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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Nos hemos globalizado. Ahora nos resta continuar uniendo pulsos, haciendo camino, despojรกndonos de intereses egoรญstas, entregarnos a una transiciรณn ecuรกnime, donde nadie se sienta excluido. Esto requiere de un nรญveo aliento por parte de todos, que es lo que entrelaza la sostenibilidad medioambiental con la justicia social, lo que garantiza el cambio sereno, con la creaciรณn de empleo y fuertes medidas de protecciรณn social. Para esto, pues, no hace falta armarse, sino amarse de verdad. Lo importante es quererse, fomentar la cultura del abrazo especialmente con los mรกs vulnerables, creando una mano de obra compartida y eficaz; pues lo importante es dar prioridad, tanto a las personas, como al planeta en el que moramos. 
Desde luego, la globalizaciรณn y la interdependencia de los diversos cultos y culturas, estรกn abriendo nuevas oportunidades de conocerse y de reconocerse como activo social, que ha de mejorar el nivel de vida en todo el mundo, al mismo tiempo que persisten los obstรกculos para que haya una mayor integraciรณn y una participaciรณn plena de cada pulsaciรณn viviente. Por ello, es capital situar la imparcialidad mutua en el epicentro de las agendas polรญticas internacionales, nacionales y regionales. Hay que lograr la protecciรณn benรฉfica universal en salud; y, en todo aquello, que nos haga mรกs humanos entre sรญ, mรกxime en un momento de impacto de la inteligencia artificial, lo que requiere como jamรกs esfuerzo y humanidad para combatir el desempleo y la pobreza. 
Sabemos, ademรกs, que la humanidad en su conjunto no estรก fuera de peligro. Las temperaturas estรกn subiendo, los ecosistemas estรกn desapareciendo y la contaminaciรณn continรบa siendo una amenaza mortal. Naciones Unidas no deja de advertirlo, ya que los avances en todos los frentes siguen siendo lentos y desiguales. Indudablemente, todos estamos llamados a impulsar el espรญritu cooperante. Son problemas globales que requieren soluciones globales. Junto al cuidado de la casa comรบn, estรก el aluviรณn de actos de terror y extremismo violento que nos acorrala, hasta el extremo de la desolaciรณn, al ver cรณmo se extiende un tenebroso soplo de impunidad. La perspectiva de una guerra nuclear continรบa siendo, desenfrenadamente, un riesgo claro y presente. 
Ante este cรบmulo de desastrosas realidades, la globalizaciรณn exige entonces ser acompaรฑada de una legislaciรณn comรบn; puesto que, a nivel general se han de buscar soluciones jurรญdicas que garanticen el mantenimiento de la concordia, regularicen la marcha de la economรญa planetaria para asegurar a todas las naciones los beneficios del desarrollo y ensanchen la vigencia ecumรฉnica del respeto de los derechos humanos y de la dignidad de la persona. Que esto se lleve a buen tรฉrmino es responsabilidad conjunta, tanto de las organizaciones universales, como de aquellas regionales. Indudablemente, los esfuerzos de unificaciรณn econรณmica y de coordinaciรณn polรญtica han de sentir la urgencia de mejorar la condiciรณn de todos, especialmente de los mรกs desvalidos.
Sea como fuere, serรก saludable conjuntamente salir de la pasividad y el pesimismo, no dejarse abatir por la angustia ni por la resignaciรณn. Cada cual, consigo mismo, es protagonista de su propia historia. No hay que vencerse, hay que tomar impulso y no desfallecer en la lucha por un orbe mรกs habitable, con poรฉticas de mano extendida siempre y polรญticas racionales equitativas que afiancen la moralidad, para que todos tengamos un salario decente y los derechos sociales adecuados; si no hay esto, la lรณgica del descarte material y el rechazo humano se va a extender, deshumanizรกndonos por completo. El hermanamiento llega por la uniรณn de latidos, haciendo efectivo el afecto en nuestra vida, a travรฉs de nuestras relaciones familiares y en la acciรณn especรญfica de cada momento corporativo.
corcoba@telefonica.net
19 de febrero de 2025.-
#๐˜Œ๐˜น๐˜ช๐˜จ๐˜ช๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜Š๐˜ญ๐˜ข๐˜ถ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ข๐˜ค๐˜ถ๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ข.

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