Jornada laboral a 40 horas: derecho conquistado y el desafío pendiente
“𝘓𝘢 𝘫𝘰𝘳𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘰𝘤𝘩𝘰 𝘩𝘰𝘳𝘢𝘴 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘱𝘳𝘪𝘷𝘪𝘭𝘦𝘨𝘪𝘰, 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘲𝘶𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦 𝘺 𝘥𝘪𝘨𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥".
𝘼𝙧𝙖𝙘𝙚𝙡𝙞 𝘼𝙜𝙪𝙞𝙡𝙖𝙧 𝙎𝙖𝙡𝙜𝙖𝙙𝙤.CHILPANCINGO, GRO., 01 de Julio de 2025.--La jornada laboral de ocho horas, hoy reconocida como un derecho básico en muchas legislaciones, fue en su origen una conquista histórica del movimiento obrero. En México, la reciente reforma que busca consolidar esta jornada como un límite legal obligatorio —acompañada de sanciones penales para quienes la transgredan— representa no solo un ajuste normativo, sino una declaración ética: el tiempo de las personas trabajadoras no es una mercancía infinita, sino un bien humano que merece respeto.
Este ensayo propone una reflexión crítica sobre el alcance, los desafíos y las implicaciones de esta nueva legislación, en un país donde la cultura del exceso laboral ha sido normalizada y donde la informalidad sigue siendo una barrera estructural para la justicia laboral.
𝗖𝗢𝗡𝗧𝗘𝗫𝗧𝗢 𝗛𝗜𝗦𝗧Ó𝗥𝗜𝗖𝗢: 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗟𝗨𝗖𝗛𝗔 𝗢𝗕𝗥𝗘𝗥𝗔 𝗔𝗟 𝗠𝗔𝗥𝗖𝗢 𝗟𝗘𝗚𝗔𝗟
La jornada de ocho horas no nació en un escritorio legislativo, sino en las calles, fábricas y huelgas del siglo XIX. Fue el resultado de décadas de lucha por parte de trabajadores que exigían un equilibrio entre trabajo, descanso y vida personal. En México, este principio fue reconocido en la Constitución de 1917, pero su cumplimiento ha sido históricamente desigual.
La nueva legislación no crea un derecho nuevo, sino que refuerza su exigibilidad, estableciendo sanciones penales para empleadores que impongan jornadas excesivas, especialmente a personas en situación de vulnerabilidad. En este sentido, la ley no solo protege el tiempo, sino también la dignidad.
𝗨𝗡𝗔 𝗥𝗘𝗙𝗢𝗥𝗠𝗔 𝗡𝗘𝗖𝗘𝗦𝗔𝗥𝗜𝗔: 𝗦𝗔𝗟𝗨𝗗, 𝗣𝗥𝗢𝗗𝗨𝗖𝗧𝗜𝗩𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗬 𝗝𝗨𝗦𝗧𝗜𝗖𝗜𝗔
México es uno de los países de la OCDE donde más horas se trabaja al año, pero también uno de los menos productivos. Esta paradoja revela que más tiempo no significa mejor desempeño. Estudios recientes vinculan las jornadas prolongadas con el aumento del estrés, el deterioro de la salud mental y la disminución de la calidad de vida.
La nueva ley busca revertir esta lógica, promoviendo un modelo laboral más humano y sostenible. Al garantizar jornadas razonables, se protege no solo la salud física y emocional de los trabajadores, sino también su derecho al ocio, a la familia y al desarrollo personal.
¿𝗨𝗡𝗔 𝗟𝗘𝗬 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗧𝗢𝗗𝗢𝗦 𝗢 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗨𝗡𝗢𝗦 𝗖𝗨𝗔𝗡𝗧𝗢𝗦?
Si bien la reforma es loable, su aplicación enfrenta desafíos estructurales. En un país donde más del 50 % de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, ¿cómo garantizar que esta ley tenga un impacto real? ¿Cómo fiscalizar su cumplimiento en sectores como el doméstico, el agrícola o el de seguridad privada, donde las jornadas de 12 o más horas son la norma?
Además, la ley podría ser insuficiente si no se acompaña de políticas públicas integrales: fortalecimiento de la inspección laboral, incentivos para la formalización, educación sobre derechos laborales y mecanismos accesibles de denuncia.
𝗗𝗜𝗠𝗘𝗡𝗦𝗜Ó𝗡 É𝗧𝗜𝗖𝗔: 𝗘𝗟 𝗧𝗜𝗘𝗠𝗣𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗗𝗘𝗥𝗘𝗖𝗛𝗢 𝗛𝗨𝗠𝗔𝗡𝗢
Más allá de lo legal, esta reforma nos invita a repensar el valor del tiempo. En una sociedad que glorifica la productividad sin descanso, reconocer el derecho a desconectar, a vivir sin culpa fuera del trabajo, es un acto de justicia. El tiempo libre no es un lujo, es un componente esencial del bienestar.
Como escribió el filósofo Byung-Chul Han: “El tiempo del trabajo se ha extendido hasta invadir el tiempo del alma”. Esta ley, si se aplica con convicción, puede ser un primer paso para recuperar ese tiempo perdido.
La reforma de la jornada laboral a 40 horas es una oportunidad para redefinir el modelo de desarrollo mexicano desde una perspectiva más humana, equitativa y sostenible.
Reconoce que el trabajo debe estar al servicio de la vida, y no al revés. Pero para que esta reforma no se quede en el papel, se requiere voluntad política, vigilancia ciudadana y una transformación cultural que valore el descanso tanto como el esfuerzo.
Porque al final, una sociedad que respeta el tiempo de sus trabajadores es una sociedad que se respeta a sí misma.
“𝘌𝘭 𝘵𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘮á𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘤𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘢𝘭𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘰". 𝙑𝙞𝙘𝙩𝙤𝙧 𝙋𝙖𝙪𝙘𝙝𝙚𝙩.
#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.
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