domingo, 28 de abril de 2024

Todos queremos Paz, hoy ante violencia: González

𝙅𝙖𝙫𝙞𝙚𝙧 𝙁𝙧𝙖𝙣𝙘𝙞𝙨𝙘𝙤 𝙍𝙚𝙮𝙚𝙨 .CHILPANCINGO, GRO., 28 de Abril de 2024.—Ante la ola de violencia  que vive la sociedad hoy en día, se le echa afuera como el sarmiento y se seca, “ese es nuestro corazón podrido, nuestro corazón con sed de venganza, con sed de muerte, odio, rencores, cómo estamos hermanos todos queremos Paz”.
Durante  su homilía de hoy domingo, en un improvisado techo de lámina de la parroquia de “San Judas Tadeo”, de la colonia Francisco Javier Mina, ubicada al norte de Chilpancingo, el sacerdote, Tomás González Bernabé, convocó a los feligreses a unirse, a entregarse a Jesús para lograr la Paz.
 “Jesús resucitado, escúchanos, estrella luciente de la mañana, sé que las lágrimas de los que lloran y aleje el dolor y las penas de los que sufren, roguemos al señor”, repetía el sacerdote.
“Nuestra alegría evangélica sal la luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección”, por ello el presbítero externó “pedimos hermanos, se le echa afuera como el sarmiento y se seca, ese es nuestro corazón podrido, nuestro corazón con sed de venganza, con sed de muerte, odio y rencores”.
González Bernabé ante decenas de asistentes, y ante un clima de inseguridad y violencia que viven los ciudadanos, expresó “cómo estamos hermanos todos queremos Paz, todos queremos estar como estábamos antes, todos queremos salir en las noches a divertirnos con la familia a pasear con tranquilidad”, por lo que lamentó “ya no se puede hermanos”.
Ante los laicos congregados, y preocupado ante ese escenario incierto que vivimos los ciudadanos por la inseguridad pública de hoy en día, el presbítero sostuvo “pues somos ese sarmiento seco, mucha violencia, mucha muerte, salimos de la casa, ya no sabemos si regresaremos”.
Por ello invocó “el Señor dice que no permanece en mí, se le echa fuera como el sarmiento, hermanos tenemos la gran oportunidad, Jesús está aquí”, al tiempo que invitó a que en ese instante los feligreses  en oración y arrodillados “entregaran su vida, entregar su hogar, su trabajo y sus hijos”.
Reiteró “Consagrarse a Jesús, entrégate a Jesús, únete a Jesús, porque no hay de otra manera hermanos”, dijo, al tiempo que comentó “a mí me han preguntado para cuándo va a terminar (la violencia), esto pues hoy podría decir  que nunca, si no te entregas a Dios, si no regresas hacia Dios, si no te unes íntimamente a Dios”.´
Insistió el padre eclesiástico a decir “señor Jesús aquí estoy, qué quieres de mí, qué deseas de mí”, pero les aclaró a los que aceptaron la invitación y los que no,  “si lo quieren hacer y si no pues como dice la palabra de Dios al que no permanece en mí se le echa afuera nada más como el sarmiento”.
Antes de concluir su homilía dominical dijo “rencor, venganzas, luego lo recogen al fuego, si queremos seguir igual pues sigamos igual, si queremos seguir con esta violencia, sigamos con esta violencia, si queremos más muerte, pues muerte tendremos más, pero si alguien quiere consagrar a Jesús, el Dios de la Paz, el Dios del amor, el Dios de la caridad se puede”.
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