๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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“๐๐ข๐ฎ๐ฑ๐ฐ๐ค๐ฐ ๐ฆ๐ด ๐ค๐ถ๐ฆ๐ด๐ต๐ชรณ๐ฏ ๐ฅ๐ฆ ๐ข๐ต๐ฆ๐ด๐ฐ๐ณ๐ข๐ณ ๐ฏ๐ข๐ฅ๐ข ๐ฎ๐ข๐ต๐ฆ๐ณ๐ช๐ข๐ญ, ๐ฆ๐ญ ๐จ๐ฐ๐ป๐ฐ ๐ญ๐ญ๐ฆ๐จ๐ข ๐ค๐ฐ๐ฏ ๐ฆ๐ด๐ฑรญ๐ณ๐ช๐ต๐ถ ๐ค๐ฐ๐ฐ๐ฑ๐ฆ๐ณ๐ข๐ฏ๐ต๐ฆ, ๐ข ๐ต๐ณ๐ข๐ทรฉ๐ด ๐ฅ๐ฆ๐ญ ๐ข๐ฃ๐ณ๐ข๐ป๐ฐ ๐ด๐ช๐ฏ๐ค๐ฆ๐ณ๐ฐ ๐บ ๐ฆ๐ญ ๐ฃ๐ถ๐ฆ๐ฏ ๐ฑ๐ณ๐ฐ๐ฑรณ๐ด๐ช๐ต๐ฐ, ๐ฑ๐ข๐ณ๐ข ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ต๐ฐ๐ฅ๐ฐ ๐ท๐ถ๐ฆ๐ญ๐ท๐ข ๐ข ๐ฆ๐ฎ๐ฑ๐ฆ๐ป๐ข๐ณ, ๐ค๐ฐ๐ฏ ๐ถ๐ฏ ๐ฆ๐ด๐ต๐ข๐ฅ๐ฐ ๐ฅ๐ฆ รก๐ฏ๐ช๐ฎ๐ฐ ๐ณ๐ข๐ฅ๐ช๐ข๐ฏ๐ต๐ฆ. ๐๐ฃ๐ซ๐ฆ๐ต๐ช๐ท๐ข๐ฎ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ฆ, ๐ท๐ช๐ท๐ช๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ฐ๐ด ๐ค๐ข๐ฎ๐ฃ๐ช๐ฐ๐ด, ๐ญ๐ข ๐ง๐ฆ๐ญ๐ช๐ค๐ช๐ฅ๐ข๐ฅ ๐ฏ๐ฐ ๐ฆ๐ด ๐ฎรก๐ด ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ถ๐ฏ ๐ณ๐ฆ๐ฑ๐ฐ๐ฏ๐ฆ๐ณ๐ด๐ฆ ๐บ ๐ถ๐ฏ ๐ฑ๐ข๐ณ๐ต๐ช๐ค๐ช๐ฑ๐ข๐ณ ๐ด๐ช๐ฏ ๐ช๐ฏ๐ต๐ฆ๐ณ๐ฆ๐ด๐ฆ๐ด ๐ฎ๐ถ๐ฏ๐ฅ๐ข๐ฏ๐ฐ๐ด; ๐ฑ๐ถ๐ฆ๐ด, ๐ต๐ข๐ฏ ๐ด๐ฐ๐ญ๐ฐ ๐ญ๐ข ๐ค๐ฆ๐ณ๐ต๐ฆ๐ป๐ข ๐ฅ๐ฆ๐ญ ๐ฅ๐ข๐ณ๐ด๐ฆ ๐ข ๐ฅ๐ช๐ข๐ณ๐ช๐ฐ, ๐ข๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ต๐ข ๐ด๐ฐ๐ด๐ช๐ฆ๐จ๐ฐ ๐ข๐ญ ๐ฑ๐ถ๐ญ๐ด๐ฐ ๐ฆ๐น๐ช๐ด๐ต๐ฆ๐ฏ๐ค๐ช๐ข๐ญ”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Lo horrible de esta tierra son nuestras contrariedades. Necesitamos sentirnos solidarios y despertar sin egoรญsmos, para sustentarse y sostenerse armรณnicamente, como una indivisa familia con multitud de hogares, deseosos de participar su calor viviente. Ese entusiasmo gozoso por el bienestar es el que nos da consistencia, que no estรก tanto en las personas adultas, como en los niรฑos y en los ancianos. Sรณlo hay que ver cuando se reรบnen los chavales con sus abuelos; engendran un anhelo de alegrรญa y esperanza, porque los mayores transmiten la sabidurรญa de su cรกtedra viviente, mientras los menores, se enraรญzan en un futuro que reciben del pasado y lo mejoran. Estamos aquรญ, por tanto, no para destruir nuestros vรญnculos; sino para regenerarlos de pulsaciones diversas, en momentos variados.
Indudablemente, estar en disposiciรณn de ser para los demรกs, un corazรณn que promueva la placidez con la caricia de la mirada, haciendo sonreรญr y quitando piedras del camino, es la mejor complacencia. Desde luego, cuidarnos unos a otros, sin obviar el legarse y el corregirse, es nuestra obligaciรณn. En consecuencia, tambiรฉn las polรญticas de los variados gobiernos, tienen que tomar como aspiraciรณn universal, la dicha de los ciudadanos a los que rige. Por desgracia, las historias humanas tienen una visiรณn global triste, muy doliente, solo hay que dar una ojeada al inmenso peregrinaje migratorio, en busca de un horizonte mรกs pacรญfico, inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicaciรณn de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todas las gentes.
No olvidemos jamรกs, que mientras habitemos por estos cauces terrestres, es necesario vivir en la adhesiรณn donante, de dar aliento a los desalentados, defender y acoger a los extranjeros, entregarse a los indigentes y a los desfavorecidos; lo que nos exige, estar en guardia permanente, con los oรญdos bien abiertos y la mirada dispuesta a verter caricias. Realmente, lo aterrador de este mundo es que inquirimos con el mismo brรญo el hacernos dichosos y el impedir que los demรกs lo sean. Somos asรญ de necios. Esta enfermedad รบnicamente se cura, desterrando de nosotros los criterios inspirados en la maldad, que tiene como meta la desesperaciรณn. Es cuestiรณn, pues, de comenzar a cambiar nuestro interior, poniรฉndonos a la faena de servir a todos y no de servirse del frรญvolo poder.
Tampoco es cuestiรณn de atesorar nada material, el gozo llega con espรญritu cooperante, a travรฉs del abrazo sincero y el buen propรณsito, para que todo vuelva a empezar, con un estado de รกnimo radiante. Objetivamente, vivimos de los cambios, la felicidad no es mรกs que un reponerse y un participar sin intereses mundanos; pues, tan solo la certeza del darse a diario, aporta sosiego al pulso existencial. A propรณsito, estudios cientรญficos han demostrado que la satisfacciรณn del deber cumplido, tiene efectos positivos en la salud y en la esperanza de vida. Desde luego, tener una perspectiva positiva y una sensaciรณn general de complacencia se ha relacionado con la longevidad. Ojalรก aprendamos a generar espacios y momentos felices, en los que se otorgue prioridad a los vรญnculos.
La docilidad en este sentido de comuniรณn es, por consiguiente, raรญz de entendimiento y conciliaciรณn, tanto interna como externa. El espejo del alma estรก ahรญ, como fuente de profunda paz de la conciencia, ante el cumplimiento de la ley moral. La confianza que nos trasmiten aquellas personas que han escogido el camino de una conducta honesta e intachable, contra cualquier alternativa de triunfo ilusorio logrado mediante la injusticia y la inmoralidad, nos debe hacer repensar sobre nuestro modo de ser y su referida actuaciรณn. Lo cardinal no es tanto el progreso econรณmico, como florecer en la incondicional entrega de ser para el otro como para sรญ, con la convicciรณn de no concebirse perdido, sino reencontrado con su propio linaje en gozosa parentela genealรณgica.
corcoba@telefonica.net
16 de marzo de 2025.-
#๐๐น๐ช๐จ๐ช๐ณ๐ญ๐ฆ๐๐ญ๐ข๐ถ๐ฅ๐ช๐ข๐ค๐ถ๐ฎ๐ฑ๐ญ๐ข.
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