𝗦𝗲𝗿 𝗺𝗲𝘅𝗶𝗰𝗮𝗻𝗼: 𝗺á𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿𝗼𝗺𝗶𝘀𝗼 𝘃𝗶𝘃𝗼

“𝘓𝘢 𝘱𝘢𝘵𝘳𝘪𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘩𝘰𝘯𝘳𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴, 𝘴𝘪𝘯𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘢𝘤𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘨𝘯𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘯 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥í𝘢”.

*𝘼𝙧𝙖𝙘𝙚𝙡𝙞 𝘼𝙜𝙪𝙞𝙡𝙖𝙧 𝙎𝙖𝙡𝙜𝙖𝙙𝙤.CHILPANCINGO, GRO., 18 de Septiembre de 2025.--Ser mexicano es una afirmación que va más allá del lugar de nacimiento. Es una identidad tejida con historia, cultura, resistencia y afecto por la tierra que habitamos. Decir “somos orgullosamente mexicanos” implica reconocer lo que hemos heredado, lo que defendemos y lo que estamos llamados a transformar. Pero ¿qué significa realmente ese orgullo? ¿Es una emoción pasajera que se enciende cada septiembre, o es un compromiso ético que se vive todos los días?

𝗘𝗟 𝗢𝗥𝗚𝗨𝗟𝗟𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗘𝗠𝗢𝗖𝗜Ó𝗡 𝗬 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗔𝗕𝗜𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗

El orgullo nacional suele manifestarse en gestos visibles: ondear la bandera, entonar el himno, vestir los colores patrios. Estas expresiones son legítimas y necesarias, pero insuficientes si no se acompañan de acciones concretas. El verdadero orgullo se demuestra en el respeto cotidiano: cuidar el entorno, trabajar con honestidad, defender la diversidad, honrar la memoria de quienes nos antecedieron.

Ser mexicano no es solo celebrar el pasado, sino asumir el presente con responsabilidad. Es preguntarnos si nuestras acciones honran lo que decimos sentir. ¿Cómo se sostiene el orgullo cuando se normaliza la corrupción, la violencia o la indiferencia? ¿Qué significa amar a México si no cuidamos lo que lo hace único?

𝗠É𝗫𝗜𝗖𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗠𝗢𝗦𝗔𝗜𝗖𝗢: 𝗗𝗜𝗩𝗘𝗥𝗦𝗜𝗗𝗔𝗗, 𝗖𝗨𝗟𝗧𝗨𝗥𝗔 𝗬 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔𝗗𝗜𝗖𝗖𝗜Ó𝗡

México es un país de contrastes. Su riqueza cultural es inmensa: 65 pueblos indígenas, 72 lenguas vivas, tradiciones milenarias, gastronomía reconocida mundialmente, paisajes que asombran y una historia que resiste. Pero también es un país marcado por desigualdades, exclusiones y heridas abiertas.

El orgullo mexicano debe incluir la capacidad de mirar estas contradicciones sin negarlas. No podemos construir identidad sobre el olvido. Ser orgullosamente mexicano implica reconocer tanto nuestras glorias como nuestras deudas: con los pueblos originarios, con las mujeres, con los migrantes, con los jóvenes sin oportunidades.

𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗧𝗥𝗜𝗢𝗧𝗜𝗦𝗠𝗢 𝗖𝗢𝗧𝗜𝗗𝗜𝗔𝗡𝗢: 𝗠Á𝗦 𝗔𝗟𝗟Á 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗜𝗦𝗖𝗨𝗥𝗦𝗢

La frase “el que no tranza no avanza” ha sido una herida cultural que contradice el orgullo que decimos sentir. El patriotismo no se mide en palabras, sino en prácticas. No tirar basura, respetar a los demás, cuidar el agua, exigir justicia, apoyar lo local, proteger la biodiversidad: estas son formas de amar a México.

El orgullo no debe ser una repetición automática, sino una conciencia activa. No basta con decir “¡Viva México!” si nuestras acciones contradicen ese grito. El país que soñamos no se construye con símbolos vacíos, sino con actos que dignifican. 

𝗟𝗔 𝗖𝗨𝗟𝗧𝗨𝗥𝗔 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗖𝗔𝗥𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡

México tiene una de las culturas más reconocidas del mundo. Desde el arte de Frida Kahlo hasta la poesía de Octavio Paz, desde el maíz ancestral hasta el cine contemporáneo, nuestra identidad es una mezcla viva de raíces prehispánicas, influencias coloniales y expresiones modernas. Pero esta riqueza debe ser defendida, no solo celebrada.

La cultura no es un adorno, es una herramienta de resistencia. En un mundo que homogeniza, México tiene la oportunidad de mostrar que la diversidad es fuerza. Ser orgullosamente mexicano es también proteger esa cultura de la mercantilización, del olvido y de la exclusión.

𝗘𝗟 𝗢𝗥𝗚𝗨𝗟𝗟𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗥𝗢𝗠𝗜𝗦𝗢: 𝗖𝗢𝗡𝗦𝗧𝗥𝗨𝗜𝗥 𝗠É𝗫𝗜𝗖𝗢 𝗗𝗘𝗦𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗖𝗖𝗜Ó𝗡 𝗖𝗢𝗧𝗜𝗗𝗜𝗔𝗡𝗔

Ser mexicano es un privilegio, pero también una tarea. El orgullo no es solo emoción, es ética. Es la voluntad de construir un país que honre su historia, que abrace su diversidad, que transforme sus heridas en fuerza colectiva. Somos orgullosamente mexicanos cuando nuestras acciones reflejan lo que decimos sentir. Cuando el amor por la patria se convierte en compromiso, en cuidado, en transformación.

“𝘔é𝘹𝘪𝘤𝘰 𝘴𝘦𝘳á 𝘵𝘢𝘯 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘦𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘶 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘴𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘺 𝘴𝘶 𝘮𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘢”.

𝙋𝙚𝙧𝙞𝙤𝙙𝙞𝙨𝙩𝙖 E-mail periodistaaaguilar@gmail.com

#𝘝𝘢𝘮𝘰𝘴𝘔𝘢𝘭𝘺𝘝𝘢𝘮𝘰𝘴𝘈𝘪𝘳𝘗𝘦𝘰𝘳.