lunes, 10 de abril de 2017

SEGUNDA PRINCIPAL

Presas más fáciles para el
crimen niños y adolescentes

José Molina.--En los últimos meses, en Chilpancingo, capital de Guerrero, se han registrado varios asesinatos en los que las víctimas son menores de edad. En su mayoría son casos donde el joven (presumen las autoridades) se introduce a las filas de algún grupo delictivo, o “como castigo” por dedicarse a robar.
El último de los casos se registró este domingo 09 de abril en la colonia Los Romero. El cuerpo de un menor de 13 años de edad fue localizado sin vida, envuelto con una bolsa negra y un costal. Tenía una cuerda semi-atada de los pies que conectaba con las manos y el cuello.
Sus padres llegaron hasta el lugar y dijeron que Oscar Jerónimo (así lo identificaron) salió de su casa durante la tarde del sábado, pero al ver que cayó la noche y nunca llegó, decidieron salir a buscarlo hasta altas horas de la madrugada. Por la mañana les llegó la peor de las noticias; el menor había aparecido muerto cerca de su domicilio, según les informaron sus vecinos.
La búsqueda terminó y el dolor profundizó. Su hijo tenía el sello del modus operandi del crimen organizado, aunque las autoridades tienen indicios para pensar que la línea de investigación principal no es el narco.
En otro hecho, apenas el pasado miércoles 05 de abril, dos jóvenes de 14 años fueron abandonados completamente desnudos, torturados y con una cartulina
donde los señalaban de “chapulines”. Esto es, cuando un miembro de un grupo delincuencial se relaciona y obedece órdenes o a intereses de otro.
En el mensaje les advertían que “se pusieran a estudiar”, por que no habría segunda oportunidad. El mismo texto advertía más violencia en la capital: “la limpia sigue”.
Los dos menores fueron dejados en la calle principal de la colonia Aurora de esta ciudad, a unos 30 metros de donde fue dejado el cuerpo de Oscar Jerónimo.
A ambos los dejaron con las manos atadas hacia la espalda y con los ojos vendados, además, les pintaron sus rostros y sus pechos con un marcador negro.
Al ser interrogados por policías, dijeron que tenían una amiga que “andaba mal”, y que ellos solo caminaban cuando de pronto fueron interceptados por sujetos armados que los privaron de su libertad.
Otro hecho se registró en esa misma zona durante el mes de febrero, en la colonia Panorámica, ubicada en la parte alta de la San Lucas. Ahí fueron localizados dos jóvenes maniatados y con huellas de tortura, ambos presentaban el tiro de gracia (impacto de bala en la cabeza), pero uno de ellos sobrevivió milagrosamente.
El joven herido fue trasladado al Hospital General. Tenía 14 años de edad y era originario de la ciudad de Chilapa de Álvarez, donde también estudiaba la secundaria. De hecho, fue “levantado” en las inmediaciones de su escuela por personas armadas.
Semanas después, un video circuló a través de redes sociales donde aparecían esos dos menores siendo interrogados por adultos que portaban armas largas. En el video se observa que, presionados y torturados psicológicamente, las víctimas confiesan trabajar para el grupo delictivo denominado “Los Jefes”.
Días antes, otros dos jóvenes de entre 15 y 16 años de edad que presuntamente se dedicaban a robar y asaltar, fueron masacrados a balazos en la calle Tabachines de la colonia El Amate, ubicada al norte de la ciudad.
Versiones de testigos indican que los dos jóvenes habían arrebatado el bolso a una mujer sobre la calle principal, por lo que se dieron a la fuga, pero metros adelante fueron interceptados y atacados por sujetos que portaban armas de alto poder, quedando sin vida, tendidos en charcos de sangre a media calle.
Otros jóvenes han sido privados de su libertad por grupos armados, quienes sin piedad aplican diferentes métodos de tortura a sus pequeñas víctimas, principalmente la famosa “tableada” que consiste en golpearle los glúteos y espalda con una tabla, hasta dejarles la sangre molida dentro de la piel.
Después van a “tirarlos” a algun sitio en específico, amarrándolos desnudos en postes, con cinta canela y cartulinas encima, con el objeto de exhibirlos.
La práctica se ha hecho común en el Estado de Guerrero, principalmente en la zona Centro donde la disputa por el territorio entre grupos antagónicos ha dejado escenas terroríficas y cientos de víctimas en los últimos años.
En el mundo de la delincuencia cada vez incursionan más menores de edad, incluso niños de doce y trece años cuyos cuerpos son frágiles, inmaduros, pero con la necesidad de tener algo de dinero. En su mayoría, las víctimas de los últimos meses parecen ser jóvenes de bajos recursos económicos.
Y mientras va creciendo la disyuntiva de que si es por culpa de los padres o del gobierno, la realidad se hace cada vez más presente y los menores siguen derramando sangre. La moral ciudadana se convierte en un tema de discusión en redes sociales y, mientras juzgamos, decenas de futuros se van frustrando. Cientos de familias se van desmoronando. (API).

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