𝗛𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗿𝗲𝘀𝗶𝘀𝘁𝗶𝗿á 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗮

Fernando Hinterholzer Diestel

Nuestro país está sufriendo las consecuencias por la conocida abdicación del gobierno obradorista en sus obligaciones y facultades constitucionales para combatir a la delincuencia organizada. Cada vez hay más señales preventivas que encienden el tablero político de la relación bilateral con los Estados Unidos. El gobierno de la Dra. Sheinbaum, con Morena y sus aliados tienen ya que deslindarse, en este momento que todavía pueden hacerlo como decisión propia, y no como respuesta obligada por hechos de fuerza del gobierno trumpista. Son evidentes las señales provenientes de Washington reclamando la extradición de figuras políticas, empresariales y deportivas que tienen ligas con los carteles terroristas que operan en México y han sido protegidos por miembros del poder desde el año 2018 a la fecha. Es urgente romper la relación entre política y crimen organizado, fundamento de la exigencia norteamericana. Señales que, combinadas con la muy complicada situación económica y financiera por la que pasa el país, podrían alcanzar una “tormenta perfecta”. Un verdadero desastre. No da más el discurso del “no pasa nada” ni la práctica de realizar importantes operativos anti criminales sin detenidos políticos importantes. Y mientras eso ocurre, el costo geopolítico lo empezamos a pagar todos los mexicanos. El gobierno de Estados Unidos, cansado de la desidia o más bien, de la complicidad mexicana ante la crisis de la colusión con los carteles criminales, “decidieron imponer nuevos aranceles de hasta 30% a productos de exportación”, porque México no ha querido, o no ha podido, asumir un rol serio y frontal contra el tráfico de drogas, sobre todo en el fentanilo, cuya asociación está ligada a los Cárteles de Sinaloa y Jalisco.

Y para agravar las sospechas fundadas del Departamento de Estado de EU, el pasado fin de semana, hubo tres hechos ocurridos que por su gravedad merecen ser examinados en conjunto: la carta de Donald Trump dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, la confirmación de la fuga al extranjero del ex secretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena y su vinculación con el exsecretario de Gobernación Adán Augusto López, y las explosivas declaraciones, de JefffreyLichtman, abogado de Ovidio Guzmán. El presidente norteamericano amenazó con utilizar sus amenazas arancelarias para obligar al gobierno mexicano a que “enfrente” a los cárteles de la droga, y de paso le dé una lista de los narco-políticos mexicanos que son protegidos por la cleptocracia mexicana. El problema principal es que Sheinbaum tiene el compromiso de lealtad política de proteger a su padrino político López Obrador. Y ahí en automático se convierte cómplice de un narco-gobierno. Se volvería coparticipe del “abrazos no balazos” y empantana la narrativa de su propia política de seguridad con tal de no traicionar el relato de su antecesor. Muchos de los problemas que enfrenta México se disolverían si la presidenta fuera capaz de pronunciar una sola frase: “El gobierno anterior no actuó contra los narcos, nosotros sí lo estamos haciendo”. Ya no tendría Trump argumento para sus aranceles, ni Marco Rubio para sus críticas, ni Kristi Noem para sus acusaciones, menos Pam Bondi para sus denuncias. Se le acabaría la gasolina al abogado de Ovidio, al Departamento del Tesoro, a la DEA, al FBI y a la CIA. Pero como la presidenta es incapaz de decir la verdad, prefiere actuar a favor del narco, como gerente de relaciones públicas de los criminales, que delatar a López Obrador y su banda de secuaces. Hay que ver sus patéticas declaraciones al lado del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien encarna los pactos del gobierno con los narcos. Y al hacerlo, ratifica lo que para ella es más importante: el pasado tiene blindaje. El escenario complica el margen de maniobra del gobierno mexicano, porque al tiempo que la administración de Trump amenaza con más aranceles y represalias económicas derivado de los asuntos de seguridad, migración y el déficit comercial, también ejecuta acciones como la de señalar a tres instituciones financieras mexicanas por lavado de dinero del crimen organizado, afectando la credibilidad de todo el sector financiero del país. 

El espectáculo de Ovidio apenas empieza, todavía faltan el de su hermano Joaquín, el del Mayo Zambada, y seguramente, el de varios criminales sinaloenses. Las cabezas del Cártel de Sinaloa ya hablaron ante un juez. Y el gobierno mexicano nervioso, reactivo, sin estrategia clara, no quiere entender que ya no tiene el control del discurso. El “script” ya no lo están escribiendo Ramírez, Villamil y Cia en Palacio Nacional, sino en un juzgado de Chicago y en la Casa Blanca en Washington. Este es el comienzo de una puesta en escena internacional, y al parecer muy pronto habrá necesidad de realizarle a Mr. Trump un “sacrificio” para proteger a la presidente Sheinbaum entregando a algún “pez gordo” vinculado estrechamente con el Obradorato. La mandataria mexicana “está empezando a recibir las facturas de haber sido la elegida”; por un lado, tiene que cargar con la herencia execrable que le dejó su “padrino” teniendo que protegerlo a él y su flota, además, también, a un grupo de colaboradores que, muchos de ellos, están señalados como cómplices de los capos de la droga y, por si esto fuera poco, tiene que resolver todo el desastre que le dejó el tabasqueño en materia de seguridad, economía, salud, vivienda, educación, crisis energética, precariedad de las finanzas públicas y una larga lista de problemas que estallan todos los días como “cohetes de feria de pueblo”. El otro frente que tiene que resolver urgentemente, es su relación con el gobierno gringo y todo lo que representa, al tiempo de sortear la andanada de señalamientos y acusaciones que ha causado al país, la imposición de aranceles y sanciones a México por parte del gobierno estadounidense. La única opción ante ello, es que se asuma la responsabilidad política,  que ya no se puede seguir defendiendo lo indefendible, que se tiene que avanzar en los que son los verdaderos temas de confrontación con la administración Trump: el desmantelamiento de la red de complicidad y protección política al crimen organizado en sus distintas vertientes; se debe revisar el comercio y el tráfico de dinero con China; se debe garantizar la seguridad fronteriza (el tema en el que quizás hay mayor avance) y se debe tener una política comercial común, como bloque, con Estados Unidos.

Por supuesto, que los señalamientos mediáticos contra México, le han permitido a Trump justificar políticas más duras en la frontera, nuevos impuestos en la parte comercial, restricciones al tráfico aéreo entre los países y una ventaja en la renegociación del TMEC, e incluso, podría abrir la puerta a intervenciones militares en nuestro país, sobre todo en zonas claramente dominadas por el narco, como sea lo deja en una posición muy cómoda para negociar prácticamente cualquier cosa. La respuesta de Sheinbaum y su equipo debe centrarse en aclarar que las instituciones mexicanas están comprometidas en combatir estos retos, mientras rechaza el estereotipo de país dominado por el crimen. Aunque, para que exista un cambio de fondo, implicaría que ocurra una separación entre la actual presidenta y AMLO a quien cada día se la percibe más como el artífice de esta “alianza intolerable”, entre el gobierno y el crimen organizado. Esto es lo que teme la presidenta, que cualquier imputación directa contra López Obrador, no sólo lo destruye a él, y daña su movimiento, sino quizás acabe con el sexenio de Sheinbaum.  ES CUANTO

𝘼𝘿𝘿𝙀𝙉𝘿𝙐𝙈:  San Cristóbal de las Casas, Chis.- Una estudiante de la escuela preparatoria Felipe Carrillo Puerto, del municipio de Pijijiapan, denunció durante la clausura de fin de curso, a algunos maestros de hostigar sexualmente a las alumnas, una situación que se ha repetido durante tres décadas que tiene de vida el plantel. Durante el evento de clausura del ciclo escolar 2024-2025, la estudiante denunció que algunos de los 25 mentores acosan a las estudiantes, pero los que no lo hacen, simplemente guardan silencio. 

#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.