la salud mental, se produce una gran fragilidad, que suele germinar en parte de una disoluci贸n de la propia identidad, dejando a las personas sin sitio alguno para poder reinventarse en sus dificultades, sumado al rechazo de los que se asustan del trastorno y no saben, o no quieren, acoger y tratarlo. La discriminaci贸n y el estigma seguramente nos dejen hundidos, aunque el objetivo no debe quedarse 煤nicamente en aliviar el sufrimiento. De igual forma, hemos de iniciar la transformaci贸n vivencial de nuestros latidos, la concepci贸n de los instintos y de las estructuras sociales, hacia un nuevo modelo de desarrollo que cuente con cualquier ser humano a la hora de preparar un porvenir mejor para todos. No olvidemos, jam谩s, que el padecimiento cerebral es el opresor m谩s temible y terrible. Desde luego que s铆, su influencia ha sido grande en el devenir de nuestra distintiva historia, que ha de vencer el encerramiento individualista, viviendo para los dem谩s.
Muchas de estas inseguridades se curan con vasos comunicantes. Hoy el esp铆ritu terror铆fico que nos inunda es el sarampi贸n de la humanidad. Por eso, no hay mejor avance que pasar de la supervivencia a la dicha, a ese bienestar que todos deseamos conquistar y que comienza en el propio hogar de cada uno. Por cierto, una educaci贸n que no sea sensible a cualquier malestar o dolencia, marchita el coraz贸n; y hace que los j贸venes est茅n insensibilizados respecto al sufrimiento, cuando debe hacernos crecer los v铆nculos familiares. En consecuencia, reafirmar y promover la plena realizaci贸n de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar o de conducta, en igualdad de condiciones con los dem谩s, aparte de ser algo justo para hacer realidad el sue帽o de una sociedad inclusiva, nos insta a comprendernos en la diversidad y a extender el abrazo, que es lo que en realidad nos lleva a una vida plena y gratificante. Por desgracia, el contexto social no siempre acepta a los enfermos mentales con sus limitaciones, lo que dificulta hallar los recursos.
Desprendernos de los intereses ego铆stas es esencial para entrar en la sanaci贸n de un orbe cada d铆a m谩s dolorido, con talantes necios y comportamientos inhumanos. Mutuamente, tenemos que aprender a reprendernos, sobre todo para incentivar los propios talentos y potenciales que poseemos, lo que requiere un ejercicio persistente y una mirada comprensiva. En este sentido, la situaci贸n humanitaria en el mundo es devastadora, la intensidad y el alcance de las hostilidades, nos est谩n dejando sin palabras. Todos estos padecimientos, que nos sembramos muchas veces unos hacia otros, adem谩s nos da帽an como linaje pensante, nuestro propio 谩rbol existencial. Nos conviene, pues, a todos hacer examen de conciencia; al menos para adiestrar la voluntad e instruirnos en nuevas l铆neas de acci贸n, como puede ser invertir mucho m谩s en la salud mental de ni帽os y adolescentes, lo que implica mejorar no s贸lo el rumbo sanitario, sino tambi茅n la prosperidad human铆stica. Precisamente, el papel de la comunidad asistencial, debe ser prioritario en un mundo globalizado, pero no fraternizado, en parte por esta crisis de humanidad.
En efecto, integrando y ampliando las intervenciones, tanto efectivas como afectivas, en los sectores de la salud, la educaci贸n y la protecci贸n social, incluyendo los programas de acci贸n que promueven la atenci贸n donante y tierna de las ramas hogare帽as, es como se promueve un mejor entendimiento de la salud mental. Naturalmente, es muy importante hacer part铆cipe el contexto vital en el que se mueve el paciente, para que no le falte el calor de su propia estirpe. Al fin y al cabo, todo se traduce en saber acercarse entre s铆, en preocuparse y en ocuparse por ellos. Por supuesto, si en verdad queremos que prevalezca la cultura de la comunidad dignificada, sobre la concepci贸n del descarte esclavizado, tenemos la obligaci贸n de romper el silencio que rodea a cualquiera de las perturbaciones craneales. La apuesta, por consiguiente, del equilibrio ps铆quico, el juicio recto, el valor moral, la audacia como val铆a o la resistencia para sacar el mayor bien de los contratiempos, son cuestiones que tenemos pendientes de resolver y que debemos prestar superior apoyo, al menos para continuar en el camino fecundo de la atenci贸n solidaria. ¡Ojal谩!

corcoba@telefonica.net
31 de marzo de 2024.-
#饾槤饾槹饾樀饾槩饾槺饾槹饾槼饾槻饾樁饾槳饾槮饾槸饾槻饾樁饾槳饾槮饾槼饾槩饾槾馃棾️

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Sacados 3 del "Bar Bar" tirados al r铆o Huacapa

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