martes, 25 de octubre de 2011

COLABORACION

Consejeros y trampas


Apolinar Castrejón Marino


A usted ¿le gustaría ser consejero electoral? ganan algo así como 45 mil pesos mensuales, según el Punto 3 del Artículo 112 Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), que a la letra dice: La retribución que reciban los consejeros electorales será similar a la que perciban los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En acatamiento de las leyes, a los consejeros les asignan una camioneta del año, 2 secretarias y 3 asistentes. Y como si fueran seres excepcionales, les dan una «charola» con el escudo nacional, con lo cual son exentados del pago de las casetas de las autopistas y pueden estacionarse en el lugar que les plazca.
En teoría, los consejos electorales están integrados por ciudadanos, así que cualquier persona como usted o como su compadre, pueden ser consejeros. Solo basta ser mexicano, estar en «pleno goce» de sus derechos y contar con credencial de elector. Como que los pretendidos requisitos son una vacilada ¿no?

Otros requerimientos son, que tenga más de 30 años de edad, no haber sido condenado por delito alguno, y haber residido en el país los dos últimos años. No se ría, pero no deberá ser secretario de Estado, ni procurador general de la República o del Distrito Federal, subsecretario u oficial mayor en la administración pública federal, jefe de Gobierno del Distrito Federal, ni gobernador, ni secretario de Gobierno.
No conforme con los requisitos que son una obviedad, el artículo 110 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), establece reglas que si son de exclusión como ser licenciado, contar con los conocimientos y tener experiencia que le permita el desempeño de sus funciones. La realidad palpable y tangible, es que los consejeros tienen fuertes vínculos con los partidos y con los candidatos.
El Instituto Federal Electoral (IFE) y su instrumento más poderoso, del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), los Consejos Estatales Electorales y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación son las armas mortíferas que se ocupan para asesinar cualquier vestigio de democracia en México.
Dios mismo, nunca tuvo tanto poder. Imagínese usted organizando una rifa, eligiendo a quienes deben participar, dar a cada participante grandes cantidades de dinero a discreción, alentar o recriminar a cada contendiente, decidir quién gana y quien pierde y recibir las protestas y reclamos, para decidir cuáles son válidas y cuáles no.
Una prueba muy a la mano acerca de los órganos electorales son la peor simulación y de que la presunta ciudadanización son una burla la encontramos en la persona de Santiago Creel, el hombrecito que quiere ser Presidente de la República, que fue secretario de gobernación durante el mandato de Vicente Fox, diputado y senador, lo cual solo lo pudo lograr porque fue consejero electoral de 1994 a 1996.
Las trampas y los tramposos electorales hasta se dan tiempo de «arreglar» los resultados, según ellos, para dar una impresión de madurez y evolución. Si, como no. Si en la contienda pasada, cuando Zeferino arrebató el poder al PRI hubo un abstencionismo del 53.5 %, se esperaba que en la elección de 2011, más del 60 % de guerrerenses se abstendrían de votar.
Grande es nuestra sorpresa al saber que solo el 50.5 % de votantes decidió no salir a votar o anular su voto. Todo esto gracias a las campañas de engaña conejos acerca de la incivilidad de abstenerse, de que si no votas luego no exijas resultados y de que a los que se abstuvieran se los iba a chupar la bruja.

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