viernes, 18 de mayo de 2012

COLUMNA

Cosmos

 Héctor Contreras Organista

Muy pronto Chilpancingo tendrá un nuevo presidente municipal. Después de Aurorita Meza Andraca y de la muy estimada Magda Vázquez, no ha habido otra mujer, puro machín y uno que otro mandilón, y por cierto que si de alcaldes se trata todavía se recuerda con gratitud a aquel enorme personaje, empresario y político que fue don Elías Naime Némer, inolvidable por su don de gentes, por su trabajo, por su iniciativa, por entrón y por su carácter.

Citemos un solo ejemplo de ENN: Él introdujo la televisión a Chilpancingo y don Arturo Cervantes Delgado, quien no fue alcalde estableció el primer canal de televisión en nuestra pozolera ciudad.
Ha habido otros muy ilustres presidentes municipales quienes trabajaron arduamente por brindar una aportación sumamente importante.
Ahí está don Ausencio Garzón Chávez a quien se debe, entre otras cosas, la construcción de la calle de Ayutla y quien consiguió con sus enlaces políticos que el evento de la feria de Chilpancingo fuera conocido nacionalmente por medio de la XEW en el programa «Así es mi tierra».
Don Saúl Alarcón Abarca hizo cuanto pudo y estuvo a su alcance, su nombre quedó para la historia por haber creado «el quinto barrio», el de Tequicorral. Al prestigiado y siempre bien acreditado médico don Alberto Saavedra Ramos se debe la construcción del edificio donde ahora funcionan las oficinas del ayuntamiento.
Don Julio Calva Capetillo fue el constructor del primer edificio municipal, donde ahora hay varios restaurantes y expendios de periódicos en Los Portales.
Ese edificio se inauguró con toda la pompa de la época, pues don Julio Calva trajo a Beny Moré y ahí cantó ese portentoso artista cubano.
A alguien le escuché hace muchos años decir que cuando vino el presidente de la república y se le recibió en la alameda el mero presidente le preguntó al alcalde de ese entonces qué necesitaba Chilpancingo.
 Y el alcalde le respondió: «Nada, señor, aquí estamos muy bien». Bueno, también en las alcaldías tiene que haber de todo. Don Constantino Flores Peña sustituyó al médico Rodrigo Vega Leyva en la época de los años 60, después de la huelga.
Don Carlitos Gómez fue un excelente presidente municipal, le tocó gran parte de la instalación del servicio de energía eléctrica.
 A don Abel Estrada se debe la inscripción que todavía se lee en el frontispicio del panteón municipal (el del centro, dicen algunos): «Descúbrete ante la augusta paz de nuestros muertos», aunque la frase era más larga, según recuerda el gran Chuchito Guerrero Leyva.
En fin, han sido muchos hombres y solamente dos mujeres quienes han estado al frente de la presidencia municipal, y obviamente, vino una nueva hornada y entre ellos destacaron Florencio Salazar Adame, Efrén Leyva Acevedo, Mario Moreno y Héctor Astudillo Flores.
Jorge Arrieta Jiménez fue alcalde por espacio de tres meses, pero en su tiempo Chilpancingo decía: «Jorge Arrieta hizo en tres meses lo que muchos alcaldes no han hecho en tres años». Hijo de tigre, pintito.
Es hijo del ingeniero Arrieta Mateos quien a su vez sustituyó a Alejandro Gómez Maganda cuando por «la cosa política» lo tumbaron de la burra, es decir, de la gubernatura de Guerrero.
Y don Darío Arrieta hizo en tres años a favor de Guerrero lo que otros no pudieron realizar en años, y la huella que dejó aquí son el establecimiento del beisbol y la charrería.
Estamos en la antesala de «estrenar» alcalde. Hay dos personajes que se disputarán en las urnas ese privilegio: Mario Moreno Arcos, quien de ganar las elecciones repetiría en la silla municipal, y Alejandro Mendoza Pastrana quien hizo un excelente trabajo periodístico hace años en la estación de radio La explosiva.
De ahí mismo salió Lilián Rivas quien pretendía ser la tercera alcaldesa de Chilpancingo, pero no logró los votos que necesitaba para ello. Otro comunicador que pretendió ser edil fue nuestro gran amigo Víctor Wences Martínez, tampoco lo logró.
Hasta donde sabemos, quien quiera ser alcalde de Chilpancingo necesita tener contacto permanente con la ciudadanía, tanto en la capital como en los pueblos que lo conforman. Eso significa un trabajo arduo, constante, acciones que penetren el corazón de la gente.
Y por si fuera poco no es suficiente con llevarles apoyos y dar respuesta a sus demandas.
 Se necesita don de gentes, carisma, mostrarse siempre activo, incansable, voz de mando, dotes de líder y sobre todo cordial, atento y educado. Jamás déspota y engreído. Eso cómo cuenta.
En estas horas el ayuntamiento está siendo conducido por un joven chilpancingueño que es Tulio Pérez Calvo.
No estaría por demás que hiciera un esfuerzo por ser una nueva versión de Jorge Arrieta Jiménez: ¡En tres meses hizo lo que otros no han hecho en tres años! Pasaría a la historia si lograra ejecutar la hazaña. Chilpancingo resultaría beneficiado y él también. Ojalá lo logre.
Y, bueno, allí está en la puja otra vez Mario Moreno Arcos quien jamás se ha separado de la gente y ha seguido haciendo obra en todas las comunidades y colonias de Chilpancingo. De Alejandro Mendoza Pastrana no conocemos nada. Esa es la verdad. Pero tiene carisma, don de gentes, es un gran comunicador, persona digna y respetable, padre y esposo ejemplar y es además nuestro cuaderno de hace años.
Yo se la pediría, por lo menos, de tesorero, a ver si ya salgo de jodido.
Nos ha distinguido con su amistad, e incluso es miembro destacado de una iglesia cristiana.
Pero, insistimos, en cuanto quehacer político no le conocemos nada.
Y es que muchas veces los políticos se olvidan de cultivar amistad entre la ciudadanía, tal vez porque entre sus planes o proyectos a algunos ciudadanos modestos nunca se nos toma en cuenta.
¿No valdrá nuestro voto para ellos? Quien hace años se quedó también en el camino fue el apreciado profesor Raúl Salgado Leyva.
Empero se le otorgaron otras oportunidades para «no vivir en el error», fue diputado y recientemente ocupó un alto cargo dentro de la Secretaría de Educación, pero entendemos que por la crítica política que se la ha hecho a la administración a la que han calificado de népota, se le dieron las gracias.
Tampoco entendemos por qué cuando presentaron a su relevo al señor Ricardo Moreno Arcos ni lo mentaron.
Ni las gracias le dieron y jamás hubo explicación del porqué lo chisparon como tapón de sidra del honroso cargo que ocupaba en la SEG.
Nosotros a Ricardo le solicitamos una entrevista, de pronto la aceptó pero luego por medio de uno de sus personeros se disculpo. A lo mejor se le hizo muy poca cosa el lo entrevistáramos.
Ya ve usted cómo son los políticos. Entonces, pues, entre Mario y Alejandro quedará la alcaldía. Yo creo que Chilpancingo no dejará de ser priísta. Alejandro, si la quiere tiene que trabajar… y muchísimo… Tal vez en la otra, sí.

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