𝟵𝟱 𝗮ñ𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝗱𝗲 𝗱𝗼ñ𝗮 𝗖𝗵𝘂𝗰𝗵𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗔𝗵𝘂𝗮𝗰𝘂𝗼𝘁𝘇𝗶𝗻𝗴𝗼 𝗮 𝗘𝗰𝗮𝘁𝗲𝗽𝗲𝗰

 

--𝘍𝘦𝘴𝘵𝘦𝘫𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘤𝘳𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘴𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘪𝘤𝘶𝘭𝘢𝘳

--𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘍𝘳𝘢𝘯𝘤𝘪𝘴𝘤𝘰 𝘉𝘢𝘳𝘳𝘪𝘰𝘴 𝘰𝘧𝘳𝘦𝘤𝘪ó 𝘮𝘰𝘭𝘦 𝘺 𝘵𝘢𝘮𝘢𝘭𝘦𝘴

𝙅𝙖𝙫𝙞𝙚𝙧 𝙁𝙧𝙖𝙣𝙘𝙞𝙨𝙘𝙤 𝙍𝙚𝙮𝙚𝙨.ACAXTLAHUACAN, PUE., 08 de Junio de 2025.—La nube errante, en el azul se desliza, como un sueño efímero que, al corazón hechiza, la montaña la observa con amor y con anhelo, ahí abajo vio nacer a la niña María de Jesús, en Ahuacuotzingo, conquistado por Hernán Cortés en 1534, apenas el 2 de junio del 2025, cumplió 95 años, sin renunciar su origen de campesina con sombrero puesto en su fiesta de cumpleaños y vestida elegantemente.

Hermoso paisaje de Ahuacuotzingo con la montaña de fondo  como para decir y escribir, es fácil, pero vivir 95 años en medio de muchas carencias que viven las familias campesinas de Guerrero, y de México, pese a ello, doña  María de Jesús Barrios Santos, los ha vivido desde Ahuacotzingo, región de la montaña de Guerrero,  hasta donde actualmente radica en Ecatepec, Estado de México, en donde sus hijos la cuidan y le dan amor, el pasado 2 del mes en curso cumplió años, la celebración fue en la intimidad de su casa.

Bajo la majestuosidad de la montaña  de Guerrero, el 2 de junio de 1930, vio nacer a la niña María de Jesús Barrios Santos, sus padres vivieron hasta que fallecieron en la cabecera municipal de Ahuacuotzingo, Martina Santos y Anastasio Barrios, procrearon también a Sulpicio, Otilio, Mauro y Elvira, ya se adelantaron en el camino, le viven Apolinar, Amador y radican en el vecino estado de Morelos.

La palabra Ahuacuotzingo proviene de los vocablos náhuatl, agua (encino), evo (amarillo), tam (diminutivo), y el locativo co; lo cual se interpreta como: "En el encino amarillo" o "En el pequeño encinar".

En medio de la encinera, pero hace más de 80 años a la joven a lo más 16 años a María de Jesús, le salió un pretendiente que vivía --¿cómo fue eso?, solo ella sabe-- en Tehuaxtitlán, municipio de Olinalá, pese a estar a muchos kilómetros, venía a ver a la novia conquistada  por el joven Victorino Francisco Melchor, sin miedo bajaba y subía por esos empinados cerros a bordo de su cuaco.

Valía la pena llegar hasta Ahuacuotzingo, porque era el amor de su vida, pese a que en esas décadas,  los noviazgos en el campo eran furtivos, no como ahora, hasta se van a sus casas a platicar, porque los padres eran muy celosos, no querían que sus hijas se casaran muy jóvenes, pero pudo más el amor que esas prohibiciones.

Ese par de jóvenes adolescentes se las ingeniaban para verse, primero ocuparon como recadera a una señora, pero al cometer una indiscreción cambiaron de correo, por un niño, entonces ni en cuenta la más celosa doña Martina y sin preocupación don Anastasio, de que la joven Chucha se entrevistaba en la clandestinidad  con Vic.

Para no seguir con ese romance a las escondidas, un día decidió el joven Victorino en “robarse”,--así se estilaba en aquellas décadas--, a María Jesús, no se la llevó a su pueblo de Tehuaxtitlán, directamente, porque sus papás del novio doña María Leonor Melchor Navarrete y don Isaac Francisco, no aceptarían que su chamaco ya tuviera mujer sin cumplir la mayoría de edad, no sin antes enseñarse a trabajar.

Cuentan quienes conocieron a la joven pareja de hace 8 décadas, que el joven Victorino, todavía le ganaba orinarse por las noches en la cama, así que ya se imaginarán como era ese matrimonio mojado viviendo en el campo y ya con mujer compartiendo el aposento, era otro cuento, no se trataba de Romeo y Julieta, sino de Chucha y Vic.

El municipio de Ahuacuotzingo es uno de los 85 municipios que conforman el estado de Guerrero, se ubica en la zona centro-este del territorio y su cabecera es el pueblo de Ahuacuotzingo, rodeado de altos cerros besados por la neblina, en tiempo de aguas una hermosa verde vegetación, que convierten la zona en un verdadero paraíso.

Se encuentra aproximadamente a 100 kilómetros al este de Chilpancingo, hay carretera pavimentada. Su extensión territorial es de 388.4 km² y la población se dedica principalmente a la agricultura. Anteriormente era conocido como Buenos Aires.

Luego de que Victorino se “robara” a María Jesús, tiempo después los padres del novio, llegaron hasta Ahuacuotzingo a pedir la mano oficialmente de la que sería después una de las primeras nueras, pero quien en ese momento no aceptaba al nuevo yerno, era doña Martina, porque su hija apenas tenía como 16 años y estaba muy celosa, pero don Anastasio sin tanto reclamo dio el “Si”.

No pasó mucho tiempo cuando el joven matrimonio se casó por lo civil y por la iglesia,  luego de vivir un tiempo en Tehuaxtitlán, municipio de Olinalá, se cambiaron a Tecorrales, un paraje de la comunidad de Teticic, de la misma demarcación olinalteca, región de la montaña.

Con la bendición y el permiso del gran creador comenzó a llegar la nueva descendencia Francisco Barrios, por si no falla la cuenta, hasta 9 hijos de los cuales entre ellas Amalia, ya se adelantó, le viven siete, cuatro mujeres y tres hombres, Herlinda (mayor), vive en Teticic, municipio de Olinalá, Guerrero, Fernanda, Maura y Francisca, José, Juan y Tomás.

Años después por azares del destino el matrimonio se mudó a Acaxtlahuacán, cabecera municipal de Albino Zertuche, Puebla, en donde pasaron varios años, ahí sucumbió por un derrame cerebral don Victorino Francisco Melchor y para buscar nuevos horizontes, la mamá y sus hijos se fueron a vivir a la colonia  Villa de Guadalupe Xalostoc, Ecatepec, Estado de México, a invitación de su hija Amalia, quien se fue a trabajar con una familia, pero lamentablemente falleció hace 20 años, el 26 de agosto del 2005.

Desde hace casi tres décadas vive la familia Francisco Barrios en esa entidad federativa del centro del país, y el pasado 2 de junio apareció en escena vestida elegantemente con su irrenunciable sombrero como recordando viejos tiempos en el campo, sus hijos le festejaron su cumpleaños en su domicilio,  con una modesta cena a base de mole rojo con pollo y tamales  de frijol negro molido, preparado expresamente por su hija la socoyote, Francisca, que estuvo de chupete.

Estuvieron presentes sus yernos Miguel y Rogelio, además de algunas nietas como Monserrat y Jazmín, quienes disfrutaron de esa alegría contagiosa de la festejada con su buen humor, acompañada de música.

Para no desentonar el momento partió un pastel, con luces y le cantaron las mañanitas a doña Chucha, quien estuvo muy feliz departiendo la cena con sus seis hijos, faltó Herlinda, por cuestiones de salud, no pudo estar presente y trasladarse desde Teticic, municipio de Olinalá, región de la Montaña de Guerrero.

Aunque no lo manifestó, seguramente pasó por su mente al llegar a sus 95 años como una mujer longeva, doña Chuca,  recordaría en esos instantes y sin temor a equivocarnos, tiene presente todo el tiempo esos bonitos paisajes de su tierra natal Ahuacuotzingo, en la que predomina el relieve accidentado, con alturas de hasta 2,000 metros sobre el nivel del mar; destacando los cerros Lobera, Xumiltzin, Polantitlán, Zoyatla y Teshuayo.

A pesar de sus 95 años de edad, todavía doña Chucha está lucida, tiene sentido del humor al bromear, sin su autorización hoy publicamos una foto, una de tantas, también le gusta la música, entre las canciones favoritas “Tiempos Pasados” que interpreta el grupo “Los Armadillos”, además todavía les llama por teléfono a sus cuñadas que viven en Acaxtlahuacán, Gertrudis Castillo Reyes, Clara Reyes Navarrete, ya no lo hace con Vicente Castillo Reyes, por cuestiones de salud.

El que esto escribe todavía la visitó, saludó y platicó el 23 de agosto, un día después en una entrada y salida relámpago a la Ciudad México el 22 de agosto del 2024 a recibir un reconocimiento por trayectoria del Club de “Primera Plana” por los 40 años de ejercicio periodístico ininterrumpido, y ahora nos sumamos a los parabienes para la tía María de Jesús Barrios Santos con motivo de su 95 aniversario de su natalicio.

La tía Chucha no olvida aquellas postales de los  ríos, ya disminuidos en sus caudales que existen en Ahuacotzingo, como el de Petatlán, Mitlancingo y Pochoapa; y los arroyos: Duraznal, Berros, y el Ahuehuetes.

Estar cumpliendo 95 años se dice y se escribe fácilmente, pero vivirlos en medio de la vida campirano, no ha sido fácil, y forjar una familia trabajadora, aunque un despistado empleado les habría dicho alguna vez “trabajan como burros”, pues no entendió que vivir en una población conurbada como Ecatepec, Estado de México, no es sencillo y en la actualidad la vida es muy cara.

La familia Francisco Barrios se ha entregado de cuerpo y alma al trabajo independiente, como es y ha sido todo el tiempo, esas enseñanzas se la deben a doña María de Jesús, a quien tienen todavía para amarla y adorarla, y viven con la nostalgia de quien fue su padre, Victorino Francisco Melchor, también entregado todo el tiempo al trabajo del campo.

La familia Francisco Barrios, es la única de todas las que conforman el núcleo, se rehusó irse a conquistar el sueño Americano, renunciaron a ser explotados por los gringos, como lo han hecho otros familiares que se han aventurado y hasta quedado allá en donde no los quiere el ahora presidente Donal Trump.

Ellos prefieren trabajar duro, por su propia cuenta, que ser explotados por extranjeros, y ahora se mantienen vendiendo frutas, legumbres, tortas, hamburguesas y helados, pero siempre atenta y dirigiéndolos por doña María de Jesús Barrios Santos, aunque ya no sale,  pero está al pendiente de todo.

Cuando miro al cielo le doy las gracias por poner en mi camino a personas maravillosas que han tocado mi alma por la familia Francisco Barrios  en aquella noche del 22 de agosto del 2024 me hicieron pasar un momento inolvidable por esa recepción de las primas y primos en uno de sus negocios con motivo del reconocimiento del Club de Primera Plana por 40 años de ejercicio periodístico.

Desde estas líneas le pedimos al gran creador y arquitecto del universo, tenga para rato la familia Francisco Barrios  mamá y para este “escribidor” una tía Chucha. ¡Felicidades!

#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.