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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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El mundo no puede parcelarse anรญmicamente entre anรกlogos. Necesitamos sumar pulsos, sentirnos arropados mutuamente. Sรณlo hay que ver que el orbe vive mรกs tiempo, mรกs sano y tal vez un poco mรกs radiante, gracias a las organizaciones internacionales, en este caso a merced de la Organizaciรณn Mundial de Salud. Precisamente, es este espรญritu donante el que hace frenar el calentamiento global, con un enorme impacto negativo potencial en la salud pรบblica. Precisamente son estas alianzas, entre unos y otros, las que derriban los frentes y las fronteras, acrecentando el auxilio con la concordia que todos requerimos cada dรญa, siendo una parte indispensable del sistema humanitario universal.
Indudablemente, cada cual debe cooperar a tiempo completo, como servidores y custodios de la vida. Las experiencias personales y sociales de tantas gentes de bien y bondad, en los tiempos modernos, es lo que nos hace que la especie no naufrague. Lo importante es mantener la uniรณn y la unidad en la justa direcciรณn, con el compromiso constructivo de todos y de cada uno de los pueblos. El crecimiento de las temperaturas, dentro de un contexto de sequรญa fuerte, se doblega a las condiciones ideales para que los incendios forestales prendan como jamรกs y ademรกs, tambiรฉn, se propaguen rรกpidamente. Esta invasiรณn de zonas silvestres, aparte de dejarnos sin aliento viviente, nos tritura mar adentro nuestro espรญritu contemplativo.
En consecuencia, es la visiรณn universal de todo ser, lo que nos injerta el afรกn y el desvelo cooperante. Nuestra genealogรญa es humana y sus vรญnculos son mรญsticos, no de compra/venta, lo que nos llama a despojarnos de lo mundano, del poseer y del poder para sรญ y los nuestros, para poder restituir la cooperaciรณn concorde de cuantos creen en el valor de la savia conjunta, que es lo รบnico que puede evitar una derrota de la civilizaciรณn como tal, de consecuencias imprevisibles. No somos dioses, nunca lo pensemos. Desde luego, el campo de la sanidad y de la salud, de la formaciรณn y del hรกlito hermanado, nos imprime el pleno respeto a toda vida; la cual, para ser realmente tal, ha de ser tambiรฉn amor verdadero.
Fraternizarse es lo que nos armoniza, atmรณsfera que nunca viene dada, sino que debe reconquistarse cada amanecer. Tanto es asรญ, que por los acuerdos los estados pequeรฑos se hacen grandes; mientras que por la discordia, llegan a demolerse las mรกs pujantes potencias. Lo mismo sucede a poco que ahondemos en nosotros mismos, la existencia deja de ser aceptable cuando el cuerpo y el espรญritu no se soportan, llegando a caminar a ritmos distintos. Por consiguiente, es hora de repensar en nuestro avance, sustentado en el progreso cooperante de disposiciรณn o en guardia permanente, como autรฉnticos trovadores de fosforescencia y de existencia en asistencia. Evidentemente, esta conciencia se refuerza y estimula, por la certeza vertida.
No basta la buena intenciรณn, es preciso vivirla para poder mostrarla. Tanto es asรญ, que la confianza en uno mismo y en los demรกs, es el primer secreto del anticipo humanitario. Nada puede hacerse sin anhelo; como tampoco puede rehacerse, sin concurrencia de sueรฑos. Lo sabemos, sin embargo, nuestro morar estรก lejos de ser perfecto, a pesar de la inmediatez de la comunicaciรณn. Esto, que es importante, no necesariamente se traduce en una energรญa favorecedora de apoyo y de avenencia. Rompamos juntos, por consiguiente, los muros divisorios de la hostilidad y reconstruyamos el reino de la quietud, segรบn los designios que el propio corazรณn nos dicte. Sus latidos son tan envolventes de paz, que nos desenredan lo perverso y destapan lo que nos esclaviza.
corcoba@telefonica.net
22 de Enero de 2025.-
#๐๐น๐ช๐จ๐ช๐ณ๐ญ๐ฆ๐๐ญ๐ข๐ถ๐ฅ๐ช๐ข๐ค๐ถ๐ฎ๐ฑ๐ญ๐ข.
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