𝗟𝗮 𝟰𝙏 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗹𝗮 𝗗𝗘𝗔 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝙝𝙖𝙡𝙘𝙤𝙣𝙚𝙨

Fernando Hinterholzer Diestel

Desde su arribo a la Presidencia, López Obrador no satisfizo su anhelo de poder, siempre quiso cada vez más. Quería tener el control total del país y lo logro. Todos los gobiernos estatales, ya fuera por las buenas: comprando elecciones con el apoyo de los programas sociales. O por las malas: “con el apoyo del crimen organizado”. De esta manera ganaron las elecciones de 2021 en Michoacán, Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Baja California. Los criminales “levantaron” a los candidatos y a los operadores políticos del PAN y del PRI, y “alardearon que en esos estados iba a ganar el partido del presidente”.  Narco-elecciones que dieron como resultado narco-gobernadores que todavía gobiernan sus entidades. Un país gobernado por el narco. Cuando fue candidato López Obrador recibió dinero de los grupos criminales a cambio de que, cuando estuviera en el poder, los apoyaría. Y les pagó el favor, esa es la génesis de la política “Abrazos y no balazos”. Se ordenó al Ejército y a la Guardia Nacional no enfrentarlos. Por medio de su jefe de gabinete, lavaban dinero para ellos (casa de Bolsa Vector). En suma, les entregó amplias regiones del territorio nacional a las que actualmente, no puede ni el Ejército acceder. Convirtió al país en un narco-estado a cambio de acrecentar su poder personal. Así están las cosas, en este segundo periodo presidencial de Trump, y creer que las amenazas o el intervencionismo de Estados Unidos son una solución es muy ingenuo. Por miedo a las amenazas de Trump, destruyen las Fuerzas Armadas laboratorios, capturan a narcos, extraditan a viejos capos, pero en realidad la estructura del narco-estado sigue vigente. La narco-política sigue impune. Los narco-políticos continúan en el poder, y justamente esa lacra es la quiere exterminar la DEA y el gobierno americano.

Hay que insistir de muchas maneras que vivimos en un narco-estado. Que el responsable de ello, que ha causado la muerte de cientos de miles de personas, vive escondido en su finca Palenque. Que su esposa e hijos ostentan una riqueza inexplicable, mientras que él disfruta de su “neo-Maximato” poder transexenal. La solución de este gravísimo problema no vendrá de los Estados Unidos. No vendrá tampoco del gobierno dada su inconfesable complicidad. Acostumbrarnos a decir que López Obrador fue cómplice de la violencia que padecemos. Él nos condujo a donde estamos. Pactó con el crimen organizado a cambio de poder. Ahora mismo centenares de madres buscan a decenas de miles de sus hijos desaparecidos y otras  lloran a sus a sus muertos. Debemos decirlo con fuerza: no queremos vivir así. No queremos seguir así. No nos merecemos vivir en medio de esta violencia. La relación con el gobierno norteamericano en materia de seguridad y combate al narcotráfico, a través de las agencias para combatir conjuntamente de manera transversal a las organizaciones delictivas quedó pasmada en la pasado administración; hoy en día, todos entienden las poderosas razones de fondo por ese rompimiento. 

La política de los abrazos a los carteles criminales fue preeminencia desde hace 6 años y tener a los “halcones de Washington tan cerca, les representaba un riesgo elevado para el obradorato. Hay que resaltar que la cooperación en materia de seguridad para la 4T, es particularmente sensible a pesar que la integración económica de ambos países que es muy amplia. La señal sobre territorios enteros cogobernadas por organizaciones criminales empoderadas ha impactado varias situaciones en la relación bilateral y los desencuentros, que han sido varios, no parecen estar bien manejados ni administrados políticamente. Las acciones del gobierno del presidente Trump fueron anunciadas desde su precampaña y campaña electoral, han generado que la relación bilateral tuviera un punto de desviación y México canceló las vías de comunicación y cooperación abriéndose un capítulo de rechazo visto como intromisión en los asuntos domésticos. 

El proyecto Portero, anunciado por la DEA hace unos días “como un plan binacional para golpear a las redes criminales que controlan el trasiego de drogas y armas”, encendió nuevamente la polémica. El gobierno mexicano contestó que “no existe tal acuerdo y aclaró que lo único que hubo fue un taller de capacitación en Texas”. La presidenta Sheinbaum declaró eufemísticamente que cualquier acuerdo en seguridad debe firmarse con el gobierno de Estados Unidos y no con agencias específicas, y confirmó que está listo “un nuevo convenio bilateral basado en soberanía, confianza mutua y coordinación sin subordinación”, me enternece como insisten en la dichosa soberanía que hoy en día no existe en el país (cooptado por grupos criminales), y la subordinación, cuando el presidente Trump ha declarado que “nuestro país obedece dócilmente”. El reto ahora es aterrizar la construcción de un nuevo marco de colaboración que incluya rapidez operativa, que trascienda coyunturas y gobiernos, respete la Constitución, fortalezca nuestras instituciones y establezca mecanismos de confianza. México puede cooperar de manera eficaz si continua su lucha contra los criminales, como ha sucedido desde los inicios del actual gobierno. Se trata de trabajar junto con Estados Unidos, y de asumir que la seguridad regional sólo puede sostenerse con obligaciones recíprocas. Frenar el flujo de drogas hacia el norte, pero también detener el tráfico de armas y dinero hacia el sur.

El uso de la inteligencia estratégica en el proceso de combate al crimen organizado incluye el acopio, análisis e interpretación de información compleja como parte de una narrativa y de golpes certeros que muestran el grado de penetración criminal que carcome al Estado mexicano. “El capo de capos” da muestra de la impunidad y corrupción, en ambos lados de la frontera. Anticipar el golpe político para el cínico movimiento, para Morena y el régimen de Sheinbaum la ha orillado a lanzar contramedidas para evitar ser afectados por el obús, que representa la información y pruebas en manos del gobierno de Estados Unidos. El control de la agenda sobre qué asuntos se tratan en la discusión pública, porque en la privada es un juego de suma cero, la tiene Donald Trump. Por lo que el comunicado de la DEA sobre el Proyecto Portero como una iniciativa emblemática bilateral para combatir a los “guardianes” de los cárteles cayó como balde helado en el ánimo presidencial, los narco-políticos mexicanos y el Capo de Palenque.

A pesar que las operaciones frontales contra los carteles terroristas en nuestro país, implementada por el gobierno mexicano que han ha dado resultados con miles de detenciones y el decomiso de armas y drogas, entre ellas más de dos mil kilos de fentanilo, la DEA todavía considera que es insuficiente la estrategia lo que aprovechó para presumir un acuerdo e impulsar la llamada Operación Portero, que le permitiría actuar en México para detener y extraditar “a los porteros narco-políticos”. Sin embargo, Sheinbaum insiste neciamente: “las operaciones de la agencia tienen límites y no existe ningún convenio de colaboración, el único acuerdo se dará con el Departamento de Estado de EU, bajo principios de soberanía y cooperación”. Sin embargo, para Donald Trump esos límites no existen, y todo apunta a que pronto podrían intervenir no sólo la DEA, sino también la CIA y el

FBI.  𝘌𝘚 𝘊𝘜𝘈𝘕𝘛𝘖

𝘼𝘿𝘿𝙀𝙉𝘿𝙐𝙈: En Guerrero y otras entidades en el año 2024, 38.5 millones de mexicanos fueron clasificados como pobres, 8.3 millones menos que en 2022. La cifra parece alentadora, sin embargo, detrás del dato se esconde una realidad incómoda: millones de personas siguen sin acceso a salud, educación, vivienda, seguridad y empleos formales. Se contabilizan menos pobres por ingreso, pero no más ciudadanos con condiciones de vida digna. La reducción de la pobreza no puede descansar únicamente en transferencias o salarios mínimos más altos. Se requiere ampliar las oportunidades de empleo formal, fortalecer servicios públicos de calidad y orientar el gasto social de manera que impulse la movilidad social sostenida. De lo contrario, la estadística mostrará menos pobreza, pero la experiencia cotidiana seguirá revelando la persistencia de la carencia.

#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.