๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
๐๐ฃ ๐ข๐ช๐ฃ๐๐ค ๐๐๐ซ๐๐๐๐๐ค ๐ฎ ๐๐๐จ๐๐๐ช๐๐ก
“๐๐ข ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ค๐ฐ๐ณ๐ฅ๐ช๐ข ๐ฆ๐ด ๐ญ๐ฐ ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฏ๐ฐ๐ด ๐ฉ๐ข๐ค๐ฆ ๐ค๐ณ๐ฆ๐ค๐ฆ๐ณ; ๐ด๐ช๐ฏ ๐ฆ๐ฎ๐ฃ๐ข๐ณ๐จ๐ฐ, ๐ญ๐ข ๐ฅ๐ช๐ด๐ค๐ฐ๐ณ๐ฅ๐ช๐ข ๐ฏ๐ฐ๐ด ๐ฅ๐ฆ๐ท๐ข๐ด๐ต๐ข”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor espaรฑol
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Nos hemos globalizado, pero no humanizado; sรณlo hay que adentrarse por los caminos del orbe y divisar los horizontes de todos los continentes y culturas, para observar un mundo desgarrado y atormentado por la violencia, en el que prolifera el hambre y la pobreza. La sociedad tiene, pues, que despertar. No puede seguir cultivando la duda y el cinismo; la incoherencia, el miedo a comprometerse y la impotencia, necesitamos madurar internamente para no vivir en lo imaginario. Toda esta atmรณsfera creada, es el resultado de decisiones humanas; generadas en parte, por la dictadura de don dinero y de una economรญa que nos aborrega, a travรฉs de una visiรณn de la vida en la que aquello que no produce, tampoco debe cohabitar, lo que contribuye a alterar el sentido armรณnico, tanto de lo que nos vincula socialmente en favor del bien comรบn, como de nuestro propio sentido ciudadano. No olvidemos que la concordia es lo que nos hace crecer; sin embargo, la discordia nos devasta.
La ciudadanรญa no puede destronar sus orรญgenes; pero, simultรกneamente, tiene que afianzar su sentido de pertenencia al mundo entero, lo que le obligarรก a contribuir a la transformaciรณn del sistema econรณmico y financiero en nombre de la equidad. En efecto, cada uno de nosotros en mayor o en menor escala, hemos de luchar contra este clima que todo lo corrompe, considerando en toda coyuntura los derechos humanos, para crear un planeta al servicio de los vivientes; en la que la mรญstica tampoco puede estar ausente del campo social, con un mismo pensar y un idรฉntico sentir. Ciertamente, el instante actual no deja de ser laborioso: hay que concertar tantas tradiciones diversas, hay que convenir tantos intereses mundanos, hay que resolver ademรกs tantas penurias econรณmicas…, que los quehaceres son muchos y el tacto responsable escasea. Por supuesto, no solamente hay que indignarse hace falta tambiรฉn comprometerse con la verdad. Este ha de ser el camino: lo autรฉntico.
Crear un mundo al servicio de todos los seres humanos, sin exclusiones, es labor conjunta; puesto que es la suma total de nuestros medios enรฉrgicos, los que han de entrar en batalla. Por otra parte, ademรกs, vivimos en un espacio en el que los pueblos y las culturas requieren de una interacciรณn; pero, paradรณjicamente, lo que se acrecienta son las tensiones y las injusticias que suelen acompaรฑar a estas angustias. Sea como fuere, bajo el paraguas de esta atmรณsfera de incertidumbres, hay que sumarle la degradaciรณn de la naturaleza por la actividad humana, la explotaciรณn de los recursos naturales, asรญ como la baja confianza en las instituciones, lo que genera una crisis mรบltiple, que debe instarnos a responder con celeridad, sobre todo a las realidades de la migraciรณn forzada, a las personas indefensas o familias desarraigadas, promoviendo la humildad mutua entre gentes de diferentes culturas. En ocasiones, tenemos mรกs necesidad de respeto que de pan.
Desde luego, no hay nada mรกs apreciable que la tolerancia con una sensata dosis de aprecio, para hacer frente a la parcelaciรณn por precio de interรฉs, al odio por afรกn vengativo, a nuestras miserias por desvelo inhumano. Por otra parte, lo despreciable hemos de desterrarlo tambiรฉn de nuestro camino, me refiero a esa sumisiรณn sustentada en el recelo, que al final, acaba por empedrarnos el corazรณn, deshumanizรกndonos por completo, mientras el ansia y la indigencia estรกn extendiรฉndose como jamรกs. Quizรกs tengamos, entones, que cambiar nuestras prioridades en una รฉpoca en que la sombra del autoritarismo se cierne sobre nosotros, lo que nos reclama una mayor naturalidad en las acciones y un cierto universalismo รฉtico. Lo que no es de recibo que prosigamos en la absurda falsedad, mientras la naturaleza nos pide respuestas justas para alcanzar el equilibrio. Pasemos pรกgina, de una vez por todas, que no hay mayor mentira que la verdad mal entendida.
En cualquier caso, quiero pensar, que ha llegado el preciso momento de poner en prรกctica lo prometido, ya que el รบltimo informe de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo sostenible (ODS) revela que 23 millones de personas mรกs se verรกn sumidas en la carencia extrema en 2022, y que padecen necesidad 100 millones mรกs de personas que hace tan sรณlo cinco aรฑos. Ante esta palpable situaciรณn, la lucha contra las personas desfavorecidas presupone la realizaciรณn de una justicia real y no de mera boquilla, honesta e imparcial. Lo mismo sucede con la intensificaciรณn de los conflictos, la violencia jamรกs resuelva nada, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramรกticas. รnicamente, la donaciรณn total y el diรกlogo sincero, sostenido en sรณlidas leyes morales, facilitan la soluciรณn de las contiendas y favorece el respeto a la vida, a toda existencia humana. Por desgracia, la sociedad continรบa dividida entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada, entre los que tienen mรกs comida que apetito y todo lo derrochan, mientras otros tienen apetencia y nada que llevarse a la boca, aunque estรกn en permanente bรบsqueda.
Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
corcoba@telefonica.net
17 de julio de 2024.-
#๐๐ณ๐ข๐ค๐ช๐ข๐ด๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ท๐ฐ๐ต๐ข๐ณ๐ณ️
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